T1:C20 El Ascenso de la Sombra - Parte 1

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El sol se deslizaba lentamente detrás de las imponentes montañas de Mytheria, pintando el cielo con tonos de fuego y sombras alargadas. El grupo había montado un campamento temporal, refugiándose después de la agotadora batalla contra Morwen. El eco de los combates aún resonaba en sus mentes, y el viento gélido que soplaba entre los árboles parecía arrastrar susurros de advertencia.

Zarek, Lyra, Linnea y Caius se reunieron alrededor del fuego, cuyas llamas parpadeaban como si temieran la llegada de algo oscuro. Sus rostros, iluminados por la tenue luz, reflejaban más que cansancio: había una profunda preocupación que pesaba en sus corazones. Sabían que la batalla no había terminado. No realmente.

Zarek observó con seriedad a Caius, quien sostenía su costado, cubierto por un vendaje improvisado. Su respiración era lenta, pero cada tanto, un quejido de dolor escapaba de sus labios.

"¿Está bien, Caius?" preguntó Zarek, aunque ya conocía la respuesta. "Ese último ataque de Morwen casi te rompe en dos."

Caius intentó esbozar una sonrisa, pero su rostro se torció en una mueca de dolor. "He pasado por peores. Solo necesito un poco de tiempo." Su tono intentaba ser firme, pero todos sabían que su energía se agotaba rápidamente.

Lyra, sentada a su lado, trituraba unas hierbas medicinales que desprendían un suave aroma a frescura y vida. Su semblante, normalmente alegre y calmado, mostraba una seriedad inhabitual. "Morwen nos seguirá, Zarek," dijo, sin levantar la vista de su tarea. "Lo que hemos visto hoy es solo una fracción de lo que puede hacer. Necesitamos prepararnos para algo mucho peor."

Zarek asintió en silencio, sus ojos clavados en las montañas que se elevaban en la distancia. Su mente procesaba las palabras de Lyra, pero su corazón se debatía entre la estrategia y el agotamiento. Había algo inminente, una tormenta que se acercaba. No podían seguir huyendo indefinidamente.

"¿Y si escondemos los fragmentos?" sugirió Linnea, su mirada perspicaz enfocada en las llamas danzantes. "Podemos encontrar un lugar seguro. Una cueva... o una antigua fortaleza, algo que nos dé tiempo para idear un plan."

La sugerencia de Linnea flotaba en el aire, pero antes de que Zarek pudiera responder, un escalofrío recorrió a todos. El viento cambió, soplando una ráfaga fría que extinguió el fuego de manera instantánea. La oscuridad se asentó sobre el campamento como un manto, sofocante y lleno de peligro. Las sombras parecían moverse a su alrededor, palpando con avidez.

De las profundidades de esa oscuridad, una figura emergió lentamente. Era alta y delgada, pero su presencia era asfixiante, como si toda la esperanza hubiera sido arrancada del aire. Los ojos de la figura brillaban con un malicioso resplandor carmesí, y su voz, gélida y resonante, cortó el silencio como una guadaña afilada.

"Morwen no vendrá solo esta vez," dijo la figura, su tono impregnado de una arrogancia oscura. "Yo soy Nerezza, el Espectro. Maestro de la sombra... y el verdadero arquitecto de su perdición."

Zarek se puso de pie de un salto, empuñando su espada con firmeza, sintiendo cómo la tensión del combate recorría su cuerpo. A pesar del agotamiento, la determinación en sus ojos se mantenía intacta. "No dejaré que te lleves los fragmentos. ¡Nos defenderemos hasta el final, Nerezza!"

Una sonrisa se dibujó en el rostro espectral de Nerezza, gélida y cruel. "El final... será más cercano de lo que imaginas." Con un movimiento de su mano, una oleada de energía oscura surgió de las sombras, envolviendo a Zarek en un vendaval violento que lo lanzó varios metros hacia atrás, su cuerpo impactando contra una roca con un estruendo sordo.

"¡Zarek!" gritó Lyra, corriendo hacia él, desesperada. Su respiración era rápida y entrecortada mientras intentaba reanimarlo, pero Zarek no respondía. Su pecho se levantaba de manera apenas perceptible, y la vida parecía escapar lentamente de su cuerpo.

Mytheria - El Despertar del DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora