Capítulo 2

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Siglo XVII
Reino del norte

– ¿Es enserio Lian? -preguntaba un chico castaño claro mirando a su hermano mayor- ¿¡Me estas diciendo que conociste al amor de tu vida pero que no sabes ni su nombre!?

– Bueno, es que, se me olvido preguntarle y cuando se fue, ahí me acorde que no le pregunte como se llamaba -menciono algo apenado el pelinegro

– Entonces ¿como harás para volverlo a ver?

– Se que es príncipe del Reino del sur -menciono con una ligera sonrisa- envíe una carta para que el hijo menor del Rey se encontrara conmigo hoy aquí en los jardines del palacio

– Bueno, al menos no resultaste tan tonto como pensé -río levemente el menor de los dos-

Lian iba contestar aquello pero uno de los sirvientes lo interrumpió anunciando que alguien lo esperaba en el jardín principal del palacio, cuando este se retiro miro a su hermano menor con un brillo de emoción en sus ojos

– Ya esta aquí.. -sonrió-

– Parece que si.. Ve, no lo hagas esperar – Menciono contagiado por la emoción de su hermano- solo esta vez no se te olvide preguntarle su nombre

– Claro

Rio levemente mientras iba al encuentro de aquel lindo chico, cuyo nombre ahora desconocía, llego al jardín encontrándolo en el mismo lugar que el de la fiesta de hace unos días

- ¡Hola! -pudo notar como al igual que aquella vez, el castaño dio un brinco en su lugar- perdón, no quise asustarte

El contrario volteo y le regalo una sonrisa algo tímida- no se preocupe, es que estaba distraído.. -menciono para luego levantarse de su lugar e ir a donde el mayor- ¿para que quería verme?

-Bueno, solo quería platicar con usted -le sonrió al menor para luego tomar su mano lo que hizo que este mismo se sonrojara, sonrió aun mas por aquello y se sentó junto con el en aquella banca.

-¿Su prometido no se molestara? -pregunto el menor mirándolo-

-¿Por que se molestaría? -pregunto de vuelta-

-Bueno, porque esta platicando con otro chico -murmuro algo incómodo pues el pelinegro seguía tomando su mano- no es correcto

-Si lo es.. Lo es cuando con quien estoy hablando es mi prometido -sonrió el mayor mirando al contrario que se quedo sin habla- tal vez no nos conozcamos del todo pero lo poco que se de ti es suficiente para saber que no hay nadie como tu

-¿Como yo?

-Si, alguien hermoso, educado, dulce, amable... Son muchas cosas que te hacen único -menciono llevando una de sus manos hasta las mejillas del contrario- acepta ser mi prometido

-Es algo apresurado, ¿no lo cree?

-Bueno, realmente al aceptar ser mi prometido es para que yo sea el único que pueda cortejarte así que dime ¿Aceptas?

El menor lo miro por un momento para luego sonreír levemente- ¿Y que pasa si no me enamoro de ti?

-Eso no pasara, porque haré hasta lo imposible para que seas feliz a mi lado -menciono el pelinegro con una sonrisa- ¿Aceptas?

-mm de acuerdo -sonrió mirando al contrario pero luego desvío su mirada hacia otro lado sonrojado-

-Te vez muy hermoso sonrojado -murmuro el mayor mirándolo- ¿Por cuanto tiempo te quedaras?

-Bueno, solo será esta noche, mañana temprano regresaré -susurro el menor-  ya que usted no mencionó en la carta cuanto tiempo requería de mi compañía

–Certo, lo olvide.. Solo pensaba en poder verte de nuevo

Ante esas palabras el menor se sonrojo de nuevo.

–Y por favor, ya no me llame de usted, solo dime Lian ¿De acuerdo?

–Si, de acuerdo –sonrió.

– Perfecto

No podía sentirse más que feliz. Debía aprovechar las pocas horas que quedaban antes de que la noche cayera. Por lo que le ofreció su mano para invitarle a un paseo por el jardín del Palacio.


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– Ya es hora de retirarme

Menciono el menor de los dos, pues su estadía había acabo y era hora de regresar

–Espero volver a verte pronto Hia Lian -confeso con un leve rubor en sus mejillas-

– No dudes en que será muy pronto -menciono Lian tomando con delicadeza la mano del contrario para luego dejar un beso en el dorso de esta- hasta entonces..

-Hasta entonces.. -repitió el menor antes de separarse del mas alto, se dio la vuelta caminando rumbo hasta donde su carruaje le esperaba, pero antes de estar demasiado lejos se dio la vuelta y miro al mayor

– Por cierto, mi nombre es Nu Kuea

Pudo notar la vergüenza que atravesó al pelinegro por lo que no pudo evitar soltar una risita.

Promesas; ZeenunewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora