La ciudad de Nueva York nunca dormía. Las luces de Times Square iluminaban las calles, llenando el aire de energía y promesas. Lilith caminaba por la acera, con el sonido de sus tacones resonando en el pavimento, mientras se dirigía a su cafetería favorita. Cada mañana, ese lugar era su refugio, un rincón donde podía escapar del mundo del espectáculo, aunque solo fuera por unos minutos.Al entrar en la cafetería, el aroma del café recién hecho la envolvió como un abrazo cálido. Lilith sonrió, sintiendo cómo el estrés de su apretada agenda se desvanecía. Se acercó al mostrador y pidió su habitual capuchino, mientras observaba a los clientes que charlaban animadamente. Como actriz, sabía que cada rostro tenía una historia, pero hoy su mente estaba ocupada en otra parte: su próxima audición.
Mientras esperaba, se giró para buscar una mesa, pero en ese momento, un hombre de cabello negro y ojos azules, con un aire de despreocupación que desmentía su mirada intensa, entró en la cafetería. Dereck. El nombre resonó en su mente como un eco, recordándole la noticia que había leído hace meses sobre el ex-rockstar que había dejado su banda. Era imposible no reconocerlo; su imagen había estado en todas partes.
Lilith no era de las que se dejaban impresionar, pero algo en su presencia la hizo sentir incómoda. Ella, la famosa actriz, frente a él, el músico caído en desgracia. La curiosidad la llevó a observarlo mientras él pedía su café, su expresión era la de alguien que había perdido mucho y estaba buscando su camino.
Pero en el instante en que se giró para volver a su mesa, un tropiezo la distrajo. Sin darse cuenta, Lilith chocó con Dereck, quien había decidido dar un paso atrás para alejarse del mostrador. El capuchino que sostenía se derramó, cayendo sobre la camiseta negra de Dereck.
—¡Oh, no! —exclamó Lilith, su rostro se sonrojó mientras miraba cómo el café goteaba sobre él.
Dereck la miró, sus ojos azules destilaban incredulidad. —¿En serio? ¿Eso es lo que haces, derramar café sobre la gente? —su tono era sarcástico, como si disfrutara el momento.
Lilith frunció el ceño. —No fue intencional, ¿sabes? —respondió, cruzando los brazos con indignación. —Además, no es mi culpa que estés en medio del camino.
—¿En medio del camino? Estoy en una cafetería, como cualquier persona normal. Tal vez deberías mirar hacia dónde vas, estrella de cine.
La tensión en el aire se podía cortar con un cuchillo. Las miradas de los demás clientes se centraron en ellos, algunos tratando de ocultar las sonrisas. Lilith no podía creer que estaba discutiendo con un desconocido que acababa de derramar su café. Pero había algo en su actitud desafiante que la irritaba.
—¿Y tú? —dijo, tratando de mantener la compostura—. ¿No tienes mejor cosa que hacer que discutir con una actriz?
Dereck se encogió de hombros, una sonrisa desafiante asomándose en sus labios. —No, la verdad es que no. Estoy buscando un trabajo, y me parece que un buen café es una prioridad. Pero ahora, parece que tengo que cambiarme de ropa.
La chispa de la rivalidad se encendió, y Lilith sintió que sus defensas se alzaban. —Quizás deberías dejar de lado tu ego de rockstar por un momento y aprender a ser responsable.
—Y tú deberías dejar de actuar como si fueras la reina del mundo. No eres tan especial —replicó Dereck, su tono se tornó serio.
Lilith lo miró, sorprendida. Nunca la habían confrontado de esa manera, y aunque se sentía molesta, había algo en su franqueza que la intrigaba. Pero no podía dejar que eso le afectara.
—Disculpa, pero tengo cosas que hacer. —Dijo, girándose para marcharse, pero no sin antes lanzar una última mirada de desdén.
Dereck la observó alejarse, sintiendo una mezcla de frustración y curiosidad. ¿Quién se creía esa chica?
La vida de ambos estaba en caminos completamente diferentes, y sin embargo, el encuentro había dejado una chispa que no podía ignorar. Se pasó una mano por el cabello, tratando de despejar la confusión que comenzaba a formarse en su mente. No era la primera vez que alguien lo menospreciaba, pero había algo en el desafío de Lilith que lo había afectado de una manera que no esperaba.
Mientras ella salía de la cafetería, Lilith sintió su corazón latir fuertemente. Se detuvo en la acera, respirando hondo para calmarse. Había tenido encuentros incómodos antes, pero este era diferente. Era como si Dereck, con su actitud arrogante, hubiera visto a través de su fachada de actriz, tocando una fibra sensible que no sabía que existía.
—¡Qué arrogante! —murmuró, intentando convencerse de que no le importaba. Pero, a pesar de sus palabras, no podía dejar de pensar en sus ojos azules y esa sonrisa desafiante que la había irritado tanto como intrigado.
Decidió que debía concentrarse en la audición. En unas horas, tendría que dar lo mejor de sí en una prueba que podría cambiar su carrera. Su mente debía estar enfocada en eso, no en los ojos de un ex-rockstar que había perdido su camino.
Al llegar a su departamento, se dio una ducha rápida y se preparó. Miró su reflejo en el espejo y se dio ánimo. Sabía que podía hacerlo. Era una actriz talentosa y había trabajado duro para llegar a donde estaba. Pero aún así, la imagen de Dereck seguía apareciendo en su mente, como un eco persistente.
Mientras tanto, en otro rincón de la ciudad, Dereck se encontraba en su pequeño apartamento, rodeado de guitarras y letras inacabadas. La frustración lo invadía. Había pasado tanto tiempo alejado del escenario y, aunque disfrutaba de su libertad, sentía que algo faltaba. La música solía ser su vida, y ahora solo era un eco lejano.
Se sentó en su sofá, mirando por la ventana hacia las luces de la ciudad. El encuentro con Lilith lo había dejado pensando. La forma en que lo había mirado, desafiándolo, lo hizo sentir vivo de nuevo. Nunca había sido del tipo que se dejara afectar por las opiniones de los demás, pero había algo en ella que despertaba su curiosidad.
—Genial, Dereck —se dijo a sí mismo, riéndose con ironía—. Ahora te obsesionas con una actriz que no tienes oportunidad de conocer. ¿Qué sigue? ¿Componer una canción sobre ella?
Sin embargo, no podía evitarlo. La chispa que había sentido en la cafetería lo mantenía despierto. Se levantó y tomó su guitarra, comenzando a tocar un riff que había estado trabajando. Pero su mente se desvió, y en lugar de eso, comenzó a escribir sobre la chica que había derramado su café, sobre la rivalidad que había surgido de la nada.
Mientras tanto, Lilith se encontraba en la sala de audiciones, rodeada de otros actores. La presión en el aire era palpable. Sabía que debía dar lo mejor de sí, pero su mente seguía volviendo a ese encuentro en la cafetería. La manera en que Dereck había respondido a su desafío, su mirada intensa... Fue como si él viera a través de ella, a la parte vulnerable que solía esconder.
Cuando llegó su turno, inhaló profundamente y se dirigió al escenario. Se centró en su personaje, tratando de dejar atrás la distracción. Pero a medida que interpretaba su escena, se dio cuenta de que todo lo que había sentido durante el encuentro con Dereck se filtraba en su actuación, dándole una intensidad que no había anticipado.
Al final de la audición, los jueces la miraron con interés. Una de las productoras sonrió y asintió, como si hubiera visto en ella algo especial. Lilith sintió una mezcla de alivio y satisfacción. Había hecho lo que se esperaba de ella, pero aún así, la imagen de Dereck seguía danzando en su mente.
Después de un largo día, regresó a casa, sintiéndose cansada pero satisfecha. Sin embargo, a medida que se preparaba para dormir, se encontró revisando su teléfono, buscando alguna noticia sobre el ex-rockstar. Había algo en su historia, en su lucha, que la intrigaba.
"¿Por qué me importa tanto?", se preguntó en voz alta. Cerró los ojos, dejando que la fatiga la envolviera, pero antes de caer en un sueño profundo, una última imagen de Dereck cruzó su mente.
ESTÁS LEYENDO
UN AMOR ENTRE NOTAS
RomanceEn la vibrante ciudad de Nueva York, donde las luces brillan y el café humeante se sirve en cada esquina, dos mundos chocan de manera inesperada. Lilith, una hermosa y talentosa actriz de 23 años, es conocida por su carisma en la pantalla y su fuert...