Capítulo 10

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El comedor quedó vacío cerca de las diez de la mañana, por lo que sin contar con un gran apetito Taehyung se sentó en la solitaria mesa.

Jimin le sonrió con calidez mezclada de pena. Sirvió con movimientos eficientes la avena horneada en un plato, vertió leche sobre ella y dejó los cubiertos preparados para ser usados. Un plato rebosante de fruta fue puesto a un lado, donde a su lado contrario se encontraba el tocino acompañado de unas croquetas de papa.

Taehyung le agradeció en silencio.

¿Había comido algo ayer después del desayuno?

Torció el gesto cuando su estómago hambriento se resintió con un sonido nada prudente de un Príncipe.

Jimin dio dos pasos atrás cuando pareció satisfecho con la preparación del desayuno.

El alfa peliblanco le sonrió en agradecimiento mientras comenzaba con la ingesta.

Había tenido que evitar toda la mañana a su familia y personal del servicio para ahorrarse rumores acerca de su apariencia. Después de la reunión con Ye jin se refugió en su despacho y adelantó parte de su trabajo.
Sin embargo habían dos cosas de las que no podría librarse:
La inminente reunión con Sooyoung y su responsabilidad con la manada de lobos.

Sooyoung había programado una reunión con su padre desde hacía tres semanas y sabía por las habladurías del servicio que precisamente no era para retrasar la boda.

Suspiró en medio de su comida.

Si lograba arreglar las cosas del Clan antes de la boda podría ahorrasse todo el teatro del evento. Pero faltaban unos tres meses para eso. Claro que si todo salía bien su padre dejaría el mundo mucho más antes.

Una tragedia.

Los lobos eran una cosa completamente aparte. No solían inmiscuirse en los asuntos fuera de la manada, por lo que Taehyung podría apostar que la única información que tendrían era que los Clanes estaban en guerra. Las únicas personas que solían mezclarse con los integrantes de los clanes eran Minhyuk y Yejin, debido a sus responsabilidades de cuidar a los futuros Alfa y Luna del Clan.

Taehyung poseía un aprecio inmenso a esa parte de su vida y sabia que la visita de Minhyuk era una silenciosa orden de presentarse ante la manada para hacerles saber que todo estaba bien. Aunque el caso fuera lo contrario.

Taehyung solía ir con recurrencia al hogar de la manada cuando tenía días libres y aunque nunca lograba evitar preguntas acerca del paradero de su alfa todos parecían complacidos con las personas que heredarian el mandato de la manada.

Recordaba vagamente que la última visita que habían hecho como Alfa y Luna había sido hace mas de cuatro años. Unos días antes de separarse. Luego se toparon algunas veces en los dos años siguientes, fingían qué todo seguía igual entre ellos ante el clan. Taehyung siempre pensó que nunca era una coincidencia encontrarse el mismo día, dado que aún mantenían un lazo el Alfa de hielo sospechaba que Jungkook solía ir cuando él lo hacía para verse aunque hubiera resentimiento. Algo que el peliblanco amaba y agradecía.

Pero desde que Jungkook había roto el lazo, Taehyung ni siquiera había podido verlo. Parecía que la tierra se lo había tragado, nadie en su clan lo había visto y ni siquiera la manada había recibido su visita.

Minhyuk había controlado la situación haciéndole saber que era mejor no presentarse para evitar preocupaciones entre los lobos ya que ni siquiera su mentor sabía que había sido de Jungkook.  Un balanceo de pasos le regresó la mente a la realidad.

Alzó una ceja en su dirección cuando observó el gesto contraído de Jimin.

—¿Algo que quieras decir, Jimin? — Preguntó llevando más comida a su boca.

Lid de Convicción (KookV) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora