Sakura solo quería obtener una nueva camiseta. ㅤㅤ ㅤㅤ ㅤㅤ
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Sakura no se traga la aparente sorpresa que Suou muestra al encontrarse, según dice, por mera casualidad en la tienda de ropa de segunda mano que está en el territorio de Shishitoren.
Aún así, no encuentra en sí mismo la fuerza para enojarse debido a que tiene que centrarse en no dejar ver la vergüenza que siente; Suou actúa casualmente, con la sonrisa calmada, casi suave, que lo caracteriza y Sakura se esfuerza por imitarlo al comportarse como siempre.
Fracasa. El par de camisetas usadas que sostiene en sus manos se sienten pesadas y Sakura quiere tirarlas en la cara de Suou para salir corriendo; no lo hace. Es pura fuerza de voluntad la que lo mantiene en su lugar, con la frente en alto, convenciéndose de que no debe sentir pena alguna por tener que comprar su ropa en un lugar como este.
Incluso cuando breves recuerdos desagradables lo tienen con la garganta echa un nudo, Sakura se queda de pie ergido, mostrándose tan digno como puede al tener la cara rosada.
──── ¿Estás de compras? ───Suou dice con un tono que no implica juicio ni mucho menos disgusto; Sakura, aún así, se mantiene a la defensiva. No puede evitarlo.
──── Sí. ───Él gruñe. Suou sonríe ampliamente, luciendo entusiasmado; Sakura frunce el ceño ante eso, retrocediendo cuando el chico del parche se acerca.─── ¡¿Qué quieres?!
──── ¡Compremos juntos, Sakura-kun! ───Suou propone con tono cantarín, dejando que sus manos rodeen uno de los brazos de Sakura con tacto medido de modo que sería extremadamente fácil para el más bajo soltarse del agarre.
El instinto de Sakura lo impulsa a hacerlo, a quitar el brazo y dejar a Suou ahí; sin embargo, los dedos de Suou son suaves y cálidos alrededor de su piel, cuidadosos de tal forma que Sakura se siente cuidado y seguro y es casi ridículo que este vano contacto provoque dichas emociones pero lo hace y Sakura no quiere apartarse.
──── ¿Tú… también compras aquí? ───Pregunta tontamente una vez logra que su lengua se despegue de su paladar. Sakura da todo de sí para no distraerse con la forma en la que el arete de borla de Suou se mece cuando el pelirrojo ladea la cabeza en un gesto bastante lindo.
Suou tararea, guiando a Sakura entre los diminutos pasillos formados por los varios colgadores de ropa que hay; debido al estrecho espacio, y a que aún se mantiene enganchado al brazo ajeno, los cuerpos de ambos avanzan en constante roce.
Sakura se recuerda a sí mismo como respirar cuando Suou lo suelta, dejando caer las manos con un movimiento fluido, la yema de los dedos pasando en un tacto que apenas siente a lo largo de la piel de su brazo. Suou no parece darse cuenta del caos que le provoca a su mente, así que Sakura da lo mejor de sí para que esto no sea demasiado evidente en su expresión.
──── ¿Solo compras camisetas blancas, Sakura-kun? Creo que te iría bien el rojo. ───Suou habla y Sakura se esfuerza por escucharlo y no perderse en pensamientos esponjosos relacionados a lo bonitas que son las manos de Suou, de dedos largos que terminan en uñas bien cuidada; también está lo bonito que es Suou de perfil, con la nariz afilada y los pómulos marcados y los pequeños labios rosados y…
› ¿Me estás escuchando, Sakura-kun? ───La voz de Suou, y el repentino acercamiento de una de esas bonitas manos a su rostro, sacan a Sakura de su muy tonta mente. ¿Qué diablos se supone que está pensando?
──── Rojo suena bien. ───Dice tan elocuentemente como puede. Suou lo observa un segundo antes de sonreír ampliamente. Sakura desvía bruscamente la mirada cuando más pensamientos bastante ridículos giran en su cabeza.
Necesita hablar con Kotoha sobre lo que sea que sea esto. ¿Tal vez está enfermo? El corazón le late demasiado rápido y las rodillas le tiemblan. Quizás es un resfriado por el reciente cambio de clima.
──── ¿Qué tal un verde también? ¿Sakura-kun? ¿Pasa algo?
──── ¡Verde está bien!
Definitivamente hay algo mal con él. Ni en los años en los que su voz cambió llegó a sonar tan chillón.
Distraído en su preocupación, Sakura no nota lo triunfante que luce Suou.
Él también planea conversar con Kotoha. Para darle las gracias.
¡Y eso que esto es solo el comienzo!
Ganarse el corazón de un gato salvaje no es trabajo fácil, ¿Cierto? Aunque Suou puede confiar en que está haciendo un buen trabajo.
