Ojos Para Una/ Chiyeon Adaptado

Capitulo 4

Ahyeon y Ruka escuchaban atentamente como Pharita les contaba de su
"momento especial" con Chiquita.
-No fue la gran cosa Pharita- la Japonesa la bajó de la las nubes-. A cualquiera le puede dar un beso en la mejilla.
-Me pidió que le enseñara clases de guitarra.
-¿Y?
-Eso debe ser una excusa para pasar tiempo conmigo. De hecho le pedí que
le
se quedara conmigo hasta más tarde y lo hizo- sonrió.
Estoy segura que
intereso mucho.
De inmediato el ceño de la pelinegra se frunció porque Chiquito le había dicho que le surgió algo y por eso no pudo ir.
Sintió inevitablemente celos y tristeza. Su masita bonita le había mentido y cancelado por pasar más tiempo
con
Pharita .
-Vo... debo ir al baño chicas, no tardo- se levantó de prisa de su asiento para poderse refrescar y alejar sus pensamientos afligidos.
Pero para su mala suerte la dueña de esos pensamientos entró junto a su grupo de amigas.
Chiquita le sonrió radiante, dispuesta a abrazarla con cariño y besarle su mejilla como siempre hacia para saludarla cuando Ahyeon desvió el rostro.
-¿Ahyen?- preguntó Chiquita confundida por su actitud.
-Lo siento Chiki, no estoy de humor, pero puedes ir con tu novia, tal vez
Pharita si
quiera recibir besos- soltó amarga.
-¿Mi qué?
-Nada olvídalo- se quiso ir pero su menor no la dejo porque tomó su mano y le suplicó con la mirada una explicación de su actitud.
Ahyeon la miró sintiéndose idiota por ser así, ni siquiera tenía derecho sobre ella y no podía enojarse de esa manera.
Estaba siendo inmadura e infantil.
-Lo siento Chiquita, es... es solo un mal día, empecé con el pie izquierdo-murmuró avergonzada. No es correcto que me desquite así cuando no es tu culpa. No te preocupes.
-Está bien, pero ¿Qué puedo hacer para animarte?
-¿Huh?

-No me gusta verte triste. Así que dime, que puedo hacer por ti para que estés
sonriendo.
«Un beso en los labios» pensó Ahyeon. -No es necesario Chiki, estoy bien. Te veo en- Chiquita se aferró a su brazo derecho y sonrió con dulzura.
-El otro día te saltaste una clase por mí, yo me saltaré ésta por ti- miró a sus amigas que estaban sonriendo con orgullo-. Chicas, las veo después.
-Seguro Chiquita, te vemos luego- salieron del baño cuchicheando algo que Ahyeon logró percibir como "Chiquita parece que no le teme al éxito". La pelinegra observó a la menor con confusión.
-No quiero que te pierdas nada por mí, en serio qu-
-Es solo una clase, no hará daño. Además es mi compensación por no haber podido estar anoche contigo. En verdad me hubiese encantado ir.- Y Ahyeon recordó la mentira, así que se soltó de su agarre.
-Sobre eso... ¿Por qué no simplemente me dijiste que preferías quedarte
con
Pharita ? Pude haber entendido, no era necesario que me mintieras con que te
surgió algo.
Chiquita ladeó la cabeza, analizando a Ahyeon y sus inconscientemente sexys expresiones al apretar sus puños de forma discreta o su ceño fruncido, que era inevitable no admirar.
-Con Pharita me quedé solo media hora más, porque mi mamá me llamó diciendo que mi padre había venido a vernos. Solo... le pedí que me enseñara a tocar la guitarra. No hubo nada más si estás pensando que es mi novia.
Su mayor sintió un tic en el ojo.
Mataría a Pharita por exagerar las cosas y hacerlas ver diferente.
-Es muy linda, atenta y tierna, pero... no es mi tipo.
Ahyeon se alivia enormemente, ella realmente pensó que estaba comenzando a sentir algo por su amiga desde que comenzaban a
llevarse tan bien -Canny- entrelazo sus manos-. Vamos con mis amigas. Quiero decirles algo a esas dos.- Chiquita sonrió sonrojada, no dudando ni un segundo en acercar su cuerpo con el de Ahyeon .
-¿Qué les dirás?- preguntó una vez estuvieron por el pasillo de los salones.
-Que no podré estar con ellas el sábado, porque irás conmigo al viaje
familiar
de esta semana.

-¿Acaso es una manera de invitarme o solo se los quieres decir para molestarlas?- Ahyeon paro en seco para mirarla con una sonrisa divertida.
-Ambas.
-¿Eh?, ¿En serio?
-Chiki, quiero que nos ácompañes. ¿Quieres ir conmigo como mi compañera?
-No tienes que decirlo dos veces. Iré- sonrió en grande. Y la pelinegra solo pudo enamorarse más de esa hermosa sonrisa y sus
abultadas mejillas.