Lilith había pasado la semana intentando evadir cualquier pensamiento sobre Damian. La herida de su traición aún estaba fresca, aunque había encontrado una extraña paz en su rutina diaria. Caminaba por las calles de Nueva York, sumergiéndose en la vida vibrante de la ciudad, descubriendo cafés pequeños y galerías de arte que le ofrecían un refugio de su dolor.Pero esa paz se vio interrumpida una tarde cuando, al salir de una librería, lo vio. Damian estaba de pie en la acera, con su cabello desordenado y una expresión de arrepentimiento grabada en su rostro. El tiempo parecía detenerse mientras ella lo observaba, recordando los momentos felices que habían compartido, pero también el profundo desgarro que su traición había causado. Sin embargo, la ira y el dolor se mezclaron con una curiosidad innegable.
—Lilith —dijo, acercándose lentamente—, necesito hablar contigo.
Ella se quedó quieta, el corazón latiendo con fuerza. La última vez que lo vio había sido en una despedida dolorosa, llena de lágrimas y gritos, cuando él se había marchado con Ximena, la traidora que había destrozado su confianza.
—¿Qué haces aquí, Damian? —preguntó, intentando mantener la voz firme, aunque le costaba disimular la vulnerabilidad que sentía.
—Vine a buscarte —respondió él, su tono sincero, casi suplicante—. Sé que no tengo derecho a pedirte nada, pero necesito que me escuches.
Lilith tomó una respiración profunda, tratando de ahogar el torbellino de emociones que se agolpaban en su pecho.
—¿Escucharte? ¿Después de lo que hiciste? —replicó, su voz temblando un poco—. Me traicionaste con Ximena, mi mejor amiga. No creo que haya nada más que decir.
—Lo sé —dijo Damian, sus ojos reflejando una mezcla de arrepentimiento y tristeza—. Fui un idiota. Te cambié por alguien que nunca debió haber estado en mi vida. Pensé que Ximena me haría feliz, pero solo me dio soledad. No puedo dejar de pensar en lo que perdí contigo.
Lilith se cruzó de brazos, un gesto defensivo.
—¿Y qué esperas, Damian? ¿Que te perdone y regrese a tu lado como si nada hubiera pasado? —su voz estaba cargada de incredulidad.
—No sé. Tal vez. Solo sé que me doy cuenta de cuánto te amaba, y cómo te fallé. Nunca debí dejarte ir. —Su mirada se volvió intensa, casi suplicante—. He estado en un lugar oscuro desde que te perdí. Y me arrepiento cada día de haberte hecho daño.
Lilith sintió un tirón en su corazón, pero rápidamente lo reprimió. Las palabras de Damian resonaban en su mente, pero no podían borrar el dolor que había sentido.
—No puedes pedir perdón y esperar que todo vuelva a ser como antes —dijo, su voz más suave, pero firme—. La confianza no se reconstruye de un día para otro.
—Lo sé —respondió él, su voz llena de sinceridad—. Pero quiero intentarlo. Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para demostrarte que he cambiado. No quiero perderte de nuevo.
Ella lo miró fijamente, buscando alguna señal de que realmente estaba hablando en serio. Su corazón se debatía entre la esperanza y el miedo.
—¿Y qué hay de Ximena? —preguntó, su voz apenas un susurro—. ¿Qué pasará si decide aparecer de nuevo?
—No quiero nada con ella. Ya no. —Damian dio un paso adelante, como si quisiera cerrar la distancia entre ellos—. Lo que sentía por ella fue una ilusión, algo efímero. Lo que siento por ti es real, y estoy dispuesto a demostrarlo, si me das una oportunidad.
Lilith sintió un torrente de emociones. La parte de ella que aún lo amaba quería creerle, pero la herida era profunda.
—Necesito tiempo —finalmente dijo, su voz temblando—. No puedo simplemente olvidarlo todo.
Damian asintió, su expresión mostrando comprensión.
—Lo entiendo. Solo quiero que sepas que estoy aquí, y que haré lo que sea necesario para ganarme tu confianza de nuevo.
Con esas palabras, él dio un paso atrás, dejándola en el umbral de una decisión que cambiaría su vida. Lilith lo observó alejarse, sintiendo una mezcla de tristeza y alivio
Lilith se giró para marcharse, pero una oleada de valentía la detuvo en seco. Sabía que había algo más que debía decir, algo que había mantenido en secreto incluso de sí misma. Con un profundo suspiro, se volvió de nuevo hacia Damian.
—Espera... —dijo, su voz temblando ligeramente—. Hay algo más que necesitas saber.
Damian la miró, con una mezcla de esperanza y temor en sus ojos, como si estuviera esperando que revelara algo que podría cambiar las cosas a su favor.
—¿Qué es? —preguntó, su voz llena de anticipación.
—Estoy saliendo con alguien más. —Las palabras salieron de su boca con una claridad que la sorprendió a ella misma.
La expresión de Damian cambió instantáneamente. Su rostro se tornó pálido y sus ojos se abrieron con incredulidad.
—¿Con quién? —preguntó, su voz apenas un susurro.
—Con Derek. —El nombre salió de su boca como un acto de liberación. Habían pasado semanas desde que habían comenzado a salir, y aunque era algo nuevo y frágil, le había dado una sensación de alegría y esperanza que no había sentido desde su ruptura con Damian.
Damian se quedó en silencio, asimilando la noticia. Sus hombros se hundieron, como si cada palabra de Lilith le hubiera quitado el aire.
—¿Derek? —repitió, tratando de procesar la información—. ¿Desde cuándo?
—Desde hace un par de meses. —Lilith se sintió vulnerable al compartir esto, pero sabía que era necesario—. No estaba buscando a nadie, pero él apareció en mi vida y me hizo sentir bien. Me hizo reír, y me ayudó a ver que puedo encontrar la felicidad de nuevo.
—¿Y qué sientes por él? —preguntó Damian, su voz temblando entre la tristeza y la incredulidad.
—Me gusta. Hablamos, compartimos cosas, y no tengo que preocuparme por las traiciones del pasado. —Lilith sintió que una parte de ella se aliviaba al decirlo. Era cierto. Derek le había ofrecido una nueva perspectiva y un nuevo comienzo.
Damian dio un paso atrás, como si las palabras de Lilith lo hubieran golpeado físicamente.
—Así que, ¿realmente has seguido adelante? —su tono era de desolación—. ¿Y yo no significo nada para ti ahora?
—No es eso. —Lilith sintió la necesidad de aclarar—. Siempre tendrás un lugar especial en mi corazón, pero no puedo vivir en el pasado. Necesito mirar hacia adelante y encontrar lo que es mejor para mí.
Damian se quedó en silencio, su mirada fija en el suelo. Lilith podía ver cómo luchaba con sus emociones, la tristeza y el arrepentimiento mezclándose en su rostro.
—No puedo creer que esto esté pasando —murmuró—. Pensé que podríamos tener una segunda oportunidad.
—Quizás algún día, pero no ahora. —Lilith dio un paso hacia él, sintiendo una mezcla de compasión y firmeza—. Necesito concentrarme en mí misma y en lo que realmente quiero. Y en este momento, eso es Derek.
Damian asintió lentamente, aceptando la realidad.
—Está bien. Solo espero que encuentres lo que buscas. —Su voz era un eco de su desolación—. Mereces ser feliz.
Lilith sintió una punzada de tristeza por él, pero sabía que su decisión era la correcta.
—Gracias, Damian —dijo, su voz suave, casi como un susurro—. Espero que encuentres también tu camino.
Con un último vistazo, giró sobre sus talones y se alejó, sintiendo una mezcla de liberación y tristeza. Sabía que había tomado la decisión correcta, pero el eco del pasado la seguiría durante un tiempo. Mientras caminaba por las calles iluminadas de Nueva York, sintió que, al menos por ahora, estaba lista para enfrentar lo que le ofrecía el futuro, incluso si eso significaba dejar atrás lo que una vez había amado.
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UN AMOR ENTRE NOTAS
RomanceEn la vibrante ciudad de Nueva York, donde las luces brillan y el café humeante se sirve en cada esquina, dos mundos chocan de manera inesperada. Lilith, una hermosa y talentosa actriz de 23 años, es conocida por su carisma en la pantalla y su fuert...