Mientras trataba de recuperar la conciencia, intentaba gritar, pero era inútil ya que mi voz no salía, trate de forcejear pero lo máximo que conseguí fue que se enfadara mas, solo podía pensar una cosa Marcos por favor ayúdame.
Él comenzó a desabrochar cada uno de los botones de mi camisa, con una sonrisa retorcida, estaba aterrado, mientras lo hacía, iba depositando besos sobre mi, cuando acabó con la camisa se quitó la suya y acto seguido los pantalones, y se postró ante mi admirándome, una sonrisa curvada se formó en su rostro y comenzó a retirar mi pantalón delicadamente.
-Narra Marcos-
Tenía un mal presentimiento, sabía que estaba pasando algo malo, pero ¿dónde?
Todos iban tan ciegos que nadie había visto por donde habían ido, mi corazón se encogió, tenía miedo, no podia soportar pensar que le estuviera pasando algo malo a él, Lia y Alba que eran las únicas que como habían estado ocupadas besándose no habían bebido tanto, me acompañaban.-Si fuera un cínico retorcido, ¿dónde llevaría al chico que me gusta?
-Puede que si él está tan obsesionado lo haya llevado a su cuarto (exclamo Lia con preocupación)
-Tienes razón, pero ¿cuál es su cuarto?
-Pregunta a algún amigo (dijo alba encogiéndose de hombros)Vi a un chaval moreno que había visto varias veces con él y que parecía que lo acompañaba porque al venir a clase los veía venir juntos.
-¿Cuál es el cuarto de tú amigo?
-¿Qué amigo?.
-No me seas imbécil.
-Relaja, ¿para qué quieres saberlo? (Dijo mientras achinaba sus ojos).
-Dímelo o te vas a arrepentir.
-¿A sí?
-Sí (respondí poniendo mi mano en su cuello) Vas a decirme ¿dónde está?
-Sisi relaja es la cuarta puerta a la derecha al final del pasillo(Dijo mientras tosía).Fue decir eso y salir corriendo rumbo a la dirección que había mencionado, al llegar a la puerta, llamé, trate de abrirla, pero estaba cerrada, posiblemente con un pestillo, no podía aguantar más la incertidumbre, la sensación de vacío, como cuando te montas en una montaña rusa y tu pulso va a una velocidad increíble y sientes ese hueco dentro de tí, era insoportable así que hice lo que sentí había que hacer.
Pegué una patada a la puerta, debido a la mala calidad de esta, tan siquiera lo resistió, al abrirse vi la peor imagen que podía haber visto, Mario en boxer tumbado en la cama debajo de Alex, forcejeando con él, no pude evitar sentir tanta rabia encima e impotencia, me cegué como si nada me importase solo queria reventarle la cabeza, ese hijo de puta estaba haciendo la cosa más repugnante del mundo y encima a alguien demasiado importante para mí.
Me abalancé sobre Alex y comencé a pegarle puñetazos mientras Lia intentaba espabilar a Mario y Alba llamaba a una ambulancia, todo parecía estar pasando en cámara lenta para mí, pero en realidad fue en cuestión de segundos, yo solo podía golpearle hacerle sentir el dolor que merecía, descargué toda mi ira y mi furia sobre él, la sangre brotaba de su cara con cada puñetazo, sentí como su nariz se partía y me detuve al oír.
-Marcos (dijo Mario en un débil susurro)
-Dime, ¿estás bien? ¿te ha tocado el imbécil este?
-Marcos no te vuelvas a separar de mí por favor (dijo antes de desmayarse)
-Mario por favor no te duermas (dije zarandeandole). Nunca te volveré a dejar solo y te cuidare siempre (dije mientras una lágrima rodó por mis mejillas)Me quite la chaqueta del traje y envolví el cuerpo semidesnudo de Mario, lo cogí en brazos y salí del cuarto, todo el mundo comenzó a mirarnos, yo me límite a sacarlo de allí, quería que estuviera bien, quería que estuviera a salvo, que estuviera conmigo, al salir de la casa la ambulancia estaba en la puerta, lo puse encima de la camilla y me monté con él, no me iba a volver a separar de él nunca, -te voy a cuidar siempre- dije dándole un beso en la frente, Lía me dio la ropa de Mario y su móvil, me despedí de ellas para que se cerraran las puertas de la ambulancia.
Fue un camino horrible, me pareció eterno, el técnico en emergencias sanitarias no paraba de hacer cosas y suministrarle medicación, hasta que el monitor marcó 0 pulsaciones por minuto, mi corazón se detuvo y mis ojos se pusieron vidriosos, por favor Dios no me lo quites, no ahora, no ahora que volvía a tenerlo y estaba empezando a sentir algo que no habia sentido antes, las lágrimas rodaban por mis mejillas, no quería perderlo, no podía consentirlo.
El técnico le puso unos parches, y le dio una descarga, sus constantes se estabilizaron y parecía que la medicación que le habían suministrado, empezaba a hacer efecto, se le veía tan débil e indefenso que se me partía el alma, me culpaba de todo lo que había pasado, si tan solo hubiera estado con él, no hubiera pasado esto.
Entreabrió los ojos y balbuceó algo que no pude descifrar para volver a dormirse.
Cuando llegamos al hospital lo llevaron a una sala y a mí me dejaron en la sala de espera, al poco tiempo apareció su madre la cual me abrazó, ya no pude más y dejé salir las lágrimas que me estaba aguantando desde hacía tiempo.
Al rato el médico nos llevó a la habitación en la que se encontraba, estaba dormido, me puse al lado de la camilla con una silla y aproveché que su madre había ido a por algo para que cenaramos los dos, para llamar a mi padre y decirle lo que había pasado y que no iba a ir a casa a dormir.
-Narra Mario-
Solo pude ver cómo Marcos irrumpía en la habitación hecho una furia y se abalanzó sobre Alex, mis ojos se tornaron vidriosos de volver a verlo, lo siguiente que recuerdo fue en la ambulancia, cuando entre balbuceos le dije que lo quería, después de eso me encontraba en la habitación de un hospital, una luz blanca inundaba la habitación, abrí mis ojos y vi a Marcos a mi lado, estaba despeinado y con salpicones de sangre que supuse eran de Alex, cuando lo vi, las lágrimas brotaron de mis ojos recordando todo lo que había sucedido.
-¿Mario?
-Marcos (sollocé con mi voz entre cortada)
-Heyy bello durmiente,tranquilo (me abrazó derramando lágrimas sobre mí) todo va a estar bien tú tranquilo (me abrazó aún más fuerte)Las lágrimas salieron provocadas por los recuerdos que se había apoderado de mi, lo único que me calmaba era tenerlo ahí, abrazándome, dándome esa seguridad, estaba claro que me está empezando a gustar, bueno más bien por primera vez me permití aceptar eso, pensar que el que había sido mi amigo en la infancia ahora empezaba a verlo de una forma más comprometida con una mayor complicidad. Mi madre entró y al verme despierto, llorando se unió al abrazo.
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El Invierno Que Descubrí El Significado De Amar
RomantizmMarcos y Mario eran compañeros de clase, dos chicos que al principio apenas se conocían. Con el tiempo, comenzaron a compartir risas y secretos, creando una amistad que se fortalecía con cada día. Pasaban las tardes hablando de todo y de nada, sinti...