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El torneo era en dos días.

El campamento había terminado justo cuando quedaban cuatro días para la competencia, y ya habían pasado dos días.

La escuela les había dado un día libre para que descansaran y se prepararan para el gran día. Rosé tenía todo el día libre en casa, y debía tomarse un descanso de los entrenamientos para que su cuerpo descansara y se recuperara para estar en las mejores condiciones mañana.

Todo estaba listo. Rosé parecía tranquila y preparada. Jisoo ya se había tomado tiempo libre en el trabajo para venir al partido de Rosé. Y Jennie estaba haciendo todo lo posible para asegurarse de que Rosé estuviera bien cuidada.

Jennie intentaba seguir con su día como de costumbre, pero le resultaba difícil. Era agradable volver a tener a Rosé en casa; estaba descansando en su habitación. Pero Jennie sentía que llevaba tanto tiempo sin ver a Rosé, sin tocarla o simplemente sin estar cerca de ella, que la idea de que Rosé estuviera justo arriba y fuera de su alcance la estaba volviendo casi loca.

Pero sabía que no podía molestar a Rosé ahora. No en un momento tan crucial como éste. Su competición era mañana y lo último que Rosé necesitaba era una distracción. Así que Jennie reprimió sus sentimientos y trató de distraerse.

Finalmente llegó las dos de la tarde, y Jennie entro a la cocina para hacer la comida y una bebida llena de vitaminas para Rosé. La rubia había empezado a tomarla desde que había empezado su dieta y la castaña la ayudaba a prepararla todos los días.

Jennie subió las escaleras con la bebida y llamó a la puerta de Rosé.

— ¿Rosie?...

— Entra... —, La voz de Rosé sonaba un poco forzada al venir de dentro. Confundida, Jennie giró el pomo y abrió la puerta.

Rosé estaba de pie, de cara a la ventana, haciendo unos ligeros estiramientos. Solo llevaba un par de boxers y un sujetador deportivo, que dejaban al descubierto su piel suave y sus músculos tonificados ante los ojos sorprendidos de Jennie. El cuerpo de Rosé estaba más esculpido de lo que Jennie hubiera imaginado jamás, y se había puesto tan delgada y en forma en tan poco tiempo. Sus abdominales se veían a través de la fina línea de su estómago, si quiera tenía que flexionarse para hacerlos ver.

— ¿Jennie?

Jennie parpadeó. Probablemente llevaba segundos allí de pie, con cara de tonta. No podía culparse. Rosé era tan... caliente.

Y su vestimenta no ayudaba en absoluto. Claro, Jennie había visto a Rosé con mucha menos ropa antes, pero esto era diferente de alguna manera.

Jennie entro tímidamente a la habitación y cerró detrás de ella. — Uhh... Te traje tu bebida... —, murmuró sonrojada, dejando el vaso en el escritorios de Rosé. De repente sintió mucho calor... Seguramente el aire acondicionado no funcionaba.

— Gracias —, sonrió Rosé. Empezó a acercarse a Jennie, y aunque ésta instintivamente quiso retroceder, se obligó a quedarse quieta. — ¿Estás ocupada ahora?

Jennie tuvo que hacer uso de toda la  voluntad de su cuerpo para no echar un vistazo al cuerpo de Rosé. — N-no... ¿necesitas algo?

Rosé se tumbó en su cama, le dedicó una sonrisa ladeada a Jennie y dió un par de palmadas a su lado. — Mm, sólo quería pedirte que te quedaras aquí conmigo. Estoy taaan aburrida.

A pesar de que a Jennie le resultaba torturoso estar tan cerca de ella, se quedó de todos modos para no rechazarla. Jennie se acostó alado de la rubia, para después sentir una mano deslizarse por su cintura para descansar ahí.

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⏰ Última actualización: Aug 13 ⏰

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𝐒𝐈𝐍𝐅𝐔𝐋 𝐏𝐀𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 | ᴄʜᴀᴇɴɴɪᴇ ɢ!ᴘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora