El sol brillaba intensamente sobre Mytheria, bañando la aldea en una cálida luz dorada. Los sonidos de la vida cotidiana llenaban el aire: el bullicio de los comerciantes ofreciendo sus mercancías, el eco de las risas infantiles resonando en las calles empedradas, y el zumbido constante de los artesanos trabajando en sus talleres. Todo parecía tan ordinario y pacífico, pero Zarek y Lyra sentían que algo extraordinario estaba por suceder.
El polvo levantado por sus pasos se arremolinaba suavemente mientras caminaban hacia la plaza central, donde una multitud se había congregado. Los rumores habían circulado por días sobre la llegada de un anciano sabio, un hombre cuyas historias contenían secretos y cuyas palabras podían predecir el futuro.
"¿De verdad crees que este hombre puede ayudarnos?" preguntó Lyra, su tono mezclado con curiosidad y duda. Su cabello, acariciado por la brisa, brillaba bajo la luz del sol mientras ella observaba a Zarek de reojo.
Zarek le devolvió la mirada, con una sonrisa confiada. "Eso dicen. Y en nuestro camino, cualquier consejo sabio puede ser útil. No tenemos nada que perder."
Al llegar a la plaza, la multitud se abría paso para escuchar mejor al anciano. El hombre era imponente a pesar de su edad avanzada, con su larga barba blanca que llegaba casi hasta su cintura y sus ojos brillantes como dos estrellas antiguas que habían visto más de lo que alguien podría imaginar. Vestía una túnica azul oscura con bordados dorados que formaban intrincados símbolos místicos, cada uno emitiendo un tenue resplandor. Sentado en un taburete de madera desgastado por el tiempo, parecía haber sido testigo de muchas eras pasadas.
Zarek y Lyra se acercaron al borde del círculo, escuchando la voz profunda y pausada del sabio mientras relataba una de sus tantas historias.
"...y así, el joven héroe comprendió que la verdadera fuerza no radica en la violencia, sino en el amor y la pureza de su alma. Recuerden siempre, la verdadera fortaleza proviene del corazón, no de los músculos ni de las armas."
El silencio reinó por un momento mientras las palabras del anciano se asentaban en la multitud. Luego, los aplausos rompieron el hechizo, y las personas comenzaron a dispersarse lentamente, satisfechas por las palabras que habían escuchado. Pero Zarek sintió que algo más lo llamaba, algo más profundo y personal.
"Creo que deberías hablar con él," susurró Lyra, dándole un leve empujón.
Zarek, inseguro pero decidido, dio un paso adelante. "Señor... ¿puedo hacerle una pregunta?"
Los ojos del anciano lo enfocaron de inmediato, penetrantes y misteriosos, como si pudieran ver más allá de la carne y los huesos. "Adelante, joven. Las respuestas que buscas podrían estar más cerca de lo que crees."
Zarek tragó saliva, sintiendo una mezcla de respeto y nerviosismo. "He escuchado que usted tiene el don de la clarividencia. Me gustaría saber... si puede ver algo sobre mi futuro."
El anciano lo observó detenidamente durante unos segundos que parecieron eternos. "Ven, acércate, hijo mío," le indicó con un gesto. "Siéntate a mi lado, y dejaré que las estrellas hablen por ti."
Zarek obedeció, sentándose en el taburete junto al anciano. La atmósfera a su alrededor pareció cambiar, como si el tiempo se desacelerara. Lyra permanecía cerca, con los ojos fijos en ellos, como si estuviera presenciando algo sagrado.
El anciano le colocó una mano en la frente, y su toque fue más frío de lo esperado. Cerró los ojos y comenzó a susurrar palabras en un idioma arcano, cada sílaba cargada de un poder que Zarek no podía comprender. Sin embargo, en cuanto aquellas palabras resonaron en su mente, Zarek fue arrastrado hacia una visión.
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Mytheria - El Despertar del Dragón
AventureEn el mágico Reino de Mytheria, donde la naturaleza y la magia coexisten en perfecta armonía, la vida de un joven llamado Zarek está a punto de cambiar para siempre. Un chico que siempre busca la magia en cada rincón del mundo. Su apacible existenc...