11. De la prisa al presente

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Nos levantamos de la cama, preparamos un café, saludamos rápidamente a nuestro ser querido y nos dirigimos directamente al secundario, trabajo o universidad. Volvemos a nuestras casas, vemos una serie, nos bañamos, cocinamos la cena, revisamos redes sociales y nos vamos a dormir. ¿Por qué vivimos tan apurados? ¿De verdad estamos tan atareados?

Hoy en día, muchos expresan que el "tiempo libre" es un lujo, ya que nos encontramos trabajando de sol a sol. Aun así, ¿es realmente un lujo o una cuestión de planificación? ¿Se dieron cuenta de que ya no pasamos tiempo mirando el techo, aburridos, o disfrutando un poco de la tranquilidad del presente? Decidimos ocupar nuestro día completamente, saturando nuestro cuerpo, mente y energías con información y, muchas veces, tareas innecesarias, como pasar tres horas seguidas en redes sociales. Siempre estamos haciendo algo y no dejamos tiempo para hacer... nada. Es como correr en círculos una y otra vez durante todo el día, semana e incluso mes. Sin descanso alguno. Sin una pausa para recargar energías. ¿Cómo no nos vamos a agotar?

Lamentablemente, la sociedad nos inculcó el miedo a disfrutar del presente y no hacer nada más que descansar un rato. La presión de ser como máquinas, trabajando sin parar, moviéndonos de un lado a otro, y que esa sea la definición de "productividad". Tomamos aquella denominada "productividad" como sinónimo de éxito, salud y trabajo, pero nada podría estar más alejado de la realidad.

Vivir despacio es uno de los mejores hábitos que podemos adoptar. Podemos disfrutar de cada recoveco de nuestro día a día. Podemos levantarnos un poco más temprano, realizar una rutina que se acomode a nuestros gustos y necesidades, y así, tranquilamente, gozar de nuestro día sin apuros. Imagináte en un viaje de una semana a un lugar que tanto deseas visitar. ¿Realmente querrías que el tiempo pase rápido y volver, o preferirías disfrutar del proceso?

En la vida, debemos disfrutar del proceso. Vivir sin descansos y agobiados por las tareas no es el camino que nos lleva a lograrlo. Tenemos que tomar la vida como ese viaje que tanto deseamos realizar y apreciarla. Siempre podemos permitirnos al menos un pequeño descanso. No existe el "no tengo tiempo", solo existe el "no sé organizar mi tiempo" o el "mi tiempo libre lo gasto en una pantalla que no hace más que distraerme de la realidad". Tenemos 10,080 minutos y 168 horas a la semana. Es una cuestión de invertir nuestro tiempo y decidir cómo aprovecharlo.

Existe una gran diferencia entre la productividad que conocemos y la productividad sana. En esta, la gratitud siempre va a ser el resultado a largo plazo. Primero, se basa en realizar las tareas más difíciles y con mayor fuerza de voluntad a la mañana; luego, al mediodía, tareas difíciles pero con menor fuerza de voluntad; y, por último, a la noche, las que requieren poca energía. Por otro lado, debemos disminuir o cambiar la manera en la que descansamos. No es lo mismo tomarse un rato leyendo un libro, escuchando un podcast o salir a caminar, que mirar las redes sociales en donde consumimos mucha información saturando nuestro cerebro, lo contrario que queremos realizar, es decir, descansar. Por último, debemos conocer el arte de la organización. Hoy en día, existen miles de maneras de ordenar nuestras tareas según las necesidades y tiempos de cada uno. Algunos ejemplos son el usar la técnica Pomodoro que consiste en dividir el tiempo de trabajo entre 25 minutos y 5 de descanso, 50 minutos y 10, etc. También la matriz de Eisenhower que consiste en realizar la siguiente tabla:

"Todo cambio es duro al principio, desordenado a la mitad y precioso al final

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"Todo cambio es duro al principio, desordenado a la mitad y precioso al final." (Sharma, El club de las 5 de la mañana)

El momento de cambiar es ahora. Dejá que la calma del presente te guíe por el camino correcto. Podemos elegir que el tiempo nos lleve o que nosotros lo llevemos a él. Elegimos entre la gratitud de vivir sin prisas o el estrés y el agobio. Y como siempre, me gusta recalcar esta palabra: elegimos.

Por último, quiero dejar esta frase para pensar de uno de mis libros favoritos de Robin Sharma: "Los guerreros nacen para hacer regularmente aquello que es difícil pero importante cuando resulta más incómodo." (Sharma, El club de las 5 de la mañana)

Tenemos la opción de decidir entre una vida fácil, sin desafíos y plana, sin distinguir un principio y un final. O, por el contrario, una vida con dificultades que terminan en lecciones y grandes saberes, desafíos con rumbo a metas, y, por último, altos y bajos que nos ayudan a distinguir entre el éxito y el fracaso, el "bien" y el "mal" y la calidad versus la cantidad. Entonces, ¿vos qué harías? ¿Qué camino estás dispuesto a tomar?

Muchas gracias por leer esto,
Mora_Selfcare.

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¡Hola! ¿Cómo están? Espero que se encuentren muy bien.

Bueno, hoy decidí publicar un capítulo lleno de información y temas nuevos que voy a profundizar más adelante. Cualquier sugerencia, pregunta o crítica constructiva, como ya saben, es más que bienvenida, y la pueden dejar en los comentarios. Ahora sí, va el listado de tópicos de "De la prisa al presente":

1-El ritmo acelerado de la vida

2-El tiempo libre y sus beneficios

3-De la productividad tóxica a la sana

4-Vivir sin prisa

5-Estrategias de Gestión del Tiempo

6-El arte del descanso

7-Del cambio y la elección

Ahora sí, no se olviden de votar este capítulo, 

¡nos vemos en el próximo capítulo!


¿Y si mañana no estamos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora