Después de un largo camino, los niños finalmente llegaron a su hogar. Habían pasado un día fenomenal y querían contarse todo lo que habían hecho por separado, aunque omitieron la parte donde se cayeron del árbol, para no preocupar a su hermana. Ahora estaban en la habitación que compartían los tres.
-Entonces se nos fue la cometa... fue algo triste, pero... -dijo Jiang Cheng, comenzando la historia. Después, Wei Ying continuó:
-¡El señor San Lang dijo que nos enseñará a hacer una!
Wei Ying sonrió a sus hermanos, y Jiang Cheng asintió con la mirada.
-Sí, dijo que ya compraría los materiales para hacerlo.
Los dos niños se miraban, llenos de entusiasmo por hacer la cometa. Jiang Yanli los observó y sonrió.
-¿Aman vivir aquí?
Jiang Yanli preguntó de repente, haciendo que la habitación quedara en silencio. Ambos niños se miraron y luego a su hermana, sorprendidos. El que habló primero fue Jiang Cheng.
-Yo todavía extraño a mis padres...
Dijo Jiang Cheng, mientras Yanli estrujaba su ropa, sintiendo que quizás había sido mala idea fugarse. Luego, Jiang Cheng continuó:
-Pero... amo estar aquí. Estaba dudoso sobre estar aquí, pero ellos son tan amables con nosotros. Incluso a pesar de que no tienen que hacerlo, nos compran cosas, nos... quieren. Y yo... bueno, en realidad me gusta que el señor Xie Lian me mime.
Dijo lo último un poco avergonzado; sus padres apenas tenían tiempo para abrazarlos, ocupados en sus peleas o en la secta.
-¡A mí también me gustan sus mimos! Y me gusta mucho jugar con el señor San Lang, ¡es muy divertido!
Dijo Wei Ying, añadiendo a la conversación. Era cierto; poco recordaba de sus padres, pero sentía esa calidez de los abrazos y besos que solían darles.
-¿Y tú, hermana? ¿Te gusta este lugar?
Preguntó Wei Ying. Jiang Yanli se sorprendió. Se sentía feliz al pensar que a sus hermanos les gustara estar allí, pero ¿y ella? Pues en cierto modo, sí. Ahora se sentía más libre y, curiosamente, sentía que por fin estaba en casa.
-A mí también me agrada... ¡me gusta estar aquí!
Dijo con fuerza, sonriendo ampliamente. Sus hermanos sonrieron también y los tres se miraron, dispuestos a quedarse.
Sin embargo, los tres niños no se dieron cuenta de que la pareja los había escuchado. Ellos habían ido a darles un obsequio, pero al final, habían recibido un regalo mucho más valioso y se sentían felices por eso.
-Entonces, ¿oficialmente somos una familia?
Dijo Xie Lian, mirando a su esposo. Hua Cheng lo miró y acarició su mejilla sonriendo.
-Sí... ahora lo somos.
Ambos se sonrieron y entraron a la habitación. Los niños los miraron y sonrieron. La pareja se acercó a ellos y se sentaron en una de las camas.
-Les tenemos un regalo -dijo Xie Lian, mostrando una caja y colocándola sobre la cama.
-¿Otro más? -dijo Wei Ying, emocionado, pero algo apenado por tantos regalos.
-No es necesario tanto... -añadió Jiang Cheng, con el mismo pensamiento.
-¡Este es especial! Lo hemos elegido con su hermana.
Jiang Yanli les sonrió,sus hermanos la miraron y devolvieron esa sonrisa.
-Entonces, ¿qué tal si abren la caja?
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Los Tres Hermanos De ¿Yunmeng?
DiversosJiang Yanli se había cansado de los abusos de su madre y el descuido de su padre hacia su hermanos por lo que ideo un plan para salir de ese lugar y evitar eso pero como una niña de 10 años como ella podría proteger a sus hermanos.