14. Encuentros

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—¿Qué haces aquí?

Se preguntaron al unísono antes de mirarse en silencio, esperando una respuesta que jamás llegó. Ucranadá considero huir pero la pelinegra la agarró del brazo para arrastrarla a un vestidor.

—Usper... yo-

—Sin rodeos Ucrqnadá —la ve con seriedad—. Sé perfectamente bien que desde hace varias semanas has estado ocultando algo, y también sé que no deberia de incumbirme pero de verdad estoy preocupada por ti. Así que dime ¿Qué chuchas está pasando?

La contraria sólo pudo tragar saliva, indecisa. Se sentía atrapada.

—Yo... —un nudo se formo en su garganta—. Tuve que hacerlo...

—¿Eh?

Lágrimas cayeron de aquellos ojos verdes. Realmente el sentirse atrapada la había hecho quebrarse por fin.

—Por favor no le digas a mi tío, juro que todo esto lo hago por él y si se entera, temo que afecte su salud...

—¿Qué hiciste? —Usper suavizo su mirada, pasando de una seria a una de preocupación.
Ucranadá se aferró a ella en un abrazo, como buscando protección o con consuelo y porque le costaba verla a la cara para explicarle la situación en la que se había metido.

—La empresa de mi familia esta al borde de la bancarrota... la única forma de salvarla es que yo me case con el hijo de un billonario. —Explica entre sollozos.

—¡¿Qué?!

—Sé que es una completa locura pero entiéndeme por favor... mi tío necesita una cirugía y si terminamos en la ruina el podría... —no fue capaz de decir lo último.

—...Morir... —Susurra Usper.

—S-si... —siente como Usper agora también la abraza a modo de consolación—. Sé que esto es una locura y que yo misma me he metido estúpidamente en este problema pero... temí por él. —dijo para llorar entre los brazos de Usper.

Ella espero a que terminará de desahogarse lo suficiente, hasta que solo soltaba jadeos y leves sollozos. Cuando estaba por hablar, escucharon que alguien llamaba a la rubia en los pasillos de la tienda, era su tía Nueva Zelanda.

—Debo irme... —Ucranadá se soltó de aquel abrazo y se limpió las lágrimas—. Hablaremos después...

Y salió de ahí con mucha rapidez, dejando a una aturdida Usper.
Sin duda alguna, toda esa información había sido demasiado.

[...]

—Quiero hablar con su jefe. —Ordenó Filius a una secretaria.

—¿Tiene cita?

—Creo que no me entendiste linda. Quiero hablar con tu jefe. —le dice en un tono seductor.

—Si no tiene ahendada una cita con él no lo puedo dejar pasar. —Responde con indiferencia.

—Mira cariño...

—Soy Brasilia. —lo interrumpe señqlando su gafete.

—Bien señorita Brasilia. Vengo en representación de una empresa muy importante que está interesada en asociarse con LATAM. Y cómo el sr Brasil es el único alto mando de ésta que no está en el anonimato, por eso necesito verlo.

Ella da un suspiro de cansancio, sabía reconocer a los tipos de personas que llegaban y definitivamente aquel chico no dejaría de joder hasta que lo atendieran.

—Deje veo si lo pueden atender. —toma el teléfono y le señala unas sillas que estaban al fondo—. Tome asiento y espere, yo le llamo en cuanto tenga respuesta.

Recuerdo | ( USA x Perú Fem) | CountryhumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora