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— ¿Crees que te lleve a casa de regreso?

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— ¿Crees que te lleve a casa de regreso?

— Espero que sí, es un caballero en toda la extensión de la palabra.

— Habló el que tenía miedo de idealizarlo. ¿Le avisaste ya a tu mamá?

— Sip, le dije que probablemente también iba a cenar afuera y dijo que estaba bien, solo quiere que llegue antes de medianoche.

— Bueno, Cenicienta, que la pases bien, que tengas una linda noche, ojalá el hotel sea de los caros y la película esté buena, si es que ven la película.

— ¡Kim SeungMin! Tú mismo dijiste que, si es una cita, es porque no espera solo sacarme provecho, dijiste eso hace diez minutos.

— Sí, pero te conozco, vas a terminar diciéndole "vamos, por favor, dame hasta que se me olvide la dirección de mi casa", y entonces van a terminar juntos hasta mañana y no vas a llegar a tu casa.

— Dios, me haces ver como un necesitado de mierda, yo también quiero una cita romántica y linda sin necesidad de que termine en sexo, ¿bien?

— Claro, te creo, ahora baja y apúrate, de por sí salimos tarde.

MinHo bajó rápidamente del vehículo, despidiéndose con una brillante sonrisa que dejaba ver parte de sus encías y formaba pequeñas arrugas a los lados de sus ojos. Esa fue su última imagen antes de verlo perderse entre el gentío del lugar; últimamente, MinHo se veía más alegre, y realmente le tenía gratitud a ese que hacía brillar tanto a su mejor amigo, aunque no se lo dijera a menudo.

Por su parte, MinHo caminaba rápidamente hacia la estación, realmente se había tomado diez minutos más de lo previsto, solamente esperaba que su hombre estuviera todavía esperándolo; en el peor de los casos, se había dado cuenta de que no valía la pena porque se retrasaba mucho y se había ido por ahí en una cita con alguna mujer de su edad, con una personalidad más divertida y una cara más bonita que la suya.

O solo estaba siendo paranoico.

Sus pensamientos se calmaron cuando logró ver a Han JiSung recargado en el costado de un auto color gris oscuro, llevaba sencillamente una camisa blanca de manga corta y un pantalón de vestir negro, pero se veía tan elegante, tan impecable, ¿era legal verse así de perfecto? Quería solamente llevarlo a su casa y presentarlo con sus padres en ese mismo instante. Sentía que, al lado de Han y su aura empírea, él era como una papa con ropa.

A unos cuantos metros de distancia, JiSung sentía una mirada fija sobre él, por lo que miró a su alrededor solo para encontrarse con el chico más lindo que habían visto sus ojos. Los colores brillantes definitivamente le quedaban bien, esa camiseta amarilla que parecía ser más grande que su talla lo hacía ver hermoso, y la forma en que la blanca piel de sus piernas se asomaba por las ligeras aberturas de su pantalón era simplemente un poema. Aún así, podía jurar que Lee MinHo se seguiría viendo bien envuelto en papel higiénico de pies a cabeza.

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