Enamorados [Drarry]

⁵

Hoy Harry estaba almorzando con Blaise, ya que, Draco se retiró antes de la clases y no le dijo para dónde iba.

—Entonces.. —empezó a decir Blaise.— Draco, al parecer anda detrás de una chica.

—¿Qué? —preguntó Harry.

—Al parecer, ya que lo he visto varias veces con una chica por los pasillos.

—Oh. —susurró el azabache desanimado.

Blaise le acarició la cabeza, haciendo que Harry lo mirará.

—Te gusta, ¿verdad?

—¿Qué? ¿Quién?

—Draco. —sonrió Blaise.— Te gusta y no lo puedes negar. Veo cómo lo miras, te brillan los ojitos.

El moreno quedó mirando a Harry con una sonrisa, poniéndolo nervioso.

—¡Está bien! —dijo en un susurro enojado.— Pero no se lo puedes decir, ¿bien?

—¡Lo sabía! —sonrió orgulloso.— ¿Cuándo le vas a decir?

Harry rió sarcástico.

—Eh.. ¿nunca?

—¿Qué? ¿Por qué?

—Recién dijiste que andaba detrás de una chica. —le recordó.— Además siento que le pondría una carga con mi pequeña.

—Cierto, lo dije, pero solo los vi por el pasillo, nunca los vi tomándose de las manos o dándose besos ni nada cariñoso. —respondió.— Además, por si no lo sabias, a Draco le encantan los niños. Creo que él sería feliz teniendo diez hijos contigo.

—La hija que tengo aquí, ni siquiera es de él.

Blaise tomó la mano de Harry por encima de la mesa y le sonrió con cariño.

—Padre es el que cría, no el que engendra.

A Harry se le formó un nudo en la garganta.

—¿Interrumpo algo? —la voz de Draco los hizo voltear a ambos y soltar sus manos rápidamente.

—¡Draco! —saludó Blaise.— ¿Dónde estabas? Te estábamos esperando para almorzar, pero demoraste mucho, pero iré a comprar algo ahora.

Draco miró con el ceño fruncido a Blaise y luego a Harry que miraba sus manos bajo la mesa.

—¿Quieres que te traiga algo? —Draco negó.— ¿Y tú, Harry? ¿Quieres algo?

—No, gracias Blaise. 

Cuando Blaise se fue, Harry se concentro en el cuaderno en la mesa. Hasta que Draco carraspeo.

—¿Ocurrió algo? —preguntó el rubio. Harry lo miró y desvío su mirada a otro lado.

—No pasa nada. Solo conversábamos algo con Blaise.

—Debió ser algo importante como para que se estuvieran tomando de la mano. —se cruzó de brazos.— Bueno, Blaise esta soltero, tú igual ¿que importa que se tomen de las manos? Pueden hacer lo que quieran, si están enamorados. —Harry se rió.— ¿Qué importó yo? Nada, no importó. Puede ser felices con Blaise si así lo deseas, no me interpondre.

—Draco, cálmate. —lo miró Harry, tomando su antebrazo.— Blaise y yo solo estábamos conversando algo. No tienes por-

Harry quedó mirando a Draco que seguía con sus brazos cruzados y mirando la mesa con el ceño fruncido.

—¿Qué? —preguntó el rubio cuando se dio cuenta que Harry quedó mirándolo.— ¿Qué pasa?

—Tú... ¿Estás..? —soltó una pequeña risa, negando con su cabeza.— ¿Estás celoso?

Las mejillas de Draco se pusieron completamente rojas y boqueo.

—¿Q- qué dices? Sólo aclaraba las cosas. No me importa que tú y Blaise-

—Entre Blaise y yo no hay nada.

—Qué bien- Digo, no me tenias que aclarar.

—Parecía que sí.

—¡Pues no! —suspiró pesado.— No es así, no me tenías que aclarar nada. —se levantó del asiento.— Hay que ir a nuestra otra clase.

—Claro. —rió Harry.

Draco tomó su mano para ayudar a pararlo. En ese momento llegó Blaise con una dona.

—Qué buenas las donas de éste lugar.

Draco mantuvo agarrada la mano de Harry, dando pequeñas caricias.

Harry con sus mejillas rojas por el contacto, abrió la boca para pedirle dona a Blaise.

—Solo por esta vez, porque te ofrecí comprarte algo. —acercó su dona, pero Harry no pudo comer, ya que Draco lo tiro hacia atrás.

—Yo te comprare una. Nos vemos, Blaise.

—Adiós. —se despidió Blaise confundido.

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El auto se estacionó frente a su edificio, pero nadie bajó.

—Harry.

—¿Si? —miró a Draco junto a él.

—Perdón por lo de hoy. —se disculpó.— Estaba cansado con los trabajos que hemos tenidos y eso.

—No te preocupes, Draco. Entiendo. —le sonrió.— Ya me voy.

—Claro. Déjame abrirte la puerta. —abrió su puerta y bajo rápidamente.— Ven, te ayudo. —estiró su mano y Harry la tomó.

—No es necesario que me abras la puerta siempre, yo puedo hacerlo.

Draco se encogió de hombros y dejó un rápido beso en la mejilla de Harry.

—Me gusta hacerlo. Adiós, Harry. —se fue a subir rápidamente a su auto.— Nos vemos mañana.

Harry quedó para allí afuera por varios minutos, sintiendo el toque efímero de los labios de Draco en su mejilla.

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