12. Una historia detrás

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Usper fue llevada a la cocina por Texas, mientras que Washington regresaba con USA para mantener la situación controlada. Pues USA no estaba para hacer corajes y la presencia de ese joven no ayudaba en nada.

—¿Dime que haces aquí? —Cuestionó USA estando sentado en un sofá individual de la sala.

— Solo quería venir a verte, padre.

—¿Enserió? Luego de dos años. —se burló—. No vienes a menos que quieras algo, Filius.

Sus palabras eran hostiles, pero eso no parecía importarle al joven.

Washington sólo veía en silencio desde una esquina. Era un momento realmente incómodo.
Aumque verlos a ambos le traía varios recuerdos no mut buenos.

[...]

Washimgton se encontraba ordenando unos papeles en esa misma sala. Todo estaba tranquilo hasta que escucho un grito desde el patio.

—¡Yo quiero otra bicicleta!

Al voltear pudo ver a USA junto al pequeño Filius, quien hacia una rabieta mientras pateaba una bicicleta. Era otro de sus berrinches de niño mimado.

—Pero esa aun está en buen estado. —USA intentaba calmarlo.

—¡No! ¡QUIERO otra! —Se tiró al suelo para comenzar a patalear.

—Esta bien, esta bien. —Suspira rendido—. Te compraré otra.

—¡Si! —Filius se levanta para correr hacia la casa—. Pero que sea de las más recientes.

Washington suspiro para mismo. Era frustrante para él ver que USA tuviera que cumplir los caprichos del mocoso para no tener problemas con Filipinas, que solía decirle que no quería a su hijo y lo hacía quedar como el malo cuando no cumplía sus caprichos.

—Vaya mañana. —USA entró a la sala.

—¿Sabe? Creo que lo consiente mucho. —Habló Washington sin quitar la vista de los papeles que tenía en mano.

USA se dejó caer en aquel sofá individual, era su favorito.

—Lo sé, pero sabes lo que pasa si no lo hago. Es mi hijo y aumque su madre y yo tengamos diferencias, él será mi mayor adoración.  —Dice con ilusión en su mirada.

Pero vaya ironías las que da la vida ¿no?

[...]

Washington veía como USA estrellaba una copa de cristal contra la pared. Filipinas se mantenía firme con los brazos cruzados. Al principio ya tenía una expresión de sorpresa la cual luego cambió a una sonrisa cínica.

Toda esta situación abrumante se había desencadenado por unas simples palabras que el médico le había confirmado a USA.

"No es su hijo".

—¿Cómo pudiste? —Preguntó con evidente rabia en su voz—. ¡Me hiciste creer que era mi hijo durante 15 años! ¡Y él lo sabía! Por eso nunca me respetó como su padre.

—¿Que esperabas? Lo único que yo quería de ti era tu amor pero para ti nunca vali nada. Aunque ahora no me das más que asco por la persona en la que te has convertido.

—¡Eres una zorra!

—No tanto como tu amada Perú ¿O quieres que te la recuerde?

La ira creció aún más en USA.

Recuerdo | ( USA x Perú Fem) | CountryhumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora