Prólogo

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El corazón se le iba a salir del pecho. Le retumbaba tan fuerte que, por un segundo, barajó la posibilidad de abrir la puerta y pedir ayuda. Pero lo descartó de inmediato: eso supondría recurrir a la causante de aquel estado y sería un completo acto suicida. No estaba segura de cuánto tiempo más seguiría amarrándose las ganas a la poca cordura que le quedaba.

El aire se escapaba entrecortado de su garganta y trató de apaciguarlo llevándose la mano a la boca. Qué ilusa. Solo el roce de la punta de los dedos con sus labios bastó para que todas sus fuerzas se resquebrajaran. «¿Qué me has hecho?». Miró hacia atrás, como si a través de aquella puerta en la que estaba apoyada, pudiera verla y hacerle esa misma pregunta.

En realidad, podría haberlo hecho. Había tenido una oportunidad de oro hacía apenas unos minutos, cuando la había tenido tan cerca que había sentido el calor de su aliento y el olor de su piel. Pero, como siempre, su razón acabó imponiéndose y apartó de un plumazo sus deseos. ¿Alguna vez sería capaz de hacerlos realidad? ¿Podría dejar de lado el miedo y dejarse llevar? ¿Cómo sería sentirse libre, aunque fuera solo por una vez?

«¿Y si...?»

No, no, no. No podía. Era una locura y ella no hacía esas cosas. Tenía una reputación, unas normas y no podía permitirse el lujo de hacer lo que quisiera. Estaba en el punto de mira y cualquier paso en falso era juzgado hasta la saciedad. Y ya había soportado críticas encarnizadas durante mucho tiempo. No podría aguantar que hablasen mal de la persona que había desatado todos sus anhelos. Mucho menos que los medios arruinasen su carrera. La suya ya le daba igual, pero la de ella no. No ahora después de todo lo que había pasado. Prefería seguir conformándose con encontrarla en sus sueños, allí donde podía besarla hasta quedarse sin oxígeno, perderse en sus ojos y explorar cada detalle y cada rincón de su cuerpo; pero, sobre todo, donde podía decirle lo que su corazón gritaba y su boca callaba.

El pecho le ardió ante aquellos pensamientos y se alejó de la puerta de inmediato, como si esta también estuviera en llamas. Cogió aire y lo soltó poco a poco, buscando recobrar el sentido.

«¿Y si...?»

Negó con la cabeza y suspiró. Comenzó a dar vueltas por la habitación como si fuese un animal enjaulado. Y, a decir verdad, se sentía así: cautiva en su propia realidad, esa que ella misma había construido y que ahora la asfixiaba de tal manera que le dolían hasta las entrañas. ¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué no podía olvidarse de todo y hacer caso a sus emociones? ¿Hasta cuándo iba a seguir reprimiéndose? Resopló y se sentó en la cama. Se quitó los tacones y se dejó caer sobre el colchón.

Nada de aquello estaría pasando si no hubiese aceptado. Si su respuesta hubiera sido distinta, ella no habría aparecido en su vida y todo sería como siempre; igual de anodino, mundano y triste. Bufó y se incorporó sobre el camastro. Observó con detenimiento su propia mirada en el espejo que tenía delante. No podía seguir negándolo. Era evidente que estaba cambiada, diferente y con un brillo que jamás había visto en su rostro. Y lo mejor de todo era que se sentía bien, demasiado bien, como si hubiera metido un gol en el último minuto y su equipo hubiese ganado la Champions League. Maldita sea.

«¿Y si...?».

Sus pupilas se dilataron y se levantó de la cama. Sus pies parecían tener vida propia porque, de pronto, se vio delante de la puerta con el corazón desbocado, la pasión cosquilleando su estómago y esa maldita pregunta que no paraba de torturarla desde que se la había hecho la culpable de poner su vida patas arriba.

«¿Y si... por esta noche, solo por esta noche, nos olvidamos de quiénes somos?».

Se mordió el labio. Agarró el pomo.

¿Sería capaz?





¡Hola a todxs!

Aquí empieza mi historia Mafin. Y, como soy una apasionada del fútbol, he tenido que llevarlas a mi terreno. A ver por dónde nos salen estas dos ;)

Espero de corazón que os guste, os divierta y os haga vibrar de emoción tanto como a mí.

Muchas gracias de antemano por leer.

Espero vuestros comentarios.

Podéis encontrarme en twitter: MariaOM93

¡Un abrazo enorme y ARRIBA EL REINAS! (Ya lo entenderéis :P)

Más allá del gol - Mafin (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora