13. Acuerdo

65 11 25
                                    

Usper caminaba por aquel jardín lleno de ĺápidas, detrás de ella iba Rume con un ramo de flores. Se detuvieron frente a una lápida y la joven se arrodillo frente a esta.

—Hola. —Habló con timidez—. Sé que ya pasó mucho desde que vine a verla, pero conseguí un buen trabajo para pagar los gastos de mi boda.

Rume quitó un ramo de flores ya marchitas, supuso que ese lo habría dejado Lima pues la última vez que la vió ella aseguró que iría. Las dejó a un lado y acomodo las que traía. Luego se alejó para darle espacio a su prometida, llevándose las flores marchitas.

—Bueno, el motivo de mi visita. —siguió hablando—. Es que Rume y yo comenzaremos con los preparativos de nuestra boda. —entrelaza los dedos de sus manos—. De verdad estoy nerviosa, pero sé que mis tios me darán su apoyo.

Una brisa ligera sacudio el ramo recién colocetalos ado, haciendo que algunos pétalos volarán hacía su rostro, quedando pegados en sus mejillas. Sintió un nudo en su garganta, la sensación de nostalgia volvió a ella como una ola que la abrumo. Deseaba llorar pero recordó lo que siempre le decían...

"Ella siempre odió que los demás llorarán en frente suyo..."

Aspiro por la nariz para ahogar aquella sensación. Se puso de pie y se alejó de ahí para buscar a Rume.
Si bien odiaba estar ahí por las sensaciones y recuerdos que le traía. Había hecho una promesa de llevar cantutas cada vez que pudiera.

Ahora necesitaba un cálido abrazo de Rume y que la hiciera reír con sus pendejadas.
No tardó en encontrarlo, hablando con una señora que por su vestimenta. Era obvio wue era una viuda.

—¿Y cuanto tiempo llrbaton casados?

—3 años. —Respondió la mujer con melancolía—. Fue mi cuarto matrimonio.

—Orale. ¿Viene a verlo seguido?

—Desde que salí de la cárcel, si. —la mujer se mantenía serena.

Rume se quedo perpleja y dedujo la razón, pero como buen chismoso, quizo.preguntar.

—¿De que murió su marido?

—Bueno, en todos mis matrimonios yo he quedado viuda. El primero por comer aguacates, el segundo por comer aguacates, el tercero por comer aguacates y al cuarto lo maté yo.

—¡Eh! ¿Y-y eso?

—Pues porque no quizó comer aguacates.

Él castaño trago saliva con miedo, la mujer sólo sonrio con dulzura y se despidió antes de irse, d3jando a un aturdido Rume.

—¿Todo bien? —Pregunta Usper que había escuchado la conversación.

—Ya no quiero casarme. —Susurra.

—¡Rume!

[...]

Ucranadá salió del ascensor con un andar lento, tenía unas leves ojeras y su cabello rubio se veía opaco recogido en un moño.

—Te vez fatal. —Comentó París al verla pasar—. ¿Porque luces así?

—Me quedé terminando mi reporte hasta tarde. —Dice tapando su boca para dar un bostezo.

París sólo asintió y la dejo irse rumbo a su oficina. La francesa se sentía mal por la joven, llevaba varios días así, pues su abuela solía sacarla del trabajo para arreglar detalles en relación a su boda, por lo que terminaba quedándose hasta tarde para terminar sus labores en la oficina.

—¡París! —la llamó Francia—. Dile a Ucranadá que tendremos una reunión con Emiratos Árabes y su hijo dentro de 3 horas.

—¿Que? Esto es tan repentino.

Recuerdo | ( USA x Perú Fem) | CountryhumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora