Alejandro se acomodó en su escritorio, la vista panorámica de la ciudad no lograba distraerlo de la montaña de papeleo que lo esperaba. Era un hombre de números, preciso y metódico, pero en ese momento, solo anhelaba un respiro. Su vida era una rutina predecible, y aunque la disfrutaba en cierta medida, a veces anhelaba algo más... algo diferente.
La puerta se abrió de golpe, interrumpiendo sus pensamientos. Era Camila, la nueva jefa de proyectos, una mujer imponente con una mirada que parecía perforar almas. Su cabello oscuro caía en cascada sobre sus hombros, contrastando con la seriedad de su traje.
—Alejandro, ¿verdad? Camila. Encantada de conocerte. —Extendió la mano con una firmeza que sorprendió a Alejandro.
Él se levantó y estrechó su mano, notando la calidez de su piel y la fuerza de su apretón. —El placer es mío, Camila.
Camila se sentó en la silla frente a él, cruzando las piernas y apoyando los codos en el escritorio. Llevaba un traje de mujer que terminaba con una falda a la altura de las rodillas y unos tacones Stiletto negros. —He oído hablar mucho de ti. Dicen que eres el mejor analista de la empresa.
Alejandro sonrió levemente, sintiéndose halagado. —Gracias, pero creo que hay muchos otros igual de capaces.
—Quizás, pero tu reputación te precede. —Camila lo miró fijamente, sus ojos brillando con una intensidad que lo desconcertó. —Necesito tu ayuda en un nuevo proyecto, algo bastante delicado.
Alejandro asintió, intrigado. —Cuéntame más.
Durante las siguientes horas, Camila expuso los detalles del proyecto. Era ambicioso, desafiante y requería una gran cantidad de trabajo. Alejandro se dio cuenta de que estaba ante una oportunidad única para demostrar su valía y, al mismo tiempo, salir de su zona de confort.
Al final de la reunión, Camila se levantó y se acercó a él. —Espero que estés dispuesto a asumir este desafío, Alejandro. Necesito a alguien en quien pueda confiar plenamente.
—Cuente conmigo, Camila. Haré todo lo que esté a mi alcance para que este proyecto sea un éxito.
Al salir de la oficina, Alejandro se sintió extrañamente excitado. Había algo en Camila que lo atraía de manera inexplicable. Su carisma, su determinación y esa mirada penetrante lo habían dejado con una sensación de intriga y anticipación. No sabía qué depararía el futuro, pero estaba seguro de que esta nueva relación laboral marcaría un antes y un después en su vida.
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Sumisión en la Oficina
RomanceCamila y Alejandro trabajan juntos de analistas en una oficina. Este relato narra como va creciendo una relación D/s (Dominación/sumisión) entre ellos dos. Van explorando varios temas y juegos para ganar experiencia y placer. Se van a convertir en l...