Daddy

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Alastor se encontraba en la oficina de Charlie, haciendo el papeleo del hotel (como de costumbre) cuando Charlie entró en la habitación con una sonrisa pícara en su rostro.

La luz de las velas bailaba en sus ojos, y su cabello rubio parecía arder en la penumbra.

–Hola, deer daddy. –Dijo Charlie, acercándose a él con un contoneo en sus caderas que hizo que Alastor se sintiera incómodo.

–Charlotte, querida, te suplico: no me llames así. –Dijo Alastor, intentando mantener su compostura, pero a su voz la traicionaba una ligera tensión.

"Esto, sin lugar a dudas, debe ser obra de Angel." Pensó, molesto.

Sin embargo, Charlie se acercó más, con sus ojos brillando con diversión.

–Oh, ven, daddy, no seas tímido. –Susurró, acariciando su brazo con una suavidad que hizo que Alastor se estremeciera.

" O, quizás no. Charlotte es una sucubo, a fin de cuentas..." Razonó.

Alastor se sintía avergonzado, pero también intrigado. No podía negar que la forma en que Charlie lo llamaba "daddy" despertaba algo en él, algo que no podía explicar.

Decidió sacar provecho de la situación y sonrió, permitiendo que Charlie se sentara en su regazo.

–¿Qué crees que estás haciendo, Charlotte? –Preguntó, intentando sonar severo, pero a su voz la traicionaba su naciente y creciente excitación.

Charlie se rió, acercando su rostro al de Alastor.

–Solo estoy jugando un poco, daddy. –Dijo, besando su cuello con una suavidad que hizo que Alastor se derritiera.

Alastor se estremeció, sintiendo un calor creciente en su interior. No podía creer que estuviera disfrutando de esto, que estuviera permitiendo que Charlotte lo provocara de esta manera.

Pero no podía parar, no podía detenerse.

No quería.

La habitación se desvaneció, y solo quedaron ellos dos, envueltos en una niebla de pasión y deseo.

Alastor sintió que se perdía en los ojos de Charlie, que se hundía en su abismo de seducción.

Pero entonces, todo se desvaneció.

Alastor se despertó en su cama, jadeando y confundido. ¿Había sido solo un sueño?

Umbra se apresuró a colocarse frente a él, la sombra lo observaba, parecía confundida por el estado de su amo.

Alastor se sentó, intentando procesar lo que había sucedido. No podía permitir que sus sentimientos hacia Charlotte (cualquiera que éstos fueran) interfirieran con su plan maestro para llegar al trono del infierno.

Su relación con Charlotte era solo una parte de su estrategia, nada más.

Pero, mientras se levantaba de la cama, no podía sacudirse la sensación de que algo había cambiado.

¿Había sido solo un sueño, o algo más? 

Se miró en el espejo, y por un momento, vio a Charlotte reflejada en sus ojos, sonriendo y llamándolo "daddy".

Un movimiento involuntario de su cola le confirmó que, efectivamente, algo andaba mal.

Charlastor week 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora