Elden ring x Danmachi: La Última Cruzada De Una Asesina.

Capítulo 7 ~La Torre de Babel~

La mujer caminó hacia el monumento que se extendía mas allá de lo visible, sobre pasando las nubes, hasta el punto en que no sabe si será infinita. Según recuerda, la torre de Babel fue construida originalmente para llegar al cielo, donde habitan los ’dioses’. Según el bibliotecario está cuenta con unos cincuenta pisos descubiertos hasta la fecha actual, algo impresionante, pero nada fuera de lugar para Arabella.

Ella sabía de hazañas de magnitudes fantásticas, que opacaban el construir una infraestructura mágica.

Radahn el azote de las estrellas era una proeza viviente. Una verdadera deidad que había parado el curso natural de las estrellas solo con su presencia y aún así podía combatir sin parar y el cosmos no se agitaba ni un poco.

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La calle por donde avanzaba parecía más una avenida en la que carruajes y pequeños comerciantes podían transitar con facilidad, más avivado que en esos callejones sucios por dónde vago perdida de un lado a otro cuando llegó. El repiqueteo de las pezuñas de los caballos y los comerciantes promocionando sus productos a gritos trajo recuerdos muy antigüos.

¿Hace cuánto que no había visto tal cantidad de actividad en un reino o pueblo?

Décadas seguro, desde la devastación, no quedaban nada más que reminiscencias de lo que antaño fue su población natural.

No obstante, un contingente de personas alistando provisiones, revisando armamentos y grupos tan grandes como un pequeño pelotón llamaron su atención. Cómo si se prepararán para la guerra, algunos se enfilaban diligentemente, otros de manera brusca y bruta, claramente todos eran aventureros. No obstante, su visión fue atraída por una multitud que rodeaba la puerta del laberinto, los aventureros presentes comenzaron a unirse a aquellos que miraban con expectativa hacia la oscuridad.

Arabella se acerca lentamente cuando los murmullos empiezan a fortalecerse.

"¡Mira, son ellos!" Dijo uno.

"Es la primera vez que los veo en persona" Agrego otro.

"Nunca los vi regresar del Calabozo" Finalizó otro.

Todos los ojos apuntaron hacia la entrada cincelada del Calabozo, de la cual los guerreros magullados por las batallas debajo del laberinto salieron a la luz, caminando con total satisfacción al ser reconocidos por las masas.

Era obvio que estos tipos eran alguna clase de guerreros de mayor rango en comparación al resto, si la admiración y adoración del gentío no era ya un indicio obvio de ello. Más esto poco importo a Arabella que siguió de largo su camino directo al interior de aquella mazmorra, pasando de la multitud y de aquellos seres, rozandolos en el caminó al pasar junto a estos sin dedicarles ni una sola mirada, siguiendo en la dirección contraría.

Por un segundo, varios de los miembros de aquella familia les fue imposible no mirar a tan extravagante sujeto transitar sin rechistar a su costado.

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Las primeras impresiones que tuvo de la mazmorra, además de transmitir un aura misteriosa, es que es intrínsecamente confusa, y esto Arabella podia confirmarlo. Bajando a través de unas escaleras de caracol por dónde un gran número de aventureros iban llegando desde el interior, con su arquitectura que era indecifrable y extravagante.

A su alrededor la gran variedad de aventureros subían de regreso o bajando aún más, muy absortos en sus propias conversaciones como para prestarle atención, cosa que agradecía.

"...Hombre, ¡maté a tres Kobolds yo solo...!"

"...¡Debes haber recogido piedras con valor de diez mil valis...!"

"...Parece peligroso..."

"...¡Será mejor que estés preparado! El duodécimo piso será duro..."

"...Armas extrañas lleva ese sujeto..."

"...Quiero ir a comprar una nueva espada..."

"... Las armas y armaduras de Hefesto son caras..."

"... Ese tipo del traje raro y mascara macabra..."

"...¡Bajemos al décimo piso...!"

"...¡Absolutamente no! ¡No estamos listos...!"

"...Sí, terminaríamos lidiando con las sombras de guerra en la Sexta. No se llaman asesinos de novatos por nada..."

"...El está muy solo..."

"... Ese jefe de piso probablemente ya haya renacido..."

Poco a poco, las voces se van apagando detrás suyo, y así finalmente la mujer se adentra en la tan aclamada mazmorra.

Mirando la construcción con genuina curiosidad.

Al igual que en el exterior, el interior también es circular y cuenta con una multitud de columnas colocadas a intervalos iguales. Con una tenue luz azul que invade todo el lugar, lo que le da al interior una sensación mística. Arriba hay una hermosa pintura azul que parece el cielo real.

En la parte inferior, observa las paredes que se han vuelto de un azul claro por los grupos de cristales  brillantes que crecen en ellas y que emiten esa luz característica. Los grupos de aventureros se separan al entrar en varios agujeros, y la asesina de augurios hace lo mismo al ir sola.

Sus sentidos se agudizan al encontrarse en el interior del primer piso. Se escucha un crujido a un lado y mira para ver a seis goblins emergiendo de las paredes antes de aterrizar en el suelo completamente formados.

"Estos... ¿son los monstruos?..." Pensó Arabella con desdén y una mueca de desprecio. Se parecían mucho a los bastardos alados y sus semejantes.

Los goblins comienzan a rodear a la enorme mujer, contemplándola mientras agitaban sus armas con agresividad.

En un abrir y cerrar de ojos, los seis demonios verdes intentan lanzarse sobre la cazadora de augurios. Pero está, simplemente agita su enorme machete horizontalmente despedazando y cortando la carne con brutalidad, así sus cabezas y extremidades salen volando por los aires junto a sus cuerpos que son lanzados hacia atrás.

Tal fue la velocidad y fuerza de la asesina que los seis se desintegran al instante, convirtiéndose en bocanadas de humo negro que se disipan rápidamente.

"Que decepción..." Demasiado débiles  para soportar incluso simples golpes.

Rápido la mujer toma el montón de piedrecillas brillantes, antes de guardarlas en su bolsa y seguir adelante mientras profundiza en su comprensión del diseño del piso. Obtiene la imagen de un conjunto de escaleras que la llevarán hacia abajo, junto con la dirección que debe tomar.

Sin mucho en lo que pensar, desciende aún más, había trabajo que hacer.

Continuará.....