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Pasaron algunas semanas, y en esas semanas Amao se ha vuelto alguien un poco coqueto, quizás no se vea tan a la vista, pero si eres alguien observador sabes que si esta siendo alguien coqueto.

Como aquella vez en la que estaba en el club de cocina, viéndolo hacer uno de sus postres para repartir por el instituto como de costumbre.

—¿Sabes en qué se parecen estas moras en ti?— Dijo mientras decoraba un Cupcake con las moras.

—¿En que?— Pregunte curiosa por su pregunta.

En que se parecen a lo bonito que son tus ojos. Ambas tienen un color bonito, oscuro y brillante a su vez.— El se volteo a verme con una sonrisa.

Parpadeé algunas veces viéndolo y procesando lo que acababa de decir y después reaccioné, empece a ponerme un poco nerviosa y un rubor color rosado empezaba ponerse en mis mejillas. Él simplemente se rió por lo mi cara y siguió como si nada con su postre.

O como aquella vez, que estábamos almorzando detrás del instituto. El dejo de comer y lo voltee a ver para saber por que no estaba comiendo.

—¿Que tanto miras?— Dije tapando mi boca, ya que estaba masticando mi comida.

Solo estaba viendo lo bonita que te vez hoy ¿por que?— El dejo de lado su almuerzo mientras me daba una sonrisa y apoyaba su codo sobre la mesa y recostaba su mejilla sobre la palma de su mano.

Me atraganté con mi propio almuerzo mientras trataba de tragar los restos de mi almuerzo y me daba algunas palmaditas en el pecho. Me voltee a verlo un poco nerviosa por su comentario tan repentino.

¿Que te picó Amao..?— Aclare mi garganta.

¿A mi?— Pregunto inocente.

—No veo a nadie que se llame Amao por aquí..— Escuche como le salía una pequeña carcajada, lo cual hizo que arqueara una ceja.

—¿Acaso ya no puedo decir alguna verdad?— El volvió a comer, aún se le miraba esa pequeña sonrisa que tenía en su rostro.

O aquella vez que estábamos en la salida para irnos juntos. Estaba dada vuelta mientras miraba mi celular esperando a Amao, y de repente Amao me rodeó con sus brazos sobre mis hombros y ocultó su cara en el hueco que formaba mi cuello y clavícula.

Lo mire por el rabillo de mi ojo mientras me mantenía quita y un poco nerviosa.

—¿Te pasa algo, Amao?— Pregunte con un poco de nervios.

Hueles a.. Fresas y Moras.— Dijo mientras seguía oliendo mi aroma.

—¿¡Por que me hueles!?— Dije en un tono nervioso.

—¿Como no hacerlo? Hueles bien, también quiero oler así..— Dijo con una sonrisa divertida mientras se alejaba y acomodaba su mochila en su hombro. —¿Nos vamos?—

—Si.. Vámonos.— Empece a caminar mientras que Amao me seguía de cerca.

Ahora que lo pienso, comparando al Amao de antes con el de ahora, son totalmente opuestos. El de antes era muy tímido cuando estaba cerca de él, y él de ahora tiene mucha más confianza cuando está conmigo.

Aunque yo también he cambiado cuando estoy con el, antes no me afectaba tanto lo que hacía cuando estaba conmigo, ahora siento un pequeño revoltijo cuando estoy cerca de él, la mínima cosa que hace puede ponerme con los pelos de punta, y sabía perfectamente lo que era, simplemente no quería aceptarlo.. No por ahora.

Volviendo al presente, también me ha estado dejando pequeños regalos en mi mesa, y sus galletas con sabor a fresa que me encantaban.

Le había dicho varias veces que dejara de comprarme regalos pero simplemente se niega rotundamente a dejar de hacerlo.

Pueden haber dos posibles opciones: Simplemente es cariñoso por que si o está enamorado.

Las dos me parecían raras, pero las dos opciones son posibles y tenía que planteármelo cada vez que lo veía.

Estaba en mi mesa del salón de clases pensando en el comportamiento que tenía Amao, hasta que un toque sobre la madera de mi escritorio se hizo sonar, levante la cabeza para ver quien era Amao, obviamente.

El me sonrió, me saludo y dejo el obsequio y las galletas en mi escritorio.

—¿otra vez con los regalos? Amao ya te dije que..

—Y yo ya te dije que no dejare de dártelos, (T/N)-Chan, mi salario es suficiente como para darte estos obsequios.— Dijo con una sonrisa en su rostro.

—¿Por que me los das a mi?— Pregunté viendo el regalo y después a él.

—Bueno.. Eres mi amiga ¿por que no darle regalo a una amiga de vez en cuando?

Ouch, realmente esperaba otra respuesta que no sea esa. Aparte la mirada de él y del regalo.

—Oh, entiendo.. Entonces gracias por el detalle.— Dije fingiendo una pequeña sonrisa en mi rostro y apretaba un poco los bordes de mi falda.

—Espero con entusiasmo que así sea.. Nos vemos después (T/N)-chan.— Amao se despidió con una sonrisa y se fue del aula.

Me quede ahí sentada mientras borraba la sonrisa que había formado forzosamente. Me sentía un poco tonta por haber pensado que tenía la posibilidad de que si estuviera enamorado.

Lleve una mano a mi rostro mientras sin querer, desordenaba mi fleco. Suspire pesadamente mientras observaba la caja que ocultaba lo que venía adentro.

Volví a suspirar y empecé a abrir el regalo, dejando ver una pulsera demasiado linda. Estaba llena de perlas con algunas estrellas entre las perlas y tenía un dije de un pastel y una galleta a la mitad.

Sonreí inconscientemente por el regalo tan bonito que me había dado. Me puse la pulsera y la mire, me lucia bien.

Pero mi sonrisa volvió a desaparecer recordando que solo era un regalo de amigos.

Guardé la caja y las galletas a mi bolso. Iba a recostar mi cara sobre el pupitre pero escuché un grito demasiado fuerte atreves de la ventana. Me levante de mi asiento y me asome en por la ventana de vidrio para ver quien fue el que había gritado.

Pude observar a una de las Bullyings que se había ido corriendo asustada, y en el suelo estaba... Amai.

-Amor a sabor a fresa 🍓 - (Amao Odayaka x T/N) [Male rivals]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora