Luces, camara y confusion

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Bang Chan no podía evitar sentir que algo estaba cambiando en su vida. Los rumores sobre su relación con Ryan Reynolds seguían acaparando titulares, y aunque ambos habían decidido ignorarlos, la presión comenzaba a hacer mella. A pesar de la amistad que compartían, Chan no podía dejar de pensar en lo que realmente sentía por Ryan y cómo la situación actual estaba afectando su vida personal y profesional.

Esa mañana, Chan estaba en medio de una sesión de grabación cuando recibió una llamada de su mánager. El tono de voz del otro lado de la línea era serio.

—Chan, necesito hablar contigo sobre algo importante —dijo su mánager—. Parece que los rumores no se están calmando, y la compañía está preocupada por la imagen pública.

Chan suspiró, apoyando la frente en su mano. Sabía que esto sucedería tarde o temprano, pero no esperaba que la situación se intensificara tanto.

—Entiendo —respondió, tratando de mantener la compostura—. ¿Qué sugieren que haga?

—Por ahora, quieren que te mantengas fuera del ojo público lo más posible. Tal vez deberías evitar salir con Ryan por un tiempo, al menos hasta que todo esto se calme.

Las palabras de su mánager resonaron en su mente, y aunque sabía que tenía razón desde el punto de vista profesional, algo dentro de él se resistía a la idea de alejarse de Ryan. Sin embargo, Chan accedió a seguir el consejo.

Más tarde ese día, Chan decidió hablar con Ryan al respecto. No quería que la situación se convirtiera en un obstáculo entre ellos, pero también sabía que necesitaban ser realistas.

—Ryan —dijo cuando finalmente se encontraron en la casa de Ryan—. Necesito hablar contigo sobre todo esto.

Ryan lo miró con una mezcla de preocupación y curiosidad, y ambos se sentaron en el sofá.

—He estado pensando en lo que está pasando —continuó Chan—. Mi mánager cree que sería mejor si mantenemos un perfil bajo por un tiempo, hasta que los rumores se calmen.

Ryan asintió lentamente, como si estuviera procesando lo que Chan decía.

—Lo entiendo, Chan. No quiero que esto te cause problemas en tu carrera. Si necesitas espacio, lo respeto.

Chan sintió una punzada de culpa en su pecho. No era exactamente lo que quería, pero sabía que era lo mejor en ese momento.

—No se trata de espacio, Ryan —dijo, intentando aclarar sus sentimientos—. Solo quiero asegurarme de que esto no nos afecte de manera negativa. No quiero perder lo que tenemos.

Ryan le dio una sonrisa tranquilizadora y colocó una mano sobre su hombro.

—No te preocupes por eso. Seguiremos siendo amigos, pase lo que pase. Nadie puede cambiar eso.

Chan sonrió, sintiéndose un poco más aliviado, aunque no del todo convencido. Sabía que Ryan tenía razón, pero la situación era más complicada de lo que cualquiera de los dos estaba dispuesto a admitir.

Unos días después, mientras Chan trataba de mantenerse ocupado con su trabajo, recibió una llamada inesperada. Era Lady Gaga.

—Chan, necesito hablar contigo —dijo Gaga, sin perder tiempo en saludos—. ¿Puedes venir a mi casa esta noche?

La voz de Gaga era firme, y Chan sabía que no era una simple invitación social. Aunque no tenía idea de lo que quería discutir, aceptó.

Esa noche, Chan se dirigió a la residencia de Gaga, una impresionante mansión en las colinas de Los Ángeles. Al llegar, fue recibido por la misma Gaga, quien lo llevó a su sala de estar, decorada con un estilo vanguardista que reflejaba perfectamente su personalidad.

—¿De qué querías hablar? —preguntó Chan, sin rodeos.

Gaga lo miró por un momento antes de responder.

—Sobre lo que está pasando con Ryan y tú. Sé que no es asunto mío, pero siento que debo decirte algo.

Chan la miró, sorprendido por su franqueza.

—He estado en la industria el tiempo suficiente para saber que los rumores a veces tienen una base real —continuó Gaga—. Y no tienes que decirme nada si no quieres, pero quiero que sepas que, si sientes algo más que amistad por Ryan, no deberías ignorarlo solo porque el mundo está mirando.

Las palabras de Gaga cayeron como una bomba en la mente de Chan. Había evitado pensar en eso, manteniéndose ocupado y negando cualquier posibilidad de que pudiera haber algo más que amistad entre él y Ryan.

—No estoy diciendo que debas actuar sobre ello ahora mismo —agregó Gaga, suavizando su tono—, pero es algo que deberías considerar. No te cierres a tus propios sentimientos solo porque puede ser complicado.

Chan no sabía cómo responder. Por un lado, apreciaba la honestidad de Gaga, pero por otro, no estaba listo para enfrentar la posibilidad de que ella tuviera razón.

—Gracias, Gaga —dijo finalmente—. Creo que necesito tiempo para pensar en todo esto.

Gaga asintió, mostrándole una comprensión silenciosa. Chan se quedó un rato más, hablando de otras cosas, tratando de despejar su mente de lo que acababa de escuchar.

Cuando finalmente se despidió y regresó a su apartamento, Chan no podía dejar de pensar en las palabras de Gaga. Sabía que tenía que enfrentar sus sentimientos y decidir qué hacer a continuación, pero por ahora, lo único que podía hacer era seguir adelante, un día a la vez.

Esa noche, mientras intentaba dormir, Chan se dio cuenta de que, aunque había tratado de evitarlo, los rumores habían hecho más que solo afectar su imagen pública. Habían abierto una puerta a algo que nunca había considerado antes. Y aunque todavía no sabía qué significaba eso para él y Ryan, sabía que eventualmente tendría que averiguarlo.

Vecinos, amantes y un secreto en comúnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora