T1:C3 La Promesa de la Lluvia de Estrellas

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El sol apenas comenzaba a asomar por el horizonte cuando Zarek se despertó, con la brisa fresca de la mañana acariciando su rostro. Había pasado la noche soñando con ella, con su risa suave y los ojos curiosos que lo habían cautivado desde el primer momento. Desde su lugar habitual en la copa del roble, observaba la aldea de Mytheria, como si al hacerlo pudiera invocar la presencia de Lyra.

A lo lejos, entre los caminos serpenteantes que llevaban al mercado, la vio. Lyra caminaba con una gracia natural, su cabello reflejando la luz del sol, junto a un hombre de complexión fuerte y mirada profunda que Zarek supuso era su padre. El corazón de Zarek latió con fuerza, y sin pensarlo dos veces, descendió del árbol con la agilidad de alguien que conocía cada rama de memoria.

"¡Lyra!" exclamó Zarek mientras agitaba la mano con entusiasmo, acercándose rápidamente.

Ella giró la cabeza al escucharlo, y una sonrisa cálida iluminó su rostro.

"¡Zarek!" respondió ella con alegría. Se detuvo junto a su padre y lo presentó. "Este es mi padre, Erian."

Zarek sintió una ligera oleada de nerviosismo al encontrarse frente a Erian, un hombre cuya presencia imponía respeto. Sus ojos brillaban con una intensidad que sugería que había visto mucho en su vida, pero aún así, había algo reconfortante en su sonrisa.

"Es un placer conocerlo, señor Erian" dijo Zarek con una leve inclinación de cabeza. "He escuchado que Mytheria les ha dado una cálida bienvenida. Es un lugar muy especial, lleno de maravillas que estoy seguro llegarán a apreciar."

Erian, con los brazos cruzados, lo observó unos momentos antes de responder, como si evaluara cada palabra de Zarek.

"Lo es, joven Zarek" dijo finalmente con una voz profunda pero amable. "He oído mucho sobre ti. Parece que has hecho que la llegada de mi hija aquí sea más... interesante." Sus labios se curvaron en una leve sonrisa antes de volver su atención a Lyra. "Lyra, tengo algunos asuntos que atender en el mercado. Te veré más tarde."

Tras una última mirada significativa hacia Zarek, Erian se alejó, dejando a los dos jóvenes solos.

Zarek respiró aliviado una vez que Erian se perdió de vista y giró hacia Lyra con una sonrisa radiante.

"¿Tienes planes para hoy?" preguntó, tratando de sonar despreocupado, aunque su tono traicionaba una leve esperanza.

"No, no tengo nada planeado" respondió Lyra con una sonrisa que dejó entrever su propia curiosidad. "¿Por qué?"

Zarek sintió cómo su corazón se aceleraba, emocionado por la oportunidad.

"Hay un lugar..." comenzó, eligiendo cuidadosamente sus palabras. "Es un lugar que significa mucho para mí, y me gustaría mostrártelo. Es un poco especial..." sus ojos brillaban con la emoción contenida.

Lyra lo miró intrigada, sus labios curvándose en una sonrisa aún más amplia.

"Me encantaría ir" dijo, con los ojos llenos de entusiasmo.

Zarek la condujo por senderos ocultos entre los árboles, más allá de lo que cualquier habitante de Mytheria conocía. El bosque estaba en calma, con los rayos de luz filtrándose entre las hojas, creando sombras que danzaban a su alrededor mientras el viento susurraba historias antiguas entre las ramas. Finalmente, llegaron a un claro donde un enorme árbol se alzaba en el centro, con ramas tan grandes que formaban un techo natural, cubriéndolo todo con una luz suave y dorada.

"Este es mi lugar favorito" confesó Zarek, mirando el árbol como si fuera un viejo amigo. "Siempre vengo aquí cuando quiero pensar, cuando necesito escapar del mundo. Aquí, todo parece más tranquilo, más... verdadero."

Mytheria - El Despertar del DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora