Recuerdo | ( USA x Perú Fem) | Countryhumans

15. Cerca

Filius caminaba por los pasillos de la lujosa morada de su madre, hasta que llego a su oficina de esta y entro sin tocar para dejarse caer en uno de los dos sofás que estaban frente al escritorio donde estaba su madre revisando unos papeles. Filipinas miro a Filius, quien no dejaba de sonreír de forma victoriosa.

—¿Qué conseguiste? —deja los papeles de lado.

—Logré hablar con el señor Brasil.

Ella sonríe y recarga sus  codos en el escritorio.

—Te escucho.

—Le hablé sobre nuestra ''empresa" —se ríe—. Llame su atención y me comentó que pensará en nuestra oferta de hacer negocios.

Filipinas sonríe ligeramente. Si bien esperaba más avances, tratándose de un miembro de aquella empresa tan aislada. Se podía considerar un gran progreso.

—Al menos lograste que te recibiera.

—Y eso no es todo... —Filius canta con un tono cómplice.

—¿Eh? —Filipinas se inclina hacia el frente con los dedos entrelazdos—. Te escucho.

—Digamos que mientras esperaba a que el señor Brasil me recibiera, tuve la dicha de encontrarme con su sobrino.

—¿Su sobrino?

—Se llama Rume. —Filius sonríe—. Y creo que nos podría ser útil. Parece ser un completo idiota.

—Si es cercano a Brasil, entonces nos conviene tenerlo cerca. —la mujer se recarga en el respaldo de su silla—. Investiga todo lo que puedas de él.

—Ya estoy en eso, madre.

[...]

Usper bajo del auto frente a una casa qué estaba rodeada de árboles y campos de césped. Siendo el hogar donde había crecido. Un lugar muy tramquilo a las afueras de la ciudad.

—Vendré por ti más tarde ¿de acuerdo? —Preguntó Rume quien la.odsetvaba desde el asiento del conductor.

—Bien.

La pelinegra se acerca a la ventana y le da un beso a su prometido. Ambos  se sintieron ajenos a todo lo que los rodeaba.

—Ya dejense de cursilerias. —protestó Alechi incomodo desde el asiento trasero.

La pareja dejo de besarse para verlo.

—Que amargado. —se burló Rume.

—Habrá que conseguirte novia.

—Dudo que alguien se anime. — Rume se ríe.

—¡Cállate Rume! —Alechi lo golpea en la nuca.

—¡Auch! ¡orale wey! —molesto, Rume iba a pasarse al asiento trasero para desgreñarse a su primo pero Usper lo sostiene del brazo.

—¡Ya calmense los dos! —les ordena con una mirada asesina.

—¡Él empezó! —los dos protestaron mientras se señalaban.

Ella solo suspiró, rogando por paciencia. Ambos debían ir a buscar algunas cosas aquella tarde en relación a la boda, y le preocupaba que tratarán de matarse por quesiempre.se la pasaban peleando como animales.

—Solo compórtense y no a la estupideces. ¿Quedó claro? —Cuestiona con una voz firme.

—Si. —ambos responden con un ligero temor.

Luego de eso, Usper sonríe con dulzura y se va hacia la entrada de la morada. No tanto que el auto de Lima estaba estacionado, por lo que ella ya debía estar adentro.