3. la llamada

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- ¡Para!

Los dedos de Álex buscaron de nuevo sus costados, lanzando otro ataque de cosquillas. Los dos se sumergieron, entre carcajadas, atacando y defendiéndose mutuamente bajo el agua de la piscina. Sacaron la cabeza para respirar y Álex la estrechó fuerte entre sus brazos. Denna cerró los ojos y se dejó fluir.

Acababa de terminar su tercer gran tour, llenando los grandes estadios y recintos del país, y se sentía agotada y feliz a partes iguales. Llevaba a sus espaldas cuatro álbumes publicados en los últimos ocho años. El primero había sido muy bien acogido, aunque hizo los peores números de su carrera en solitario. Los tres siguientes la lanzaron al estrellato de manera definitiva. Se había convertido en la gran referencia del urbano en España y triunfaba también en Latinoamérica gracias a su trabajo incansable y su ambición personal.

Esa mañana, dejó que su chico la mimase con un desayuno en la cama y una sesión matinal de relax en la piscina. Se merecía unas vacaciones para coger fuerza antes de encarar su siguiente trabajo, que ya había empezado a proyectar.

- No sabes lo orgulloso que estoy de ti, rubia. - Murmuró el cordobés sobre la piel de su hombro. Denna sintió un escalofrío.

Se separó de él y lo besó con ternura. De todo lo que había conseguido en su vida, ese chico era lo mejor que le había pasado nunca. La animaba y la ayudaba a perseguir sus sueños, pero también se encargaba de mantenerle los pies en el suelo cuando era necesario. Ya superaban los diez años de relación, pero la andaluza seguía dando las gracias al universo cada mañana que conseguía despertarse a su lado.

- Yo también lo estoy de ti, mi niño. - Replicó la chica. - Muchísimo. 

Álex la besó de nuevo, con una sonrisa tonta en la cara, y ella se derritió por dentro. Entonces, el móvil de la artista empezó a sonar, interrumpiéndolos.

- No lo cojas. - Le pidió el moreno.

Denna se rio y volvió a besarlo, bastante más contenta con ese plan que con lo que quisiese que le iban a solicitar al otro lado del teléfono. Dejo que sonase hasta el final, mientras una mano de Álex la agarraba por la cintura y la otra se enredaba en su pelo. Ella rodeó su cuello, acomodándose para tener un mejor ángulo.

Su tono de llamada volvió a romper la magia del momento y el cordobés gruñó, haciéndola reír.

- Si no lo cojo, no va a parar. - Advirtió.

Álex rodó los ojos.

- Pero estás de vacaciones... - Se quejó él.

Denna le dio un pico, empezando a separarse.

- Será solo un momento y después soy toda tuya, te lo prometo.

Los ojos del moreno chispearon y la rubia negó con la cabeza, saliendo de la piscina con una sonrisa.

- ¡Te doy cinco minutos! - Bromeó Álex.

La granadina buscó su teléfono entre su ropa y se petrificó al ver el nombre del contacto que la estaba llamando. Se le borró la sonrisa y sintió que le corría hielo por las venas de repente. No podía ser... ¿No?

La llamada llegó a su fin sin que ella fuese capaz de contestar a tiempo. La cabeza le iba a mil por hora y el corazón se le había acelerado. Después de tanto tiempo... ¿era posible? ¿Habría pasado algo malo?

Valoró sus opciones y dejó que su espíritu curioso ganase esa partida. Con las manos un poco temblorosas, pulsó sobre el último contacto que se mostraba en la pantalla.

JJ Bona.

- ¿Almudena?

La voz del maño la sorprendió tras un solo tono. Se aclaró la garganta de manera disimulada.

Entre Mis VersosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora