(^.^)Chapter Six(^.^)

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Era ya de noche y los hijos de villanos estaban en la cocina, porque a Mal se le ocurrió darle un hechizo de amor al príncipe Ben para que ella pudiera ser su novia, para así estar al frente junto a la varita del Hada Madrina en la coronación.

Uzziah revisaba en el refrigerador de la cocina para ver si había algún dulce, agarró unos panecillos que no tenían el "guardado para fechas especiales" que el resto sí.
Se acercó a Carlos y le pasó algunos, él se lo agradeció y miraron hacia la peliazul y la pelimorada quienes se encargaban de las galletas.

-Encontraste a tu hermana -murmuró para que el castaño la pudiera oír, él se giró a verla por lo que acababa de decir y ella estaba con un semblante tranquilo- lo he notado, cuando llegamos, el parecido que tienen.

-Si -respondió con una pequeña sonrisa.

-Eso es bueno, puedes preguntarle lo que siempre has querido preguntarle -mencionó la de trenzas sentándose en la mesada en medio de ambos chicos.

-Si el genio tiene una casa en la lámpara -mencionó él a lo que la de trenzas asintió con una sonrisa divertida- no sé si me dejen acercarme a ella.

-¿Tu sigues las reglas? -le preguntó sarcástica con una ceja levantada.

-No.

-Entonces, debes acercarte.

El peliblanco estaba callado escuchando atentamente mientras deboraba los panecillos que su amiga le había pasado, junto a chocolate derretido que también ella le había pasado -era el más mimado de toda la isla de los perdidos- Uzziah se acercó a ver como iban con la masa de las galletas.

-¿Crees que en verdad funcione? -cuestionó insegura la de trenzas mirando a su amiga cocinando.

-Debe de serlo, este libro es el mejor -aludió la pelimorada mirando la receta en el libro- hace falta una lágrima de tristeza humana.

-¿Picamos una cebolla? -preguntó Carlos tomando uno de un canasta.

-Dijo humana, Carlos -respondió suavemente la de trenzas- ¿dónde están las princesitas cuando las necesitas?

La puerta se abrió dejando ver a una chica rubia con una sonrisa y un pijama corto de color rosa. Uzziah sabía que era una de las mejores amigas de Morgana, se sintió muy nerviosa al verla así y con la mirada somnolienta.

-¿Que hacen en las cocinas a estas horas? -preguntó confundida acercándose un poco hacia la mesada donde ellas estaban- ¿bocadillo nocturno, eh?

Metió un dedo cubierto por plástico que usan en la cocina, probó la mezcla que tenían y ellos soltaron un fuerte ¡No! pues estaban asustado de sí ya etaba listo.

-¿Que? No voy a comerlo de vuelta -aseguró ella con una sonrisa divertida.

-¿No le falta algo? -cuestionó la de trenzas algo insegura mirando a la peliazul.

Jay se acercó de forma coqueta hacia ella, ella lo miró algo desinteresada, y una idea en su cabeza apareció.

-¡Chispas de chocolate! Oh, y vainilla, Morgana los hace así y son perfectos -mencionó con una sonrisa emocionada caminando hacia la nevera- la calidez de las galletas te envuelven como un abrazo familiar.

Los hijos de villanos la miraron confundidos mientras ella volvía a estar frente a ellas, ella se dio cuenta de eso mientras colocaba los ingredientes en la mezcla.

-¿Que sus padres no les daban abrazos o cocinaban galletas cuando se sentían mal? -cuestionó la rubia algo apenada de preguntar, la única que pudo reaccionar fue Evie, que negó algo decaída.

The Prophecy (A Descendants Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora