Buenas noches (One Shot)

88 9 12
                                    

La cena que habían tenido estaba muy rica, sobre todo en esta noche tan fría en el invierno de Finlandia, sobre todo si Simo era el que cocinaba, ya que tenía un sazón muy bueno fruto de la práctica al vivir solo, habían comido un clásico Karjalan...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La cena que habían tenido estaba muy rica, sobre todo en esta noche tan fría en el invierno de Finlandia, sobre todo si Simo era el que cocinaba, ya que tenía un sazón muy bueno fruto de la práctica al vivir solo, habían comido un clásico Karjalanpaisti casero, estaba bastante calientito y la carne estaba en su punto.

Después de la cena se sentaron enfrente de la chimenea que había prendido Anubis, era mucho más fácil de esta manera, podía prenderla de un solo chasquido, lo que le ahorraba trabajo a Simo mientras cocinaba. Acurrucados en el sofá, tenían una mantita, tomaban algo de té para mantenerse calientes.

Era difícil concentrarse, ya que al finlandés le estaban pesando mucho los párpados después de tomar su té, el silencio era tranquilo, solo el ruido blanco de la nieve y el viento soplando afuera de fondo.

Oye, deberíamos ir a la cama, te estás quedando dormido –.

Sí, tienes razón –. Contestó un segundo más tarde, bostezando para espabilarse.

El dúo se levantó y fueron a la cama, ninguno quería acostarse primero, seguramente las sábanas estarían heladas.

Te toca, yo tengo que cambiarme a mi pijama –.

No es justo, siempre me toca a mí –. Anubis se quejó, pero al mismo tiempo no quería que Simo enfermase, terminó acostándose debajo de las sábanas frías, pero lo bueno es que pronto la cama estaba calientita.

Mientras Anubis sufría, el francotirador se cambió a una pijama cómoda color gris, era de franela y bastante gruesa pero aún así podía sentir algo de frío.

Se metió en las sábanas tomando un libro, comenzando a leer en el punto que había dejado, era un hábito que conservaba desde joven, le ayudaba bastante a relajar su mente antes de dormir, despejandola de los trabajos en la granja.

Anubis estaba recostado en el estómago de Simo, mirándolo con curiosidad, le gustaba verlo tan concentrado en su lectura, la forma en que inconscientemente fruncía el seño o la forma en la que sus lentes remarcaban la forma de su cara.

¿Qué estás leyendo? –.

Una novela muy famosa, de un hombre que despierta convertido en un escarabajo –.

Ohh, que extraño, ¿Y como se llama? –.

“La metamorfosis” –.

Anubis asintió y siguió recostado, inhalando el aroma natural de Simo, era bastante fuerte, influenciado por la muerte, pero muy reconfortante.
Una media hora después Simo cerró el libro, separando la página dónde se había quedado con un pedazo de papel, colocó el libro y sus lentes en la mesita, se acomodó en su lado de la cama, apagando la luz de la mesita, el cuarto se quedó a oscuras.

Hyvää yötä, Anubis –.

Buenas noches Simuna –.

Anubis también apagó la luz de su lado, ambos se daban la espalda incluso aunque no estuvieran enojados.

Tenia frío a pesar de estar en unas mantas calientitas, y es que sus pies estaban congelados, no tenía muchos ánimos de salir de la cama a ponerse calcetines.

Luego recordó que Anubis siempre estaba calientito, suponía que era parte del poder divino que poseía, casi siempre tenía calor y andaba sin camisa.

Y se iba a aprovechar de eso.

Rodó en la cama hasta quedar de espaldas a él, sin previo aviso le puso los pies en la espalda, calentándose rápidamente.

Al que no le gustó fue a Anubis, se sobresaltó por la diferencia de la temperatura, arqueó la espalda y rápidamente se dio la vuelta.

¡Ahhh! ¡Simoo! –. Luego vió que en la cara de Simo no había mucho arrepentimiento por sus acción, le dió tanta risa y ternura al mismo tiempo.

Es tu culpa por ser tan calientito –.

¿Yo que tengo la culpa? –. Contestó con falso enojo, más divertido que nada.

Tengo frío –.

Me hubieras dicho antes, ven acá –.
Así, Anubis acurrucó a Simo en sus brazos, cómo un calefactor bastante grande, cómodo y musculoso.

Mm, así está mejor –.

Conmigo no te preocupes por el frío –. Contestó Anubis, ya que estaba cómodo le empezó a ganar el sueño, le gustaba dormir así.

Ahora sí, buenas noches, nada de ponerme los pies fríos en la espalda por favor –.

Simo se echó a reír, antes de sucumbir ante el sueño le dio un suave beso en la mejilla.

Y así se quedaron dormidos, incluso ya no le molestaban los ronquidos de Anubis.


Y así se quedaron dormidos, incluso ya no le molestaban los ronquidos de Anubis

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



☆꧁༒💀Death and gods💀༒꧂☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora