Después de separarse, Hua Cheng y los niños comenzaron a buscar la cometa. Para Hua Cheng, no importaba cuánto costara, él la compraría sin dudarlo si con ello lograba ver la sonrisa de su pequeño A-Cheng.
-¡Jiang Cheng! ¡Vamos a esta tienda! -dijo Wei Ying con su habitual entusiasmo, tirando de la mano de su hermano menor. Jiang Cheng, aunque algo sorprendido por la repentina decisión de Wei Ying, se dejó llevar, confiando ciegamente en su hermano mayor. Así, los tres entraron en la tienda con grandes expectativas.
Al entrar, Jiang Cheng no pudo evitar abrir los ojos de par en par, maravillado por el tamaño del lugar.
-¡Oh! ¡Este lugar es enorme! -exclamó con admiración, incapaz de contener su sorpresa.
Wei Ying, siempre alegre y optimista, asintió con entusiasmo.
-Claro, es la mejor tienda de la zona. Lo mejor de lo mejor para ti, A-Cheng -dijo, guiñándole un ojo. Hua Cheng observó en silencio la dinámica entre los hermanos, sintiéndose cálido al ver la relación tan cercana que compartían. Sin embargo, su atención fue captada por el tendero, que se acercó a ellos con una sonrisa afable.
-Buenos días, jóvenes maestros. ¿En qué puedo ayudarlos hoy? -preguntó con cortesía.
Wei Ying, sin perder un segundo, fue el primero en hablar, con esa chispa de energía que siempre lo caracterizaba.
-Estamos buscando una cometa para mi hermano. Tiene que ser especial, la mejor que tengas -dijo, señalando a Jiang Cheng con una sonrisa.
El tendero, complacido por la petición, observó al pequeño Jiang Cheng, que miraba tímidamente a su alrededor, y asintió.
-¡Están de suerte! Acabamos de recibir una nueva colección de cometas, de todos los estilos y colores. Espérenme un momento, les mostraré nuestras mejores opciones -dijo el hombre, desapareciendo rápidamente por una puerta lateral.
Mientras esperaban, Wei Ying aprovechó para inspeccionar la tienda, admirando las diferentes decoraciones, mientras Hua Cheng observaba a los niños, atento a cada uno de sus gestos. Para él, verlos felices era lo más importante en ese momento, y estaba decidido a hacer todo lo necesario para que ambos disfrutaran el día.
Poco después, el tendero regresó acompañado por un ayudante que llevaba varias cometas. Las desplegaron con cuidado sobre una mesa frente a ellos. Había cinco en total, cada una con diseños únicos y colores vibrantes.
-Aquí tienen, jóvenes maestros. Estas son las cometas más recientes que hemos recibido en la tienda -dijo el tendero con orgullo.
Las cometas eran todas muy diferentes: la primera era rosa, adornada con el dibujo de una pareja bailando; la segunda, azul con toques de rojo, aunque simple, tenía unos colores que parecían casi brillar; la tercera, completamente blanca, tenía hermosos conejos pintados a mano; la cuarta, de un extravagante color amarillo, estaba decorada con bordes dorados que le daban un aspecto lujoso; y la última, de un suave color morado, mostraba la imagen de unos perros juguetones.
Wei Ying, al ver la última cometa, frunció levemente el ceño. Nunca le habían gustado los perros; de hecho, le daban un poco de miedo desde pequeño. Aunque la de los conejos le parecía encantadora, sabía que no era su decisión, sino la de su hermano. Por eso, aunque sus preferencias eran claras, decidió no decir nada.
-Dime, A-Cheng, ¿cuál te gusta más? -preguntó Hua Cheng, arrodillándose ligeramente para estar a la altura del pequeño Jiang Cheng.
El niño miró detenidamente todas las cometas. Aunque la de color morado, con los perros, era su favorita, sabía del miedo que Wei Ying tenía a esos animales. Una vez más, dudó, sintiéndose dividido entre lo que él deseaba y lo que pensaba que sería mejor para su hermano. Miró a Wei Ying, buscando algún tipo de aprobación, y su hermano mayor le devolvió una cálida sonrisa, llena de comprensión.
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Los Tres Hermanos De ¿Yunmeng?
AcakJiang Yanli se había cansado de los abusos de su madre y el descuido de su padre hacia su hermanos por lo que ideo un plan para salir de ese lugar y evitar eso pero como una niña de 10 años como ella podría proteger a sus hermanos.