Nada mas importa

Capítulo 19: Entre Balas y Confidencias

El sonido de los monitores y el murmullo constante de la gente llenaban la sección de estudios psicofísicos. Shahar había llegado para su evaluación periódica, una rutina necesaria para todos los miembros del equipo de rescate. Estaba sentada en la sala de espera, hojeando un informe cuando vio a su amiga Lena entrar.

"¡Lena!" exclamó Shahar, levantándose para saludarla.

"Shahar, cuánto tiempo," respondió Lena con una sonrisa mientras se acercaba. "¿También vienes por tu evaluación?"

"Sí, ya sabes cómo es. Cada pocas semanas, el mismo procedimiento," dijo Shahar, rodando los ojos con una sonrisa.

Después de completar sus evaluaciones, decidieron aprovechar el tiempo libre para entrenar en la sección armamentística de la central. El gimnasio de combate estaba bien equipado, con una amplia gama de armas y simuladores de batalla. Las paredes estaban adornadas con posters motivacionales y las luces brillaban con una intensidad que no dejaba sombras donde pudieran esconderse las dudas.

Mientras se dirigían al área de entrenamiento, Lena miró a Shahar con una sonrisa traviesa. "Así que, ¿cómo va todo con Kaidos?"

Shahar sintió un rubor subir por sus mejillas, pero respondió con naturalidad. "Está bien. Es un buen compañero de equipo, y... bueno, hemos tenido algunas conversaciones interesantes."

Lena levantó una ceja mientras ajustaba sus guantes de entrenamiento. "¿Sólo interesantes? Vamos, Shahar, sabes que puedes confiar en mí."

Shahar sonrió mientras seleccionaba una pistola de práctica. "De acuerdo, sí, es más que eso. Pero no quiero adelantarme a los hechos. Hemos pasado por mucho juntos y, sinceramente, no quiero complicar más las cosas en medio de todo esto."

Lena asintió mientras se preparaba con su propio equipo. "Lo entiendo. A veces, en situaciones como estas, las cosas pueden volverse complicadas rápidamente. Pero me alegra que tengas a alguien con quien hablar y compartir."

Empezaron su sesión de entrenamiento con ejercicios de tiro al blanco. Las balas de práctica golpeaban los objetivos con precisión, y el sonido de los disparos resonaba en la sala, creando un ritmo constante que acompañaba su conversación.

"¿Y tú, Lena? ¿Hay alguien que te interese?" preguntó Shahar mientras recargaba su arma.

Lena sonrió, su mirada enfocada en el objetivo. "Tal vez. Hay alguien en mi equipo, Alex. Es atento, fuerte y tiene una forma de hacer que todo parezca más sencillo. Pero, como tú, no quiero apresurarme. Las cosas ya son bastante complicadas."

Shahar asintió, comprendiendo perfectamente. "Es difícil mantener relaciones en tiempos como estos. Pero creo que también es importante tener a alguien que te entienda y te apoye."

Pasaron las siguientes horas entrenando y hablando, compartiendo anécdotas y pensamientos sobre sus vidas. La relación entre ellas se fortalecía con cada confidencia y cada disparo preciso. Hablar sobre sus intereses románticos de forma sutil y elegante les permitía mantener un equilibrio entre la seriedad de su situación y la necesidad de conexión humana.

Cuando terminaron su sesión, se dirigieron al comedor para una merecida cena. El comedor central estaba lleno de personas de bajo rango, incluyendo rescatistas y personal administrativo. La comida era simple pero sustancial, servida en charolas de metal.

Mientras se servían, el ambiente en el comedor cambió repentinamente. Una discusión comenzó a elevarse de volumen en una de las mesas cercanas.

"No tenías derecho a tomar esa decisión sin consultarnos," gritó uno de los hombres, golpeando la mesa con el puño.

"¡Hice lo que tenía que hacer para salvar a nuestro equipo!" respondió otro, levantándose de su asiento.

Shahar y Lena se miraron, alarmadas. "¿Qué está pasando?" preguntó Lena.

"Vamos a averiguarlo," respondió Shahar, dejando su charola y dirigiéndose hacia la fuente del conflicto.

A medida que se acercaban, la discusión se volvía más intensa. Reconoció a uno de los involucrados, era Aiden, uno de sus compañeros de equipo. Estaba enfrentándose a un miembro de otro equipo de rescate, un hombre llamado Marcus.

"¡Aiden, basta!" gritó Shahar, poniéndose entre ambos antes de que la situación se saliera de control. "¿Qué está pasando aquí?"

Aiden, aún furioso, explicó: "Marcus tomó decisiones durante la última misión que pusieron a todos en peligro. ¡Ni siquiera consultó al equipo!"

Marcus se defendió, su voz igualmente airada. "¡Hice lo que creí necesario para protegernos! ¡No había tiempo para consultar a nadie!"

La tensión en el aire era palpable, y otros miembros del personal comenzaron a reunirse, observando la confrontación. La situación estaba a punto de explotar cuando un oficial superior entró en el comedor.

"¡Suficiente!" gritó el oficial, su voz autoritaria cortando el aire como un cuchillo. "Ambos serán sancionados por este comportamiento inaceptable."

Shahar sintió un nudo en el estómago. Las sanciones podrían poner en peligro su plan de seguir investigando las irregularidades en la ciudad. Necesitaban a todos sus miembros en activo y trabajando juntos.

"Por favor, déjeme hablar con ellos," dijo Shahar al oficial. "Sé que cometieron un error, pero podemos resolver esto sin sanciones que perjudiquen nuestras operaciones."

El oficial la miró con dureza, pero finalmente asintió. "Tienes una oportunidad para arreglar esto, Shahar. No la desperdicies."

Shahar respiró aliviada mientras el oficial se alejaba. Se volvió hacia Aiden y Marcus, su expresión severa. "Escuchen, necesitamos trabajar juntos, no enfrentarnos. Aiden, entiendo tu frustración, pero esto no es la forma de manejarlo. Marcus, necesitamos comunicación en todas las decisiones. ¿Entendido?"

Ambos hombres asintieron, aunque con evidente reticencia. Shahar sabía que este conflicto no se resolvería de inmediato, pero al menos había evitado las sanciones disciplinarias por el momento.

La noche avanzaba, y mientras Shahar y Lena finalmente se sentaban a cenar, Shahar no podía dejar de pensar en lo frágil que era la unidad de su equipo. Necesitaban estar más unidos que nunca para enfrentar los desafíos que se avecinaban.