Se grita

37

Capítulo 37
-Dami, ¿puedes venir aquí por favor?-preguntó la voz de mi novio, quien estaba acostado en la cama mientras yo terminaba de hablar con Kami y Sara

-¿Qué?-pregunté, acercándome rápidamente a la cama, mirando a Lamine, quien se sentó en la cama para hacerla más cómoda

-¿Puedes abrir esta caja?-Preguntó con una sonrisa, colocando una caja blanca con un lazo rosa frente a él

-Algo saltará de aquí, ¿verdad?-Pregunté incrédulo, sentándome en la cama al lado Lamine, que se rió, por todo el tiempo que pasé con mis hermanos, ya intuía lo que podría haber en la misteriosa caja

-Noo, no te preocupes, ábrela rápido-dijo Lamine, con gran paso impaciente, diciéndome que debe haber algo importante en esta caja

Rápida y cuidadosamente desaté el lazo de la caja, miré a mi novio, quien me miraba con una gran sonrisa, dándose cuenta de que necesitaba abrir rápidamente la caja, con manos ligeramente temblorosas, levanté la tapa de la caja y vio lo que había en él había algunos trozos de papel tirados por ahí, más bien para boletos, entrecerrando los ojos vi boletos reales

-Lami... ¿qué es esto?-pregunté un poco asustada, levantando la vista para ver la cara de mi novio

-Estos son boletos-dijo, mirándome con ojos grandes

-Ya entendí esto, pero ¿por qué?-dije rápidamente, mirando a Lamine quien se rió de mi reacción

-Estos son nuestros boletos de vacaciones-dijo, tomando mi rostro entre sus manos y acercándolo a él

-¡¿Qué?!-dije con los ojos grandes, mirando directamente a los ojos de mi novio, quien me sonrió hasta que mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas

Esta fue la primera vez que me dieron regalos así, especialmente de chicos, aunque solo salí con 2 chicos, ni siquiera recuerdo la última vez que fui de vacaciones, como Barcelona tiene el mar Mediterráneo, era muy conveniente vivir así. eso, entonces solo fui a tu tierra natal

-¿Por qué?-pregunté, abrazando rápidamente a mi novio mientras mis lágrimas caían sobre mis mejillas rojas por el calor, este acto me conmovió mucho, y una vez más demostró que Lamine es el mejor chico del mundo, que agradecido le estoy tenerlo

-Vaya, solo quiero hacerte feliz-dijo, besando mi cuello, y después de unos minutos alejándose para mirar mi cara húmeda y roja por las lágrimas y el calor

-Podrías hacerme feliz de cualquier manera, pero no con esto-dije, todavía llorando, ante tal declaración de mi novio

-¿Por qué no esto?¿No te gustó?-preguntó mirándome un poco asustado, lo que hizo que sus pupilas se dilataran

-Me gustó y hasta de verdad, pero es un regalo demasiado caro, son unas vacaciones enteras, nunca nadie me había regalado algo así-dije abrazando el torso de mi novio

-No te preocupes por el precio, quiero complacerte lo más seguido posible-dijo con una sonrisa, besándome la nariz

-Te quiero mucho-le dije, tirando de mi novio por el cuerpo para conectar nuestros labios en un beso

-Yo también te quiero mucho-dijo unos minutos después, alejándose de mis labios con una gran sonrisa-¿Ni siquiera miras hacia dónde volamos?

-Honestamente, no me importa, porque iré contigo a cualquier parte-dije abrazando a Lamine, quien se rió en mi cuello

-Pero aún así creo que esto es importante-dijo unos minutos después de nuestro abrazo, tomando los boletos en sus manos-Mira los boletos-tomándolos en mis manos, comencé a leerlo hasta que vi exactamente lugar donde volábamos