Kwagatama.

63 14 1
                                    

Félix la observaba y decidió dejar de hacerla sufrir, solo porque no quería ser malo con ella.

—Tengo buen oído, es todo —explicó Félix —. Además, a veces me aburro en clase, por eso necesito "desconectarme" de lo que dice la profesora.

—Vaya, pensé que te gustaba estudiar y leer.

—Todos necesitamos un descanso de vez en cuando, creo que es más fácil estudiar por tú cuenta —la azabache asintió, tenía razón en eso —. Entonces, ¿querías preguntarme directamente si piensas que soy un enemigo?

Félix soltó una risa, porque eso sonaba muy tonto, nadie haría esa pregunta. Marinette se sonrojó levemente ante eso.

—La verdad es que no sabía qué preguntar —admitió —. Y si soy sincera, me gusta quedarme aquí en el recreo, el salón es tranquilo.

—A mí también me gusta quedarme aquí, me gusta estar solo.

—A mí no, pero tampoco me gusta estar con muchas personas —la azabache sonrió y negó con la cabeza sin poder evitarlo —. Sé que soy un poco rara.

—No creo que seas rara por eso. Además, todos somos un poco raros, cada uno es distinto y eso nos hace ser quienes somos —respondió Félix con completa seguridad.

—Escuchándote hablar de ese modo, me doy cuenta de que no eres un villano, Félix.

Y con esas palabras, Félix sonrió, fue una sonrisa sincera. Había pasado gran parte de su niñez pensando que era un "monstruo", que nunca debió haber sido creado y ahora escuchar que alguien a quien apenas estás conociendo te digan algo tan lindo... lo hizo sentir bien.

—Y tú no eres rara, eres muy amable y tierna, espero que hagas muchos amigos. Aunque ya tienes al primero —tocó su hombro, a modo de cariño.

—¿Somos amigos? —preguntó con emoción en su tono de voz, eso le dio mucha ternura al rubio.

—Para mí eres una amiga, eres la única persona que me agrada aquí —Marinette sonrió ampliamente.

—Entonces somos amigos —no dejaba de sonreír, esa emoción era tierna.

*

En una de sus muchas conversaciones, Marinette le había contado que dentro de poco estaría de cumpleaños.

Y el día había llegado. Ella estaba segura de que a Félix se le olvidaría, porque nunca nadie recuerda su cumpleaños, es un día más.

—¡Felicidades, hija! —apenas despertó vio a sus padres, ambos la abrazaron y conversaron con ella, estaban poniéndose al día con todo lo que había sucedido, ya que normalmente se veían solo en las noches y no podían hablar demasiado.

Después de esa conversación, se fueron. Tenían que atender la Panadería, además, le harían una sorpresa a Marinette por su cumpleaños, no dejarían a su hija sin un pastel, ella tenía que soplar las velas y pedir un deseo.

—¿Tendrás una fiesta hoy, Marinette? —le preguntó su Kwami en cuanto salió del baño ya vestida y arreglada.

—No, Tikki —la azabache suspiró, no esperaba esa pregunta. Tikki la miró fijamente, los humanos acostumbraban celebrar sus cumpleaños, ella había estado en distintas celebraciones —. Para tener una fiesta necesitas amigos y sabes bien que yo no tengo muchos amigos.

Tikki se sintió mal por su portadora y deseó poder ayudarla. Entonces, recordó que los Kwamis daban un obsequio especial, ¿Marinette estaba lista? Había pasado poco tiempo, pero era una portadora excepcional.

Hizo todo el procedimiento y escupió el Kwagatama en las manos de su portadora.

—¿Gracias? —dijo al recibir esa piedrita cubierta con algo similar a la baba. ¡Baba de Kwami! Le dio asco.

—Créeme, esto te será muy útil —dijo su Kwami. Marinette asintió, le creía, porque jamás le había mentido.

*

Félix había planeado algo y se sentía bastante nervioso gracias a su idea. Todo podía salir muy mal o muy bien.

Apenas vio a la azabache, se acercó para saludarla.

—¡Feliz cumpleaños! —dijo mientras le daba un beso en la mejilla —, más tarde te daré un regalo.

Marinette lo observó sorprendida.

—Gracias. No pensé que lo recordarías —admitió.

—Ya te dije que somos amigos, jamás olvidaría una fecha tan especial, Marinette.

—Gracias —respondió conmovida. Félix solo sonrió.

El próximo capítulo es la continuación de esto, ¡el cumpleaños de Marinette! ♥️

Mes Felinette.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora