"El Pikachu de Ash se ve envuelto en un gran malentendido después de escapar momentáneamente de su entrenador. Y esa tímida y dulce Eevee con la que se hizo amiga podría ser más de lo que aparenta, incluso para ella misma.
El dúo se ve envuelto en...
Al día siguiente, nuestros héroes estaban atravesando el bosque, esperando encontrar algún lugar civilizado.
Ya llevaban al menos unas horas perdidos, pero Ash intentaba mantener la calma del grupo.
Mientras tanto, los Pokémon estaban teniendo sus propias conversaciones. Pikachu se había bajado del hombro de Ash y caminaba junto a los otros Pokémon.
"Desde ayer no he hablado con Eevee. Se sigue escondiendo detrás de Bunnelby y parece... asustada de mí... por alguna razón. ¿Será realmente ella? ¿O solo estoy siendo un iluso?" Pikachu pensaba con desdén hacia sí mismo.
"¡Necesito hablar con ella! Pero... si realmente fuera ella, ¿no me habría reconocido ya?"
"Eh, Pikachu, ¿estás en la Tierra...?" le llamó Pancham, moviendo su mano frente al ratón para sacarlo de su profundo trance.
"Ups, lo siento. Solo estaba... pensando," respondió él, distraído.
"¿En qué podrías estar pensando tanto?!" le cuestionó Chespin, cruzando los brazos con celos. "¿Es sobre mi Eevee?!"
"Ella no es tuya..." respondió Pikachu, más que nada molesto.
"Pronto lo será... ¡estamos destinados a estar juntos! ¡Esta es mi historia de amor~!" declaró, con ojos que se convirtieron en grandes corazones rosados.
"Vaya, va a estar decepcionado..." pensó Pikachu.
El trío levantó la mirada. "¡Talonflame!"
"¿Nos estuviste espiando todo este tiempo?" dijo Pancham, enfadado.
"¿Qué puedo decir? Era una conversación interesante..." dijo ella con calma. "Especialmente porque nunca había visto a Pikachu tan distraído... jeje."
Pikachu se sonrojó, avergonzado por el hecho. "¿Tienes algo bueno que decir?!"
"Bueno, sí, en realidad... he notado que... pareces bastante interesado en Eevee, Pikachu. ¿Por qué es?" Inclinó la cabeza hacia un lado, aterrizando suavemente junto a los chicos.
"Tengo... mis razones. ¡Pero definitivamente no es por la misma razón que Chespin!" aclaró, jugando nerviosamente con sus dedos.
Suspiró profundamente. "Sé que necesito ganarme su confianza... pero no sé cómo."
Pancham se llevó la pata al mentón, pensativo. "Hmm... bueno, definitivamente no actuando como Chespin ¡ayudará!"
"¡De acuerdo!" Talonflame asintió.
"¡Hey!" gritó el Pokémon tipo planta, ofendido.
"Piensa por qué a Eevee le gusta tanto Bunnelby," explicó ella. "Es porque Bunnelby es calmado."
"¡Y tranquilo!" añadió Pancham.
"¡Sí!"
"¡Cortés!"
"¡Pacífico~!"
Ambos se miraron, coincidiendo. "¡A diferencia de Chespin!"
"¿Por qué me están atacando?!" gritó él, con lágrimas de enojo a punto de salir.
"Por nada en especial."
"Interesante..." pensó Pikachu en voz alta, sin prestarles mucha atención. "Pero, ¿puedo ser así? Al fin y al cabo, soy el Pokémon de Ash."
"Si realmente quieres hablar con Eevee... tendrás que hacerlo," afirmó Pancham con firmeza. Pikachu tragó saliva, nervioso.
"Buena suerte, amigo," susurró Talonflame en su oído.
...
...
...
"Bueno, allá vamos." Tomó una respiración profunda. Lentamente se acercó a Bunnelby y Eevee, que como siempre estaban juntos.
"Eh, hola," dijo lo más bajo que pudo.
"H-hola," respondió Eevee, mirando al suelo. Viendo esto como una buena señal, él dio un paso más cerca.
Mal movimiento.
"¡Ah!" ella gritó de inmediato con miedo, escondiéndose detrás de Bunnelby, quien actuó como un escudo viviente. Tanto él como Pikachu sudaron una gota.
"Honestamente no sé qué ve en mí..." Bunnelby susurró al ratón, quien se veía decepcionado.
Pikachu suspiró tristemente y se fue.
Eevee lo miró irse, hasta que una suave voz madura resonó en sus oídos.
"Eevee, ¿por qué eres tan tímida con él? Pikachu solo quiere ser tu amigo. ¿Recuerdas que te ayudó a derrotar al Team Rocket?" Bunnelby le dijo con suavidad.
"Bueno... sí," respondió Eevee, recordando el momento.
"Entonces, ¿por qué no le das una oportunidad?" preguntó Bunnelby.
"Y-yo simplemente no puedo."
Bunnelby se rió por un momento. "¿Por la misma razón que Chespin?"
"¡N-no! Pikachu... está bien. Es solo que, cada vez que lo miro o escucho su voz, me duele la cabeza..." Eevee frunció el ceño profundamente.
"¿Qué...? ¿Lo odias?"
"¡Realmente duele! Todo lo que puedo ver es borroso. Mi mente se va al fondo de mi cabeza, como si hubiera algo que recordar... No sé, simplemente... se siente mal..." dijo, luciendo angustiada.
"Hmm... eso es interesante," respondió Bunnelby, pensativo. Eevee se quedó en silencio, sin querer decir más.
...
...
...
"Pikachu. Ese Pikachu. No es su culpa... ¿verdad? Parece... un Pokémon muy agradable. Pero simplemente no puedo soportar estar cerca de él. ¿Por qué? No lo sé. No tengo idea. Es como si lo hubiera visto antes. Casi... como si fuera un querido amigo."
Los pensamientos de Eevee la acorralaban dentro de su propia mente. "Alguien en quien podría confiar y con quien sentirme cómoda. Ese sentimiento es realmente agridulce, ya que, por supuesto, él en realidad es un extraño. He estado sola toda mi vida. Nunca he visto un rostro que pudiera valorar sin miedo. Sin historia. Como si hubiera sido creada de la nada. Las cosas siempre han sido así..."
Eevee suspiró, mirando su reflejo en el río. Después de ese encuentro con Pikachu, cuando el grupo estaba almorzando, le dijo a Bunnelby que necesitaba algo de tiempo a solas... y él la llevó a este río.
"Un buen lugar para pensar," dijo con una sonrisa suave.
"¿Estoy tomando la decisión correcta? ¿Debería haberme quedado... en mi soledad pacífica? Bailando para mí misma, bajo cada luna, hasta el último día de mi vida..."
"Eevee..." Esa voz alegre seguía resonando en su cabeza.
"¿Sin ti...?"
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