Jiang Yanli recogía cuidadosamente todos los objetos de valor en su cuarto, guardándolos en una pequeña bolsa. Había llegado al límite y sabía que no podía quedarse allí por más tiempo. La decisión que estaba a punto de tomar era quizá apresurada, pero no veía otra opción.
De pronto, su hermano menor, vestido con túnicas moradas, entró en la habitación.
-Hermana... ¿qué estás haciendo?
Jiang Yanli se giró hacia él, se acercó y, con una sonrisa, le dijo:
-A-Cheng, necesito que vayas a tu habitación y guardes tus cosas. Busca también a A-Xian y pídele que haga lo mismo, ¿está bien?
Su hermano dudó un poco, sin entender lo que ocurría, pero obedeció y salió de la habitación para hacer lo que su hermana le había pedido.
Cuando Jiang Cheng se fue, Jiang Yanli tomó la bolsa y se dirigió a la cocina en busca de algo para llevar. No podría llevarse mucho, pero al menos lo necesario para comer durante unos días. Después, intentaría vender sus cosas. En ese momento, lo que más le preocupaba era cómo salir de aquel lugar con tantos guardias alrededor. Dejó de pensarlo demasiado y salió sigilosamente de la cocina, dirigiéndose hacia donde se encontraban sus hermanos.
Después de caminar un poco y evitar a algunos guardias, finalmente vio dos pequeñas figuras.
-A-Xian... A-Cheng...
Se acercó a ellos, y sus hermanos se lanzaron a abrazarla. Ella correspondió el abrazo y luego les pidió que se cambiaran a ropa más sencilla.
-Hermana... ¿a dónde iremos? -preguntó el pequeño Wei Ying, curioso y aún adolorido por el severo castigo que la araña violeta le había dado. Esa fue precisamente la razón por la que Jiang Yanli había decidido marcharse; ver a su hermano llorar había destrozado su corazón.
-No se preocupen... El lugar al que vamos será mejor. En este lugar, madre no les volverá a hacer daño... Solo tienen que confiar en mí.
La idea de escapar había rondado su mente durante mucho tiempo. Incluso había ideado un plan, pero nunca había tenido el valor de llevarlo a cabo, siempre intentando darles una segunda oportunidad a sus padres. Pero ya no sabía si podía seguir fingiendo que cambiarían. Había tenido que madurar rápido y aceptar la realidad, y no quería que sus hermanos pasaran por lo mismo. Aunque pudiera parecer infantil, sabía que estarían más seguros si huían.
Los dos niños asintieron, dispuestos a seguir a su hermana dondequiera que ella fuera.
Había planeado bien su escape, aunque ni siquiera ellos sabían cómo habían logrado salir. Quizás fue el anhelo de encontrar un lugar donde no fueran criticados o castigados por tonterías.
-Hermana... ¿a dónde vamos? De verdad tengo sueño... -dijo Jiang Cheng, frotándose un ojo, mientras el otro ya empezaba a cerrarse por el cansancio.
-Jiang Cheng... aguanta un poco más... -murmuró Wei Ying, también exhausto, aunque no quería admitirlo en voz alta. No quería ser una carga para sus hermanos.
-A-Xian... A-Cheng, miren... En ese templo nos quedaremos. ¿Qué les parece?
Señaló un templo que parecía a punto de desmoronarse, pero aún así, era mejor dormir bajo un techo que a la intemperie en la fría noche. Al entrar, vieron una pintura muy grande de una persona, lo cual les sorprendió mucho.
-¡Vaya! ¡Esta pintura es enorme! Y la persona que está pintada es muy bonita... Hermana, ¿tú sabes quién es? -preguntó Wei Ying, asombrado.
-Bueno, no estoy muy segura... La pintura es vieja y no se distingue bien... -respondió Jiang Yanli, notando la expresión un poco decepcionada de su hermano, que rápidamente cambió a una de entusiasmo.
-¡Entonces podemos repararla! Así sabremos quién es -dijo Wei Ying con determinación.
-¿Y sabes cómo reparar una pintura? -preguntó Jiang Cheng, mirándolo fijamente.
-No... pero ya aprenderé cómo hacerlo -respondió Wei Ying con una gran sonrisa. Su hermana los miró y sonrió también. Esa sonrisa genuina de su hermano, que no veía desde hacía tiempo, le dio fuerzas.
Jiang Yanli juntó un poco de paja y una tela que había llevado, improvisando una cama para ellos. Intentó que fuera lo más cómoda posible. Los niños se acostaron junto a ella, quien acarició sus cabezas y los arropó para que durmieran.
-Mañana... será otro día y será mejor... Yo los cuidaré... lo prometo.
Finalmente, Jiang Yanli se quedó dormida junto a ellos, esperando, incluso rogando, que no los descubrieran y que algo peor no sucediera.
Mientras tanto, en la secta Yunmeng Jiang, los padres de los pequeños estaban cada vez más alterados al no encontrar rastro de sus hijos. Nadie había visto a los niños salir del lugar, lo que solo aumentaba la tensión.
Madam Yu, furiosa, daba vueltas por la habitación, esperando ansiosamente que su esposo regresara con noticias. Finalmente, Jiang Fengmian volvió, pero su expresión era grave, sin señales de haber logrado algún avance.
-Entonces, ¿los encontraste, Fengmian? -exclamó Madam Yu, más como una orden que como una pregunta. Al ver a su esposo negar con la cabeza, su enojo solo aumentó.
-¡Jiang Fengmian, esto es tu culpa! Si no hubieras traído a ese mocoso a la secta, nada de esto habría pasado -dijo, ardiendo de ira.
Jiang Fengmian, molesto por la acusación, le respondió con igual firmeza.
-¿Y qué tiene que ver A-Xian en esto? -Por primera vez, parecía que Jiang Fengmian estaba dispuesto a enfrentarse a su esposa.
-¡Si no lo hubieras traído o mimado tanto, ellos no se habrían escapado! -replicó Madam Yu, sin ceder en su furia.
Mientras los dos líderes de la secta se enfrascaban en una acalorada discusión, los demás discípulos continuaban la búsqueda de los jóvenes maestros. Sin embargo, a pesar de estar tan cerca de ellos en varias ocasiones, ninguno logró verlos.
//Es un poco corto lo sé pero según vaya avanzando iré haciendo los cap más largos
Nos vemos en el próximo capítulo °^°Yo siempre pensé que ellos se peleaban por cosas tontas :v siempre metían a Wei ying el pobre no podían ni respirar por qué mandan Yu siempre miraba eso :(//
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Los Tres Hermanos De ¿Yunmeng?
RandomJiang Yanli se había cansado de los abusos de su madre y el descuido de su padre hacia su hermanos por lo que ideo un plan para salir de ese lugar y evitar eso pero como una niña de 10 años como ella podría proteger a sus hermanos.