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Las cosas parecían complicarse a cada día que pasaba, Yoon ya no tenía a nadie con quien hablar pues su hermano parecía centrado en evitar cualquier contacto con algo distinto de los libros

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Las cosas parecían complicarse a cada día que pasaba, Yoon ya no tenía a nadie con quien hablar pues su hermano parecía centrado en evitar cualquier contacto con algo distinto de los libros. Sus exámenes se acercaban y la presión que su padre ejercía se cernía sobre este de forma inevitable. Tampoco tenía a Jimin, el pintor ya no le prestaba atención pues se mostraba realmente ocupado con el asunto de sus clases. Tan solo en un par de ocasiones habían intercambiado palabras.

"—¿Has comido? —Jimin siempre negaba sin apartar la vista de sus cuadros— Te prepararé algo, pareces cansado."

¿En qué momento se habían dado la vuelta los acontecimientos? Yoongi necesitaba un poco de esa calor que el muchacho solía darle, la misma que ahora le dedicaba a su profesor. Ya no había caricias, conversaciones a madrugada, sexo placentero o besos enfermizos. Jimin no lo miraba, ni siquiera le contestaba y en el fondo Yoon sabía que las palabras que aquella noche dijo tenían mucho que ver.

Cuando Jimin explotó tras esa conversación que había tenido con el padre del cocinero, Yoon no espero demasiado hasta desahogarse. Aquella noche de hace una semana, la vez que el pintor lo lastimó con unas palabras que jamás antes nadie le había dicho... Se vengó de la peor de las formas.

"—Te gusta lastimar a la gente que te rodea. Tu hermano fue un simple peón —Yoongi se había arrepentido de sus palabras en el preciso instante que las dijo. Jimin había llorado tras golpear la cara del cocinero en un ataque de ira cuando tal acusacion salió de su boca."

Siete días, había pasado una semana pero la herida de ambos estaba tan reciente que quemaba. Los dos arrepentidos, ambos por razones de peso. Lo único cierto era que se necesitaban, porque en una casa tan hermética como esa tener a alguien con quien hablar lo era absolutamente todo, más aún cuando las almas estaban dañadas de forma irremediable, como las suyas.

Por eso Yoongi se había comenzado a centrar más de lo normal en su trabajo, aprovechaba su buena relación de amistad con su jefe para salir de vez en cuando a escondidas de su padre durante la noche. Estaba viviendo por primera vez desde que llegó a la ciudad y aún así no podía olvidar el hecho de que Park Jimin ya no lo miraba, ni siquiera para darle los buenos días. Hasta SeokJin lo había notado menos animado, perdido en sus pensamientos.

"— ¿Te sucede algo Yoon? —Le había preguntado la noche anterior durante su turno en el restaurante.

— Nada grave, solo estoy un poco desanimado. Se solucionará solo, no te preocupes —había respondido el cocinero mirando a su jefe a los ojos."

Lo cierto es que estaba unido a ese muchacho pues con sus debilidades y virtudes era el único que podría llegar a comprenderlo. Jimin, sin duda jamás pensó en él como un aliado en la encrucijada de pensamientos que era su cabeza, sin embargo ahora que no hablaban lo sabía con total certeza. Si se habían aferrado el uno al otro mediante el sexo, era quizás la mejor excusa para desahogarse sin implicar al corazón cansado en tales asuntos, porque ninguno de los dos había tenido un apoyo en mucho tiempo y porque estaban aferrándose a la idea de que el amor romántico realmente no existía. Sentirse comprendido, a gusto, lo es todo. Incluso para quienes adoran la soledad, existe un punto de inflexión en el que hablar con alguien que comparte tus problemas, miedos o ideas de vida, le da a la mente paz.

Agorafobia :: JimSu ː͡₊ˀ 〜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora