Enamorados [Drarry]

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—Debe tener reposo por una semana, no hacer fuerza y seguir dándole la fórmula a la pequeña Lila. —le decía el doctor a Draco.

Mientras Harry, sentado en una silla de ruedas, miraba como Blaise tenía a Lila en sus brazos.

—¿Quién es la pequeña que nació por unboxing?

—¡Blaise! ¿Cómo le dices eso a la niña?

—¿Qué? Es la verdad, te abrieron a la mitad y la sacaron, cómo un unboxing.

—Dios. —suspiró.

—Bien, vamos a casa. —Draco empezó a andar empujando la silla de ruedas.— Me quedaré contigo unos días, para cuidar de que no hagas fuerza, hagas reposo y ayudarte a ciudad a Lila.

—Draco, yo pu-

—No me digas que puedes, porque lo sé, pero tienen que reposar, ¿qué pasa si se te abren los puntos y no estoy?

—Bien, tienes razón, vamos a casa.

Blaise le paso la pequeña a Harry y luego se despidió diciendo que tenía llegar a hacer un trabajo importante.

Draco sonrió y se llevó a Harry al departamento.

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Tres días después, Draco seguía cuidando de Harry, mientras dormía en el sillón, además de levantarse un par de veces a ver a Harry y Lila para asegurarse de que estuvieran bien.

Esa noche, se despertó sudando luego de una pesadilla. Se levantó del sillón y fue a la habitación de Harry.

Lila dormida plácidamente en la cuna al lado de la cama y Harry abría lentamente los ojos.

—¿Draco? —bostezo.— ¿Pasó algo?

—Nada, tranquilo.

—¿Qué hora es?

—Cuatro de la mañana. —se apoyo contra el marco de la puerta.

—¿Qué pasa?

—Solo.. tuve una pesadilla, nada más. —se encogió de hombros.— Quería asegurarme que estuvieran bien. Buenas noches. —se dio media vuelta.

—Draco. —el rubio lo miró.— ¿Quieres dormir conmigo? —dejó un espacio junto a él.— Ven aquí.

Draco sonrió somnoliento y se acercó a la cama. Se acomodo a la orilla y dejó que Harry lo tapara.

—Puedes dormir tranquilo. Yo estoy bien.

Sintió los brazos de Harry abrazarlo y su cálido aliento contra su cuello.

—Buenas noches, Draco.

—Buenas noches, Harry.

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Se despertó por las caricias en su cabello. Abrió los ojos y vio a Harry sentado en la cama, junto a él, con Lila dormida en su brazo, mientras que con su otra mano acariciaba su cabello. Se sentía tan relajado.

—Amo que hagas eso. —suspiró.

—Me asustaste. —Draco se sentó en la cama y apoyo su cabeza en el hombro de Harry.— ¿Cómo dormiste? ¿Hubieron pesadillas?

—Ninguna. —se estiró.— Por cierto, tengo algo para Lila. —se levantó y salió de la habitación. Un rato después volvió con una cajita en sus manos, que le pasó a Harry.— Ábrela.

Dejo con cuidado a la pequeña Lila durmiendo en la cuna y abrió la caja. Dentro venía un pequeño gatito de peluche plomo.

—Es para que juegue o duerma cuando sea más grande. —explicó Draco.— Yo tenía uno parecido cuando pequeño.

—Es muy bonito, gracias Draco. —Harry se acercó para abrazarlo.— Estoy muy agradecido por todo lo que haz hecho por nosotros.

—No es nada, Harry. —se separaron un poco y Draco lo sostuvo del hombro.— Yo.. haría lo que sea por ti. —susurró acercándose de a poco.

El corazón de Harry se aceleró sintiendo la respiración de Draco chocar contra su boca.

—En verdad quiero besarte. —susurró Draco rozando sus labios levemente con los del azabache.

El llanto de la pequeña Lila hizo que se separaran.

—Bueno, al parecer la pequeña Lila te quiere solo para ella. —comenzó a salir de la habitación, mirando a Harry mecer a Lila en sus brazos.

—Ya llegará el momento. —soltó Harry con sus mejillas sonrojadas.

—Lo voy a estar esperando. —sonrió coqueto el rubio.— Voy a preparar el desayuno.

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Harry se encontraba nervioso. Miraba a Draco, que estaba cocinando, de vez en cuando. Su reposo había terminado ayer y se sentía mucho mejor. La herida ya había cerrado completamente.

Entonces, ahora se preguntaba si Draco seguirá quedándose con él y Lila en el departamento o iba a volver a su casa y se verían solo en la universidad.

—Deja de pensar tanto. —Draco lo sacó de sus pensamientos, acercándose a él.—Lila está durmiendo y tú estás aquí completamente indefenso. —se sentó junto a él en el sofá.— Y yo estoy aquí con unas enormes ganas de besarte.

—Ya cállate, Malfoy. —le dijo Harry, tomando de la nuca a Draco para acercarlo y juntar finalmente sus bocas.

Draco sonrió sintiendo los suaves labios de Harry moviéndose sobre los suyos. Su corazón saltaba de felicidad.

Sus manos se movieron a la cintura del azabache y con cuidado lo hizo sentarse sobre sus piernas. Acaricio su espalda, soltando suspiros, explorando la boca de Harry con su lengua, escuchando sus jadeos.

Tiro suavemente del cabello rubio de Draco, separándose lentamente de él en busca de aire. Abrió sus ojos y miró al rubio que sonreía ante él.

—Me gustas. —murmuró Draco.— Por si no te habías dado cuenta con el beso.

Harry rió acariciando la mandíbula del rubio.

—Igual me gustas, Draco.

—Quiero que sepas que si me das una oportunidad, no te romperé el corazón, cuidaré de él, tanto de ti y Lila. —junto sus frentes.— Porque te juro que desde la primera vez que te vi, fuera de ese bar, no he podido sacarte de mi cabeza. Y no me importa que esa pequeña no sea mi hija biológica, la cuidaré como si fuera mía, porque la amo. Y te amo a ti Harry.

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