Capítulo 3 ~Un nuevo, ¿reino?~

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Realmente ella no sabía cuánto tiempo había pasado, pues está había sido una de las caminatas más largas pero relajantes que Arabella podía recordar.

Y eso era decir mucho pues la mujer había tenido viajes más agrios, gracias claro a qué aquí no había tantas bestias dispuestas a matarla ni la necesidad de siempre cazar a cualquier ser viviente bajo la orden de sus superiores.

Poco tiempo después ya había despejado gran distancia desde que había despertado en el espeso bosque antes del mediodía y había seguido un caminó característico. Hasta ahora, no había visto a nadie más, pero había pasado por varias bifurcaciones en el recorrido y algunos campamentos obvios para viajeros abandonados.

Incluso los pocos monstruos que había encontrado eran poco más que plagas, fácilmente eliminadas por simples cortes. Similares en apariencia a los semi humanos y a los malnacidos de sus tierras.

Más una cosa curiosa salió de estos, unas simples pero exóticas piedritas brillantes, lo suficientemente interesantes como para que la misma las guardara en una pequeña bolsita; seguramente una remembranza de su época como perfumista, muchos objetos eran beneficiosos para la creación de encantamientos y perfumes mágicos.

"Supongo que algunas costumbres no se pierden tan fácil..." Murmuró con nostalgia mientras acariciaba el montón de piedrecillas en su bolsita de cuero.

Y así, la antaño asesina de augurios siguió caminando, moviéndose con tranquilidad al raz de la carretera, con la agraciada serenidad que la naturaleza le brindaba en un verde esplendor que pocas veces era capaz de apreciar.

Poco a poco, con la enorme edificación que cada vez se hizo más apreciable y visible, opacando el enorme sol amarillo que lo ilumaba todo. Evidenciando en el proceso una masiva ciudad a su alrededor que crecía lentamente conforme está se iba acercando.

"Así que era eso..."

Dijo un tanto escéptica al contemplar la metrópolis de apariencia humilde, con la enorme torre como lo único que la hacia destacar al esta alzarse mas allá de las nubes.

Algo obvio en la opinión de la misma, pues ni en un millón de ciclos solares cualquier reino ajeno podría compararse con la brillantes de Leyndell. Pero era un comienzo, ella realmente necesitaba respuestas, aún no era consciente del porque de su llegada a estás tierras misteriosas.

No obstante, un par de figuras lejanas detuvieron su línea de pensamientos, revelándose sorprendentemente como dos figuras féminas.

"¿Esas son humanas?..." Se pregunto la misma un tanto dudosa, aclarando su visión solo cuando ambas ya se encontraban a tan solo un par de metros de la misma, confirmándolo; evidenciando una apariencia un tanto exótica al encontrarse vestidas de una manera que solo podía describirse como atrevida, más Arabella ignoro este aspecto de poco puror a favor de recibir una buena cantidad de información.

Y pese a que por un segundo estuvo dispuesta a preguntar por indicaciones al par de féminas, una repentina reacción momentánea de su parte la hizo descartar esa desición.

Ya que antes de que las chicas se acercaran a su posición, por un segundo detuvieron su andar, contemplando a la enorme mujer vestida de manera exótica con ojos escépticos y las manos rozando ligeramente las fundas de sus armas ante lo que a la distancia parecía ser alguna clase de monstruo.

No obstante, tal parecía ser que al Arabella acercarse lo suficiente, el par de niñas fueron capaces de notar que lo que parecía ser un rostro monstruoso en realidad se trataba de una máscara demasiado tétrica.

Por lo que con una ligera mueca, ambas levantaron la voz.

"Oye tu, extraño." Pregunto una de las mujeres expuestas.
"¿Que intenciones puedes expresar al llegar a Orario?" Cuestionó la misma un tanto más calmada pero evidentemente lista para cualquier acción hostil que pudiera provenir de tan exótico individuo.

Por un segundo, Arabella relamió sus labios antes de abrir la boca, pues ya habían pasado años desde que la misma tuvo un diálogo con otro individuo que no fueran sus víctimas.

"Solo estoy de paso..." Se limitó a contestar, provocando un ligero repelús en ambas chicas al notar que la que se encontraba detrás de tan robusto y poco femenino traje era una mujer.
"Esto es... Orario supongo..."

"...Si... Estás delante de la ciudad Orario." Continuó la otra chica aún shockeada.
"Lamento si sonamos un poco escépticas, pero como sabrás, algunos aventureros somos contratados para el humilde trabajo de ser guardianes, así que si respetas las reglas, te pido de favor que no olvides registrarte en la caseta antes de ingresar formalmente a la ciudad." Arabella aún podía sentir el oculto tono de la sospecha para con ella.

Era fácil deducir que su máscara provocaría malos entendidos, pues desde su concepción fue inventada con la intención de provocar temor en la vida y sueños de todo aquel ser viviente que pasará bajo el filo de su arma.

"Seguro... no hay problema..." Respondió Arabella antes de que la misma se comenzará a retirar la máscara antes de colgarla en su muslo, permitiendo que ambas mujeres fuesen testigos de un rostro que pese a encontrarse endurecido, seguía rebosante de una belleza etérea y divina, como podía serlo cualquier ser tocado por la 'gracia' del árbol áureo.

Incluso, por un segundo, las mejillas de ambas mujeres se tiñeron de un característico tono rojizo que Arabella no noto.

"Entonces... seguiré mi caminó, con permiso." Finalizó su charla con su clásico tono cortante. Evitando continuar con la conversación, pues para ella, esto de hablar con otros seres era una de las actividades de la cual ya no se sentía digna.

Tal vez en una biblioteca tendría más detalles del nuevo continente en el cual había arribado sin querer.

Así, la cazadora de presagios siguió su camino, pasando al costado de ambas mujeres, superando su altura con facilidad pero sin sobre pasarse como sus compañeros assesinaojos, pues ella era más baja por un metro o dos.
Más conservando una altura considerable que sobre pasaba al resto de humanos evidentemente.

Con ambas chicas que contemplaron a la contraria alejarse con una legitima curiosidad.

"Esa mujer... ¿será una aventurera?" Se pregunto una con duda. Pues a sus ojos, la vestimenta y armamento pese a ser un presagio de muerte y terror, eran claros instrumentos de guerra que solo un aventurero experimentado tendría el honor de ostentar.

"No lo sé...pero viéndola bien, ~no estaba nada mal~." Comentó la otra de manera excéntrica para la consternación de su compañera.

"Te creo, pero esa máscara si soy honesta, me parece muy aterradora..."













Continuará....

Elden ring x Danmachi: La Última Cruzada De Una Asesina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora