Capítulo 24

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—Hola, Lux. ¿Cómo estás?

—Bien, Lingling, gracias. Yoko, que gusto de verte —Le medio sonreí avergonzada— ¿Así que quieres saber si Faye y yo fuimos novias? —dijo entrando a la habitación.

—Lingling acaba de contarme lo de Ariska y cómo ayudaste a Faye a salir adelante.

—Además de que has visto cómo nos tratamos, ¿No? —Asentí con la cabeza— Está bien, te contaré la verdad —Se sentó al lado de mi— Cuando teníamos 17 años, en una fiesta jugamos botella, alguien me puso de "castigo" besarla durante minuto y medio y yo encantada lo hice, porque sí, Faye me gustaba desde que me acuerdo, pero en ese beso comprendí que éramos como hermanas, que no había química entre nosotras como pareja y cuando lo platicamos ambas estuvimos de acuerdo, olvidamos ese beso y seguimos siendo confidentes como hasta ahora, ¿Aclarada la duda?

—Sí, pero... dan la impresión de ser amigas con derechos.

—Es una táctica que usamos ya sea para alejar a alguien o confirmar si le interesamos.

—¿O sea que están confabuladas para cortar las expectativas si alguien no les gusta y si les interesa otra persona lo hacen para darle celos?

—Suena medio perverso, pero sí. Le he espantado a varias y ella a mí a algunos tipejos.

—¿Entonces tú ya sabías de mí existencia desde antes que nos descubrieras?

—Sí.

—Hija, acaban de llegar el estilista y el maquillista —anunció Charlotte.

Yo me quedé de una pieza, ahora comprendía muchas cosas y porque Lux había cambiado su actitud hacia ella de repente, Faye quería corroborar mi interés por ella, pequeña tramposa.

Entonces me pregunté desde cuando ella había roto la tercera regla. Me sacaron de mis pensamientos cuando me dijeron que sería la primera que arreglarían, ya que Lux dijo que tenía que bañarse y Lingling tenía que vestirse antes de que la peinaran.

El chico inició con su trabajo, me recogió todo el cabello en una moderna coleta en el que se veían las ondas de mis cabellos, dejó algunos rizos colgando en ambos lados de la cara y el flequillo peinado de lado, después pasé con el maquillista y me sentí como una celebridad, me preguntó de qué color era mi vestido y le dije que azul, así que de ese color me maquilló los ojos, me miré al espejo cuando terminó y casi no me reconocí. Vaya que sabían hacer bien su trabajo.

Mientras tanto, peinaban a Becky y maquillaban a Lux. Por su parte, Charlotte ayudaba a Lingling a ponerse el hermoso y moderno vestido blanco, diseñado por ella misma, una vez que lo tuvo puesto se sentó con sumo cuidado para que la peinaran y maquillaran, entonces fui a mi habitación para cambiarme de ropa.

Entré y estaba vacía, así que cuidadosamente me quité la blusa y luego el panti, saqué mi vestido del enorme armario que parecía una habitación más y me lo puse al igual que mis sandalias, estaba mirándome al espejo cuando Faye entró.

—¡Wow! Voy a ser la envidia de toda la fiesta, ¡Te ves bellísima, corazón!

—Gracias —dije sonriéndole y dándome una vuelta, de pronto la triste historia vino a mi mente y la abracé con todas mis fuerzas y le acaricié la espalda— Gracias por dejarme entrar en tu vida.

—Las gracias debería de dártelas yo a ti. Tú fuiste la que me llamó, ¿Recuerdas?

—Sí, pero... —Me quedé callada, no sabía si era buena idea que ella supiera que Lingling me había contado sobre su primera novia— Tú rompiste las reglas... ¿Desde cuándo, Faye? Necesito saberlo, por favor.

¿Estas libre esta noche? | FayeYokoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora