Jornada 4 - Parte 2

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—¿Carmen? —repitió atónita Fina.

La última persona que esperaba encontrarse allí era a su ex compañera de equipo. La morena llegó a su altura y la abrazó.

—¡Fina! ¡Qué alegría volver a verte! ¡Cuánto tiempo!

—Ya te digo —dijo Fina aún pasmada—. Desde Barcelona, ¿no?

—Sí, desde Barcelona —confirmó Carmen—. He estado en la rueda de prensa, pero no me has visto.

—No, perdona. Demasiados focos —dijo Fina con cara de circunstancias.

Carmen asintió y le puso la mano en el hombro.

—Bueno, cuéntame. ¿Qué ha sido de ti chiquilla? —quiso saber la morena—. Te fuiste con el balón de oro y te olvidaste del resto de los mortales.

—Eh...Carmen...yo...

—¡Qué es broma, mujer!

La mujer rio y le dio una palmadita con el dorso de la mano en el brazo. Fina imitó su risa.

—Entiendo que entraste en una rueda imposible de parar con eventos, entrevistas, reportajes, tu marcha a Londres... y encima con lo de tu madre y todo...

—Ya, eh...sí —Fina carraspeó incómoda y cambió de tema—. ¿Qué haces tú aquí?

—¿Pues qué voy a hacer? Juego aquí —dijo sonriente—. Soy la capitana del equipo.

—¿En serio?

—Sí, ¿por?

—No, no, por nada. Me ha sorprendido. Yo...te hacía en Barcelona todavía.

—Uy, no, qué va. Llegó un momento en que me dio morriña y quería estar más cerca de mi familia —explicó—. Y como en Sevilla no me quisieron, pues me vine a dónde sí. Y aquí llevo ya seis años.

—¿Seis años? —dijo Fina boquiabierta—. ¿Seis años aquí?

Carmen asintió contenta, pero Fina no daba crédito a lo que acababa de escuchar. ¿Quién iba a aguantar tanto tiempo en aquel club? No recordaba que Carmen fuera alguien conformista y no aspirase a estar en un sitio mejor. Si no había dado un bajón en su juego, se acordaba bastante bien de la forma en la que jugaba Carmen y el muro defensivo que era. No entendía que no estuviera en un club grande. Tasio carraspeó a su derecha y le miró. El hombre sonreía embobado mientras observaba a Carmen. «Oh, no...».

—Fina, ¿no nos vas a presentar? —preguntó Tasio con una sonrisa que casi se le salía de la cara.

Fina rodó los ojos.

—Sí, claro. Carmen, este es Anastasio, mi agente —dijo acentuando bien el nombre completo de Tasio ya que sabía que no le gustaba—. Anastasio, Carmen.

—Tasio. Tasio a secas —dijo de forma dulce y le besó la mano.

Fina estuvo a punto de echarse a reír a carcajadas ante la cortesía de Tasio. ¿Quién era aquel galán de telenovela y qué había hecho con el liante de su amigo?

—Mucho gusto —contestó una sonrojada Carmen.

—Carmen, ¿y a mí no me presentas? —cuestionó alguien detrás de la mujer.

—Uy, Claudia, perdona, hija.

Carmen se echó a un lado y apareció una chica menuda y sonriente.

—Fina, Tasio —dijo Carmen—, esta es Claudia, compañera de equipo además de una muy buena amiga mía.

—Encantada —dijo Claudia y les dio dos besos a ambos sin titubear—. Ay, Fina, para mí es un gusto y un honor conocerte. He seguido tu carrera muy de cerca y, ¡bueno! ¡Bueno! ¡Es que no me creo que te tenga delante, eh!

Más allá del gol - Mafin (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora