Sentados en un banco bajo un árbol sin hojas por la llegada del otoño, se encontraban Draco y Harry, esperando la hora de su última clase del día.
—¿Cuántos años tienes? —preguntó Draco.— En estos tres días que llevamos conociéndonos, aún no te he preguntado tu edad.
—Tengo diecinueve.
—Oh, que joven eres. —dijo sonando como un viejito. Harry rió.
—Disculpe, señor ¿cuántos años tiene usted?
Draco sonrió a su lado.
—Tengo veintiuno.
Se quedaron en silencio unos segundos hasta que Draco volvió a hablar.
—Me sorprendí porque, discúlpame si te incómodo o digo algo que te moleste, pero te vez joven para ser papá.
—Oh. —Harry tocó su estómago. Hasta el momento Draco no había comentado nada acerca del embarazo de Harry, así que, pensó que no se había dado cuenta, pero al parecer sí lo había hecho.— Bueno, este embarazo no fue planeado, así que, sí, soy joven para tener un bebé.
—¡No te estoy juzgando ni nada! —dijo rápidamente y levantó las manos para aclarar.— Solo me sorprendió y- y..
—Está bien, Draco. —sonrió Harry.— Estoy feliz.
—Eso es bueno. —le devolvió la sonrisa el chico rubio.— Su otro padre debe estar emocionado también.
La sonrisa de Harry desapareció e hizo una mueca.
—Bueno, digamos que a él no le gusto para nada la noticia de tener un hijo. —se encogió de hombros.— Y digamos que ahora vive en otro país con su esposa.
—¿¡Qué!? Dios, estoy echando a perder esto cada vez más. —se cubrió la cara con las manos.
Harry rió.
—Tranquilo, está bien. No me molesta que preguntes. —le sonrió para tranquilizarlo.— Los amigos se deben conocer.
—Claro. —rieron.—¿Entonces puedo preguntar más?
—Por supuesto, lo que quieras. —accedió Harry, ya que, aunque ver a un hombre embarazado era normal, no se veía tanto.
Draco lo pensó un momento antes de hacer alguna pregunta.
—¿Te dan antojos?
—Si, muchos.
—¿Cómo cuáles? —apoyo su cara en su brazo que tenía sobre el respaldo y miraba a Harry atento.
Las mejillas del moreno se tiñeron un poco de rosa y evito mirar a Draco por un momento.
—Pues lo normal, pizza, chocolates, helado, pepinillos. —Draco rió.— Pero sobretodo, tarta de melaza. La amo.
—¿Es tu comida favorita?
—Si, mi madre me la hacía cuando era pequeño. —sonrió melancólico.
—Ya veo. —sonrió Draco mirando a Harry.— Por cierto, ¿cuánto tienes? —dijo refiriéndose al embarazo.
—Ya cumplí los siete meses.
—¿¡Siete meses!? —se asombro Draco.— ¿Ya tienes un nombre? ¿Es hombre o mujer?
—No tengo un nombre todavía, porque aún no he querido abrir la carta donde me entregaron la hoja que dice lo que es.
—¿Por qué?
—Quería abrirla con mis amigos y hacer algo especial, pero tuvieron que irse antes a sus universidades, así que... —se encogió de hombros.— No la he abierto.
Draco quedó con la boca abierta. Miro el cielo pensativo y luego miró a Harry. Carraspeo aclarandose la garganta.
—Si quieres... bueno, solo si tú quieres, podemos hacer una cena entre los dos o con Blaise igual, para revelar el sexo del bebé. —propuso.
El corazón de Harry empezó a latir rápido y sus ojos brillaron por las lágrimas que se empezaron a acumular.
Sonrió feliz.
—Eso me encantaría, Draco.
—¿De verdad? —sonrió.
—Si, por supuesto. —limpió las lágrimas que cayeron por sus mejillas.— Lo siento.
—No pasa nada. —sacó un pañuelo y ayudó a Harry a limpiarse las lágrimas.— Tranquilo, Harry.
Al día siguiente, Harry le llevó el sobre con el sexo del bebé, así Draco se saltó las dos últimas clase y comenzó a organizar la cena junto a Blaise. Los dos compraron globos rosas y azules para hacer la revelación.
A la salida de su última clase, lo estaba esperando Draco.
—Pensé que nos veríamos en tu casa. —dijo Harry caminando a su lado por los pasillos.
—Lo sé, pero después pensé en que ibas a caminar demasiado ¡y estás embarazado! ¿Cómo te iba hacer caminar?
A la salida, Draco le abrió la puerta de un auto.
—¿Qué? ¿Sabes manejar? —preguntó Harry.
—Por supuesto, ¿cómo iba a tener auto si no sabía manejar?
Harry se subió sorprendido, Draco le cerró la puerta y se fue a subir por el lado del piloto.
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Al llegar a la casa de Draco y Blaise, el rubio se bajo rápidamente para abrirle la puerta a Harry y ayudarlo a bajar.
Blaise abrió la puerta de la casa.
—¡Sorpresa! —gritó.— Aunque no es una sorpresa, tenía ganas de gritarlo.
—Hola, Blaise.
—Hola, Harry, bienvenido a nuestra humilde morada. —se hizo a un lado dejándolo pasar.
La casa estaba decorada con globos y la mesa puesta y decorada. Había mucha comida aunque solo eran ellos tres.
—Conseguí tarta de melaza. —se estremeció al sentir la voz de Draco junto a su oído.— No quería que faltará, como es tu favorita. Por favor toma asiento.
—Gracias, Draco. —se sentó.— Y gracias a ti también Blaise.
Blaise negó con la cabeza.
—¿Cuál gracias? Ahora tendré que ser el padrino.
Harry rió.
Después de comer y reír, por fin había llegado la hora de la revelación. Draco abrió el sobre y leyó lo que había dentro. Una sonrisa se formó en su rostro.
—Felicidades, Harry... ¡Es una niña!
Una pequeña explosión sonó y confeti rosa cayó sobre su cabeza.
—¿Una niña? —sus ojos se empañaron.— ¡Es una niña! —saltó de su asiento.— ¡Es una niñaa!
Lágrimas de felicidad caían por sus mejillas y su corazón saltó de alegría cuando Draco se acercó para abrazarlo.
Blaise seguía saltando y lanzando confeti.
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Enamorados [Drarry]
FanfictionContarle que estás embarazado a tu pareja no siempre es fácil. Harry lo sabía, pero nunca espero que al contarle a su pareja que estaba en cinta, éste lo abandonaría. Con el corazón hecho pedazos siguió cómo pudo con su vida. Hasta que un día apar...