CROSS TIME | Tomron.

XVIII

— Y recuerden, las visitas a Hogsmade son un privilegio, si su comportamiento es malo en la escuela, ese privilegio no se les volverá a otorgar.— les recuerda la profesora McGonagall mientras recibe los permisos.

Aún sentía muy raro volver a vivir las cosas que ya había vivido y por ende, muchas situaciones que antes le emocionaban por ser nuevas experiencias, ya no le causaban nada. Ya había visitado Hogsmade cientos de veces y no sería tan buen actor para fingir sorpresa ante cada cosa.

— La verdad yo no tengo muchas ganas de ir, los veré luego.— les dice Ron.

— ¿Estás seguro, Ron? — le pregunta Harry.

— Si, de verdad.

Harry y Hermione se ven inseguros de irse y dejarlo solo, por lo que Ron rápidamente los ahuyenta.— Anden, iré para la próxima visita.

— Está bien, te traeremos golosinas.

— De acuerdo.

Los ve alejarse junto a sus demás compañeros, cuando de repente siente una mirada fija sobre el.

Se da la vuelta pero el pasillo estaba completamente vacío.

Frunce el ceño confundido, no era la primera vez que se sentía así.

Para su siguiente clase de DCAO estaba dispuesto a hablar con Remus, pero es Snape quien llega en su lugar, azotando la puerta y creyéndose dueño del aula.

— Vamos a la página trescientos noventa y cuatro.

Harry y Ron comparten una mirada al ver a Snape llegar, pero el entendimiento llega a los dos segundos después. Aunque Ron no tendría que saber de su condición técnicamente, pero suponía que Harry ya lo sabía si se veía en confianza con Remus.

La luna llena..

— Basta decir que su profesor se encuentra incapacitado para enseñarles en este momento, vamos a la página trescientos noventa y cuatro.

¿De nuevo está clase? Ron recordaba lo aburrido que fue escuchar a Snape exactamente en esa clase, por lo que pasaba las hojas de su libro una por una. No es solo hasta que Snape le lanza un hechizo que lo hace llegar a la página exacta en menos de un segundo.

— ¿Hombres lobo? — pregunta Hermione.— Pero señor, apenas íbamos a ver a los Hinkie Pop, las bestias nocturnas son después.

— Silencio. Bien, ¿Quién sabe la diferencia entre un animago y un hombre lobo?.— Hermione levanta el brazo apresura mente.— ¿Nadie? Que decepcionante.

Ron sabía lo que venía a continuación, por lo que se apresura a responder antes que Hermione.

— Un animago es un mago que elige ser un animal y el Hombre Lobo no lo decide, se transforma con la luna llena y hasta olvida quién es él. Además, solo responde al llamado de los suyos.

Hermione gira a verlo sorprendida.

— Auhhh.— aulla Malfoy provocando pequeñas risas en los demás.

— Gracias, señor Malfoy.— dice Snape, mientras las risas van cesando.— Cinco puntos menos para Gryffindor, ya que Weasley decidió hablar sin mi permiso.

— Wow, Ron, ¿Cómo sabías todo eso?

— Es que me puse a leer.— se excusa.— No es gran cosa.

Hermione sonríe al ver qué su amigo finalmente se preocupaba por sus estudios.

( . . . )

— No creo que sea buena idea que juegues hoy, Harry.— le dice Ron, mientras mira el cielo nublado, porque sabía que más allá de las nubes grises, habría Dementores que no deberían de estar ahí.

— Oliver me mataría si no juego hoy, Ron. Además, he jugado en climas peores.

— Si, pero antes no había dementores rodando por la escuela, Harry.

— Wow, Ron, ¿Cuando te hiciste tan maduro? De verdad me estás sorprendiendo.— le dice Hermione, hasta pensaba que habían cambiado a Ron por otra persona.

— Durante las vacaciones.— responde vagamente.— Di que no te sientes bien, Harry.

— Lo siento, amigo. Pero tengo que jugar, además, Dumbledore tiene a los Dementores controlados.

— No estoy tan seguro de eso.

Y si, a pesar de su advertencia paso lo que ya sabía que pasaría, Harry s encontraría con un Dementor y caería de su escoba, iría directo a la enfermería, Oliver intentaría ahogarse en las duchas y finalmente Harry despertaría.

— Luce pálido, ¿No creen?

— ¿Pálido? ¿Que esperabas? Cayó de cuarenta metros.

— Oye, Ron, vamos a subirte a la torre astronomía.

— A ver cómo luces.

Solamente rueda los ojos pensando que no era necesario todo eso.

— Tal vez igual de pálido que de costumbre.— dice Harry mientras abre los ojos, lo que tranquiliza a todos los que lo rodeaban.

Ignora la conversación cuando gira lentamente la cabeza, sintiendo esa sensación de nuevo.

Pero no había nadie más prestándole atención.

( . . . )

— Oye, Harry, pss, Harry.— Ron llama en un susurro a Harry, era alrededor de la una de la madrugada y no quería despertar a sus demás compañeros de habitación.— ¿No te sientes como observado?

— ¿De que hablas, Ron? — le pregunta Harry medio adormilado, sin entender a su amigo.

— No lo sé, siento que alguien nos espía.— murmura.— ¿Jamás has tenido esa sensación de sentirse observado?

Se estaba despertando en plena madrugada por sentir que alguien lo observaba, pero jamás encontraba a alguien.

— Quizás solo estés imaginandolo, Ron. ¿Por qué alguien te espiaría mientras duermes?

— Cierto, tienes razón.

Pero por la mañana amanecía como un zombie, porque se sentía incomodo, pero no lograba entender porque.

— ¿Pesadillas?

— Ehh, algo así.

Pero aún había muchas cosas a las que debía de acostumbrarse.

author's note

¿Dos capítulos en menos de un mes? Cuando se ha visto a eso jajaja

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