T̶e̶n̶í̶a̶s̶ q̶u̶e̶ s̶e̶r̶ t̶ú̶.̶

𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐/𝒅𝒊́𝒂 𝒔𝒊𝒆𝒕𝒆 : 𝑭𝒆𝒍𝒊𝒄𝒊𝒅𝒂𝒅.

“La felicidad no es algo que se pueda dar, tienes que alcanzarla por tí mismo.”

Quien diría que esa sencilla frase del traidor de los dioses sería lo que definió su vida.

Siempre vivió en el hastío, la monotonía y el aburrimiento. Jamás experimentó lo que sería un gramo de felicidad, todo en su vida era gris y tedioso.

Hasta la llegada de su alma gemela, esos escasos 16 minutos con 18 segundos fueron más que suficientes para sentir lo que era la verdadera felicidad.

Lü Bu Fengxian, es, fue y será siempre su mayor felicidad.

Después de haberlo perdido, nuevamente decayó en ese mundo gris, solo que ahora parecía estar peor que antes.

Su depresión no sólo fue por saber que seguía siendo el más fuerte, más bien, fue porque perdió a quien pudo ser su todo.

Pudo seguir de ese modo, pero un rayo de esperanza lo visitó.

Su amado general el producto de su felicidad podía regresar, espero ansioso como una damisela por su caballero, deseaba ser despertado nuevamente de ese horrible sueño, deseaba ver una vez más a Lü Bu.

Sus súplicas fueron oídas y ante él se encontraba el fuerte general volador.

Esa sonrisa filosa estremeció su corazón, motivado por esa hermosa luz abrazo al general importandole poco ser visto por los demás.

Como si se tratará de un niño que le han dado el mejor regalo de Navidad, corrió con el humano rumbo a su Palacio, decidido a darle una de las batallas más espectaculares del mundo.

Se sentía nuevamente vivo, la llegada de Lü Bu Fengxian logró despertar en el nórdico más fuerte esa chispa colorida que hacía años se apagó.

El mismo general volador se lo dijo en una ocasión, ambos eran la felicidad del otro y también sus almas gemelas.

─ Somos el mundo del otro. ─Le dijo en un tono bromista el moreno.

Ambos están acostados en el pasto de la mansión del nórdico, tras un buen entrenamiento decidieron descansar y así admirar las nubes, una actividad banal pero que era suficiente para ambos guerreros.

─ Lo se, y me gusta eso. ─Respondió Thor mirando al oriental.

Fengxian quedo cohibido ante tal respuesta, extrañamente se sintió tímido y sus mejillas lo demostraron, Thor sonrió.

─ Mi general ─llamo con calma. ─ ¿Podrías permitirle a este dios mundano y poco digno de usted, ser quien lo adore por el resto de la eternidad?. ─El ex luchador del Ragnarok quedo callado admirando esa hermosa cara blanca, los pómulos adquieren una tonalidad rojiza que hace más visible esos tatuajes dorados.

Con un asentimiento y un beso en los labios, algo tímido y torpe, Lü Bu respondió a la propuesta del nórdico.

No cabía de felicidad y sus ojos negros con dorado eran la prueba.

Thor es feliz, es genuinamente feliz junto a su amado general que le responde con la misma sonrisa.

─ Te haré el amor mi vida.

─ Más lento velocista.

─ No, espera.. Carajo así no era ─la enorme carcajada de su ahora novio le hizo reír levemente. ─ Te haré el amor de mi vida, eso quería decir no lo otro... Bueno también, dios quise ser romántico y se me salió lo caliente.

Lü Bu sin duda encontró lo que siempre deseo y más. Encontró a Thor a la persona con la que desea pasar el resto de su vida y si es posible hacer una familia juntos.

Para Thor, Lü Bu será único en su mundo y para Lü Bu Thor será único en el mundo.

Así de simple son sus pensamientos y sus acciones, pues en todos estos universos.

Thor siempre amará a Lü Bu y viceversa.

Fin.

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Se supone que debía terminarlo ayer pero ni modo.. Espero les haya gustado. Nos vemos en una próxima historia.