Aegao

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Que puedes pensar de esa chica que te encanta, y desea ser tu sumisa, esa mujer que con solo decirte tengo ganas acelera tu respiración, el fluido de la sangre, y llega hasta tu entrepierna, le pides que se siente en tus piernas, la ves con una muñeca, percibes su piel con tus dedos, la palpas con fuerza, le haces sentir tu deseo, y que te pertenece, sientes como su ropa interior se moja, empieza a cambiar ese olor de mujer mimada, a una autentica perra, que desea que la tires con ganas contra la cama, corras su pequeña ropa interior y la claves hasta que grite, le dices cuanta cosa sucia se te viene a la cabeza, resbalas tus dedos por entre su sostén, la aprietas duro, te mueves con tanta fuerza que sientes que estas destrozando tu verga.

Ella no para de decir que quiere mas, tu entrepierna se pone mas firme, las venas se ven como intentando explotar, pero no quieres parar, se siente ese sonido tan rico de su entrepierna abriéndose paso, salpicando esos fluidos que se sienten gloria en tu verga, empapada, no sabes como va a seguir el momento, solo le ordenas que te cabalgue, ella salta como un demonio sobre la verga, no para, pide que la cachetee, que le diga que es mía, se mueve tan duro que es imposible no correrse, pero seguimos dándole al momento, se siente como inunda su vagina, pero no quiere detenerse, y tu tampoco, siento que me desmayo, pero mi verga vuelve a estar firme, con ganas, y ella no parece parar nunca, es tan fuerte todo que la cama empieza a sonar, se siente como todo parece no tener control, y es eso lo que me encanta de ella.

Y es el momento en el que la tiro de rodillas al piso, me corro en su cara, la veo hambrienta y se traga hasta la última gota, que come con tantas ganas que me desmayo al lado de ella...|    

Sexo sin preámbulos, el cielo infernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora