Min Yoongi ha encontrado al prospecto perfecto para casarse pero al poner su plan en marcha se encuentra con la grata sorpresa de que la conquista está siendo el y no aquel atractivo abogado de trasero pomposo, Park Jimin.
̶Y̶̶o̶̶o̶̶n̶̶m̶̶i̶̶n̶
𝘑�...
El auto de Min entró al estacionamiento del gran edificio donde vivía el menor, desolado y con el ruido exterior de los autos.
Yoongi jugaba con sus manos, tratando de controlar su nerviosismo, no comprendía porque de repente se sentía tan tímido al límite de no poder mirar al castaño, aún más después de que permitió que pagara la cuenta.
Por el contrario, Jimin seguía con una sonrisa que era incapaz de borrar, mirar a Min Yoongi alejado de el al punto de casi salirse del auto, jugando con sus manos y su cuerpo encorvado le provocaban una satisfacción enorme.
Cuando se dió cuenta que el pelinegro estaba demasiado tímido como para hablar, tomo la iniciativa, acercando su cuerpo.
—Gracias por traerme— el palido al fin se digno a mirarlo y una vez más se sorprendió por la cercanía de Jimin.
¿No conoce el espacio personal?
Yoongi carraspeó antes de hablar.
—De nada, no podía permitir que te fueras solo—
—¿Entonces la próxima vez me dejaras llevarte?— Yoongi frunció su ceño confundido.
—¿Próxima?— el mayor no se dió cuenta de como había sonado aquello.
Cualquiera hubiera podido malinterpretar su respuesta como un rechazo indirecto, podría hasta ofenderse pero, solo fue un empujón para que Yoongi empezara a conocer al verdadero Jimin.
—¿Ya no quieres salir conmigo?—
Yoongi lo miro directo a los ojos algo asombrado por ser tan directo y aún mantener una seguridad inquebrantable. El mayor no podía decidir si era porque el abogado no le tenía miedo al rechazo o simplemente sabia su respuesta.
De cualquier forma, admiraba su confianza.
—¿Q-que?— respondió aún no muy seguro de que quería lograr el menor.
—¿No te gusto?— esa pregunta debería llevar una connotación de inseguridad, incertidumbre o algo de timidez, no obstante, Jimin le estaba dando una sonrisa ladina con un tono coqueto.
Eso es atractivo.
—Bueno..— hizo una pequeña pausa queriendo provocar algún tipo de misterio por su respuesta.
—Tu me gustas— el menor tocó su rodilla con su mano más cercana a el, acariciando suavemente sin subir más, sin sobrepasarse.
Yoongi sintió como le faltó un poco de aire por la forma tan jodidamente clara en que Jimin expreso sus sentimientos, sin miedo ni vergüenza.
El no podía quedarse atrás.
—Tu también me gustas— dijo sin titubear —es obvio— susurro lo último.
—Si ese es el caso— Jimin bajo su mirada a sus labios, luego paso su lengua por los propios, sin disimular.
Dios, el palido nunca había salido con alguien que fuera tan desvergonzado.
—Tengo una fiesta aburrida para patrocinar una marca, me gustaría que fuéras conmigo— Jimin le dió una sonrisa bonita y relajada.
—Creo que nunca he sido muy de fiestas pero— Min lo miro y se encogió de hombros —me gustaría ir contigo, pareces ser un gran símbolo de diversión en pinterest— Yoongi tan rápido como rio se callo.
Creyó que un chiste podría aliviar o romper un poco la tensión que se había creado y no sabía cómo manejar, mala idea, ahora se había delatado el solo. Las mejillas de Min una vez más tomaban un ligero color rosa por la vergüenza y el soju que habían ingerido.
Justo cuando iba a disculparse, Jimin tomo su rostro entre sus manos y sus labios se unieron de forma inesperada.
Los labios de Jimin eran tan suaves como los imagino, eran tan cálidos, dulces, se movían con movimientos sutiles y delicados sobre los suyos sin ninguna prisa, ambos suspirando y disfrutando del momento.
Los pulgares de Jimin acariciaron sus mejillas suavemente, el menor se separó un poco para mirarse. Yoongi sintió como una mano se deslizaba hasta su nuca de una manera suave hasta sentir un jalón en su cabello por el cual no tuvo tiempo de quejarse.
Su boca se entreabrio gracias al movimiento pero cualquier sonido que fuera a emitir fue opacado por los labios de Park, no metió su lengua pero sus labios rechonchos eran suficientes para enloquecer a Yoongi. No era un beso rápido, era el beso más lento y sensual que había recibido.
Tan intenso que no noto cuando Jimin se puso a horcajadas sobre el y este último lo sostenía por la cintura, disfrutando de la sesión de besos express que habían armado en el estacionamiento.
Jimin se separó de sus labios para acercarse a su cuello blanquecino, lo único que hizo fue rozar sus rechonchos labios en ese apetecible lugar tan vulnerable, tuvo que tener demasiada fuerza de voluntad para no dejar marcas y lamerlo.
Sus perfumes hacían un contraste interesante, Jimin olía de alguna forma dulce, como acaramelada mientras Yoon usaba una fuerte colonia típica.
Después de acariciar por un rato el cuello de su mayor subió hasta tener su rostro de vuelta, besando su pequeña nariz pálida y dando una mordida suavecita.
—Es una cita— sentenció Park Jimin.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.