Capítulo 3 -El trabajo de lengua-

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Cogí mi movil para deslizar el menú de notificaciones acto seguido vi su nombre y una sonrisa se empezó a formar en mi cara, al abrir la conversación vi que era su ubicación, no pude evitar sonrojarme y ponerme nervioso pero fuese como fuese tenía que hacer el trabajo, así que cuando se acercaba la hora de ir a su casa, me arreglé y salí de mi casa, el día era completamente soleado y se notaba la entrada del frío de septiembre.

Cuando llegue a la ubicación que marcaba mi móvil, vi una casa enorme con una cochera delantera en la que había un coche, la casa parecía bastante grande y sofisticada, la fachada era blanca y negra, se podía ver que contenía un segundo piso en su interior, además de una especie de jardín que no podía ver del todo ya que había un muro con una valla negra que imposibilitaba la visión hacia el interior.

Llamé a la puerta negra, esperando a que apareciera Marcos pero para mi sorpresa apareció un señor de alrededor de unos 30 años de pelo moreno vestido de traje, me invitó a pasar diciendo que Marcos se encontraba en el segundo piso. Cuando entré todo era increíblemente elegante, con toques rústicos, la casa era muy acogedora, detrás de él había una escalera que llevaba al segundo piso.

Mientras subía por la escalera solo podía alucinar, habían miles de cosas, las lamparas eran de cristal, la altura hasta el techo superaba los 3 metros, cuadros enormes colgaban de las paredes enormes jarrone, todo parecía realmente costoso, al subir alli me estaba esperando él, con una sudadera gris y unos pantalones negros, solo podía pensar en que incluso desarreglado me parecía bastante guapo, su pelo despeinado con el flequillo hacia delante lo hacia ver tan bien que no pude evitar sonrojarme y que una sonrisa se formase en mi cara, a lo que el me respondió dedicandome otra sonrisa.

-Hey, buenas.
-Buenas.
-¿Qué tal?
-Bien ¿Que tal tú?
-Me alegro, bien.
-¿Cuál es tu cuarto?
-Ese (apunto con la mano hacia una de las puertas del pasillo).
-Valep (dije mientras nos dirijamos a la puerta)

Al entrar vi una habitación impresionante, era negra con detalles blancos con una cama de matrimonio, cerca de una ventana que daba al patio trasero, al frente de la cama una televisión enorme sobre un mueble con baldas que contenían varias consolas entre las que pude reconocer una Xbox y una ps5, a la derecha habia una mesa, sobre ella, se encuentra un ordenador gaming imponente, con una torre de tamaño considerable. La torre estaba equipada con paneles de vidrio que dejan ver su interior, donde brillan luces LED de colores vibrantes, que se alternan entre tonos rojos, azules, verdes y morados, creando un ambiente futurista.El monitor es grande, posiblemente de 27 pulgadas o más, con un diseño curvo o de pantalla plana, nos sentamos alrededor del escritorio que contenía el ordenador.

Comenzamos a realizar el trabajo, él estaba sentado a mí lado, desprendía un olor que me agradaba, de vez en cuando, él se acercaba a mí para teclear en el ordenador, y cada vez que lo hacía, me envolvía en un calor que encontraba sorprendentemente acogedor.

Subió el mismo hombre que vi antes en la puerta, que evidentemente era el padre de Marcos, no lo había reconocido porque yo no lo conocía, siempre que iba a su casa estaba con su madre, traía consigo un husky blanco de un tamaño grande con ojos azules.

-Marcos, si has terminado saca al perro antes de que se haga más tarde.
-Voy papá.
(El perro se acerco a mi y comenzo a lamerme, mientras su padre se iba cerrando la puerta)
-Parece que le caes bien.
-Jaja, parece que sí.
-¿Quieres venir a pasear a Noa?
-¿Enserio?
-Si, después de que me escuchases y haber hecho el trabajo contigo me estas empezando a caer bien de nuevo, así que no me importa pasar más tiempo contigo y a Noa parece que tampoco jajaja.
-¡¡Bien!! (me agache y le rasque la panza al perro que se había puesto boca arriba).

Mientras yo acariciaba el perro Marcos cogió una chaqueta ya que empezaba a sentirse el frío, cogió sus llaves y salimos por la puerta de la casa, mientras andábamos por un camino de tierra rodeado por arboles y maleza, se iba poniendo el sol, solo podía mirarle a él, aunque lo disimulaba mirando al perro y jugando con él.

Después de caminar alrededor de media hora, llegamos a una especie de claro con un lago que era increíble, tenía un pequeño muelle hecho de tablones y encima se podía ver el sol poniendose sobre nosotros.

-Wow.
-¿Te gusta?
-Si, mucho.
-Jajaja, lo sabía.
-Es impresionante.
-Lo sé.
-¿Cómo descubriste este sitio?
-Solía venir con mi madre cuando era pequeño a bañarnos en el lago. Ven vamos a sentarnos.
Nos sentamos en el suelo, y nos quedamos uno al lado del otro mirando al lago.

-Oye Mario, me has demostrado ser bueno escuchando y sabiendo lo que me pasaba hasta cuando ni yo lo sabía, gracias (Dijo en forma de susurro).
-No tienes por qué darlas, tranquilo. (Dije dedicándole una sonrisa)

Mientras el atardecer caía sobre nosotros, Noa jugaba de fondo corriendo de un lado a otro, y era inevitable mirarlo a los ojos, el momento era perfecto desearía poder parar el tiempo y quedarme ahí.

El frío empezaba a sentirse, él no creo que fuera capaz de sentirlo ya que llevaba consigo la chaqueta negra que cogió antes de salir.

-Marcos creo que deberíamos ir volviendo.
-Si, Noa (dijo poniendo sus manos alrededor de la boca a modo de megáfono).
Durante el camino fuimos hablando de gustos y era sorprendente que coincidamos en varias cosas como en que le gustase el piano y yo lo tocase, géneros de música ya que los dos solíamos escuchar pop.

Andamos los dos de vuelta por el camino hasta su casa.

-Bueno, nos vemos mañana en clase.
-Chao (dije mientras ponía mis brazos alrededor de mi cuerpo, como si me estuviera abrazando a mi mismo tratando de mantener el calor corporal).
-¿Tienes frío?
-Un poco sí, la verdad.
-Toma (dijo quitándose la chaqueta y ofreciéndomela).
-Muchas gracias (dije mientras agarraba la chaqueta y me la colocaba).
-Nos vemos mañana.
-Hasta mañana.

Me fui a casa luego de acariciar a Noa y me puse su chaqueta para después taparme con ella y emprender rumbo hacia mi casa.

Cuando llegue a casa cené y me preparé para dormir, aunque cuando estaba con el pijama vi su chaqueta encima de la silla de mi cuartos tomé la chaqueta entre mis manos, notando su textura suave y ligeramente desgastada. Me la acerqué al rostro con una mezcla de curiosidad y anhelo, y respiré profundamente. El aroma familiar y cálido que tanto me gustaba me envolvió de inmediato, una mezcla sutil de su colonia y algo más, quizás su suavizante o quizás su esencia única. Cerré los ojos por un momento, disfrutando de la sensación reconfortante que me producía, como si a través de ese olor pudiera acercarme un poco más a él, sentirlo cerca a pesar de la distancia, me acosté en la cama y cuando cerré los ojos escuché mi móvil vibrar, -buenas noches- me habia escrito Marcos a lo que le respondí -buenas noches- y una sonrisa se escapó de mi boca para volver a cerrar los ojos y sentir un pequeño ardor en mis mejillas para caer rendido ante el sueño.

El Invierno Que Descubrí El Significado De Amar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora