Six.

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- No creas que no te vi, traidor.

- Sigo sin tener idea de que hablas, alien.

Ya llevaban un rato discutiendo del mismo tema, una pelirrosa muy indignada y un rubio que suspiraba mirando a la nada.

- ¡Incluso el atardecer se puso a tu favor! Sabía que había algo raro cuando no entraste a clases por primera vez en la historia de esta academia. - Mina se volvió a sentar en su pupitre, apuntando un par de cosas en su libreta.

- Quien sabe. - respondió seco Bakugo, hojeando su libro de texto, aunque una pequeña sonrisa delatora se escapó de sus labios.

- ¿Va a ser regular ver a este sonreír? Porque me pone incómodo. - susurró Denki había la fémina, y realmente esperó un golpe, un grito, un insulto o si quiera una mirada fulminante, pero el cenizo seguia en su mundo.

Aunque sus ojos miraban las letras y dibujos del libro, su mente estaba en otra cosa, en una sonrisa puntiaguda, en unos ojos carmesí de infarto, en una piel morena que parecía tener sabor a chocolate, en una voz masculina que le erizaba todos los poros del cuerpo.

Esa voz que le había dicho su nombre de una forma tan linda que no podía salir de su cabeza.

Cuando regreso a su casa ese día, no podía dejar de estampar la cara contra su almohada, mientras pataleaba y gritaba internamente por todo lo que había pasado, por al fin convivir con Kirishima de una forma normal, de una forma natural, sin forzarla y siendo totalmente recíproco.

La forma en la que el muchacho se sonrojo, la forma en la que le miro, le sonrió, todo eso se repetía una y otra vez, de forma exquisita y cada vez que lo hacía, lo disfritaba de una forma inimaginable.

Su ceño relajado se volvió a fruncir en cuanto un golpe frente a el lo hizo salir de sus bellos recuerdos.

- ¿Si? - preguntó enojado.

- Te estoy hablando sobre la demostración de clubes. - dijo su amiga. Cuando miro abajo, vio una lista de nombres que seguro no ubicaba así, sino por sobrenombres creativos.

- ¿Eso en qué me afecta?

- Necesitamos un baterísta en el club de música, solo sería esa vez, si quieres, ya nos haz ayudado antes y todos piensan que eres genial.

- ¿Habran de esos postres estúpidos que prepara el rarito de repostería?

- ¡Te lo aseguro!

- Okey, está bien.

Definitivamente el amor lo tenía demasiado dócil.

- ¡Podrás mostrarle a Kirishima lo bueno que eres con la batería! - parecía que los enchufes quemados que tenía el rubio electrónico por cerebro, habían conectado por una vez, eso hizo que Katsuki lo mirara, analizando sus palabras.

¿El tocando mientras Eijirou lo miraba emocionado entre la multitud? Eso hizo que una sonrisa egocéntrica se formará en sus labios.

- ¡Pues obvio que lo verá! ¡Le demostraré que se sacó la lotería conmigo! - una risa cómplice de sus amigos bastó para enorgullecerlo aún más.

- Creo que ya lo sabe, Baku. - sonrió la morena, divertida y mirando la hora en su celular. - Quedé de comer con Toru hoy, ¡Nos vemos! - salió por la puerta cometiendo todo a su mochila y se marchó.

- Pues quedamos tu y yo, Bakubro. ¿Vamos a la cafetería? - Kaminari paso su brazo por su hombro.

El mencionado solo se levantó, tomó su maleta y caminó, dando así la señal de que lo siguieran.

Imbecil Bonito; Kiribaku ᵠᵘⁱʳᵏˡᵉˢˢ ᵃᵘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora