𝐊𝐈𝐍𝐒𝐋𝐀𝐘𝐄𝐑;;
"bien dicen que cuando los bandos toman su rumbo, hay más de una mente ambiciosa que desea obtener más poder del que ya tiene,
para evitar una guerra, rhaenyra y aegon, acceden a gobernar cada uno la mitad del reino, tomando s...
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en la madrugada, en donde la luna yacía puesta sobre las nubes, seis de los principes yacian haciendo sus travesuras a escondidas de los adultos, al menos eso consideraban antes de que la tragedia sucediera.
en cuanto aemond reclamó a vhagar que fue el dragón de la reina visenya targaryen, una de los conquistadores, directamente fue hasta los aposentos de su hermana, su gemela, en quien confiaba y siempre recurría cuando le pasaban cosas buenas, quizá magníficas esta vez.
Una vez estuvo frente a la puerta, de la emoción que se permitió mostrar frente a ella, empujo con rapidez hasta llegar a la cama, donde yacía una durmiente princesa de cabeza casí desparramada del colchon de plumas, aemond la tomó de los tobillos y la jalo al suelo.
el abrupto sonido de su cuerpo aterrizando rápidamente la despertó, incluida la sensación.
-¡aemond!- siseo con dolor, levantándose con lentitud, y parpadeando del cansancio, pues tenía sueño, y su hermano había llegado a despertarla en medio de la noche.
-¡shiera! ¡No vas a creerlo!- grito con emoción, pasando sus manos por su cabello, con una sonrisa de mejilla a mejilla, paseandose nervioso por la habitación.
-¡baja la voz!-le pidió rápidamente, suspiro y alzó una ceja, sacudiendo su camisón del polvo para girarse a ver a su hermano-¿que fue lo que hiciste ahora?- pregunto con curiosidad.
-¡reclame a vhagar!-dijo rápidamente, con emoción, sacudiendola por los hombros con brusquedad, estaba demasiado alterado como para calmarse, la adrenalina de aquel momento se lo había llevado por completo.
shiera parpadeo tres veces lentamente, para luego respirar hondo y gritar, compartiendo la emoción de su hermano, amaba la historia de la gran visenya targaryen, y más de su dragón, y que más que tenerlos en su bando?
aemond sonrió al mismo tiempo, y la jalo de la mano, corriendo por los pasillos de piedra, saltando las rocas al llegar afuera, y terminar en la arena, se paró abruptamente al ver a su dragón, justamente donde la había dejado.
el con una sonrisa se acercó, mientras vhagar descansaba y ni siquiera movía un músculo ante los toques de su nuevo jinete.
-¡eres increíble aemond!- le dijo con una sonrisa manteniendo su distancia, no quería ser quemada viva, compartía la emoción de su hermano, estaba muy feliz por el, si bien sus hermanos mayores hacían bromas con los dos por no tener un dragón, aemond ahora podría no sentirse mal por ello, sabía que ahora su hermano podía defenderla de las burlas de aegon y baelon.
si bién su hermano baelon solía burlarse fríamente de ambos, simplemente por ser el jinete de meraxes, no justificaba el hecho de que los hacia sentir mal, al menos a ella, aemond solía darle igual, por que mantuvo su fe en tener un dragón más grande que el de su hermano, y logró.
aegon por su parte, no buscaba lastimarlos, solo le gustaba divertirse, no buscaba herir sus sentimientos de cierta manera, el quería a sus hermanos más de lo que los demás pudiensen imaginar incluso se rendiría con las burlas, al menos había planeado hacerlo de no ser por baelon.
