El sol se había puesto en Los Ángeles, y la ciudad comenzaba a brillar con las luces de la noche. Chan estaba sentado en su apartamento, mirando por la ventana, observando cómo la vida continuaba su curso allá afuera. Se había tomado su tiempo para pensar, y aunque sabía que la decisión que estaba a punto de tomar cambiaría muchas cosas, se sentía más tranquilo de lo que había esperado.
Su teléfono vibró sobre la mesa, sacándolo de sus pensamientos. Era un mensaje de Ryan: "¿Nos vemos esta noche? Necesito hablar contigo."
Chan respondió rápidamente: "Claro, ¿en mi apartamento a las 7?" Recibió un "Perfecto" como respuesta y, por primera vez en mucho tiempo, no sintió el nudo de ansiedad en su estómago. Sabía que era el momento de hablar con Ryan, de ser honesto con él y, más importante aún, consigo mismo.
La noche avanzaba lentamente mientras Chan se preparaba para la llegada de Ryan. Encendió algunas velas, puso música suave y se sirvió un vaso de agua. Quería que el ambiente fuera lo más relajado posible, sabiendo que la conversación que tendrían no sería fácil, pero que era necesaria.
A las siete en punto, el timbre de la puerta sonó, y Chan se apresuró a abrirla. Ryan estaba allí, con una expresión seria, pero con una sonrisa suave que le recordó a Chan por qué se sentía tan conectado con él.
—Hola —dijo Ryan al entrar—. Gracias por recibirme.
—Gracias a ti por venir —respondió Chan, cerrando la puerta detrás de él—. Vamos a sentarnos, creo que ambos tenemos cosas que decir.
Se dirigieron al sofá, y durante unos momentos, ninguno de los dos habló. Finalmente, Chan fue el primero en romper el silencio.
—Ryan, he estado pensando mucho en nosotros, en todo lo que hemos vivido estas últimas semanas. Ha sido una montaña rusa emocional, y he llegado a la conclusión de que no quiero seguir evitando lo que siento.
Ryan lo miró, esperando a que continuara, aunque Chan podía ver la tensión en sus ojos.
—La verdad es que... —Chan hizo una pausa, tomando aire—. La verdad es que me importas mucho más de lo que pensaba. Lo que siento por ti es algo que no había experimentado antes, y me asusta. Me asusta porque no sé a dónde nos llevará, y porque no quiero arruinar lo que tenemos.
Ryan asintió, su rostro mostrando una mezcla de alivio y emoción.
—Chan, entiendo perfectamente lo que estás diciendo. Yo también he estado pensando mucho en todo esto, y me siento igual. Sé que es complicado y que hay muchas cosas en juego, pero lo único que sé con certeza es que no quiero perderte, ni como amigo ni como algo más.
Las palabras de Ryan tocaron algo profundo en Chan, y sintió que una parte de él, esa parte que había estado tan temerosa del cambio, finalmente se relajaba.
—Yo tampoco quiero perderte, Ryan. Pero si decidimos seguir adelante, quiero que sea con total honestidad, con la certeza de que estamos dispuestos a enfrentar lo que venga, juntos.
Ryan le sonrió, y la calidez de esa sonrisa disipó cualquier duda que quedara en la mente de Chan.
—Estoy de acuerdo —respondió Ryan—. Quiero que lo hagamos bien, sin presiones externas, solo tú y yo, descubriendo lo que esto significa para nosotros.
Chan asintió, sintiendo una paz interior que no había experimentado en mucho tiempo.
—Entonces, ¿empezamos desde aquí? —preguntó Chan, extendiendo su mano hacia Ryan.
Ryan la tomó con firmeza, mirándolo a los ojos con una determinación que le dio a Chan la confianza que necesitaba.
—Sí, empecemos desde aquí —dijo Ryan, entrelazando sus dedos con los de Chan.
El ambiente en la habitación se llenó de una nueva energía, una mezcla de anticipación y esperanza. Sabían que no sería fácil, que habría desafíos por delante, pero ambos estaban dispuestos a enfrentarlos juntos.
Pasaron el resto de la noche hablando, riendo y compartiendo momentos que los hicieron sentir más cerca que nunca. No necesitaban definir lo que eran en ese momento; lo que importaba era que estaban dispuestos a explorar lo que sentían, a construir algo genuino y real.
Cuando la noche llegó a su fin, Ryan se despidió de Chan con un abrazo que duró más de lo habitual. Ninguno de los dos quería soltar al otro, como si al hacerlo el momento se desvaneciera. Pero sabían que esto era solo el comienzo de algo nuevo y emocionante.
—Nos vemos mañana —dijo Ryan con una sonrisa antes de salir.
—Nos vemos —respondió Chan, sintiéndose más seguro de lo que había hecho en mucho tiempo.
Cuando Ryan se fue, Chan cerró la puerta y se quedó allí, apoyado en ella, con una sonrisa que no podía contener. Había tomado la decisión de seguir su corazón, de enfrentar sus miedos y de apostar por algo que sentía que valía la pena. Y por primera vez, en mucho tiempo, se sentía en paz consigo mismo y con lo que vendría después.
Chan supo entonces que no importaba lo que el futuro les deparara, lo enfrentarían juntos, con honestidad y con la promesa de siempre ser fieles a lo que sentían. Y eso, para él, era más que suficiente.
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Vecinos, amantes y un secreto en común
FanfictionCuando Bang Chan, el carismático líder de Stray Kids, se muda a un tranquilo vecindario en Los Ángeles, lo último que espera es encontrarse con Ryan Reynolds como su vecino. Lo que comienza como una amistad entre ellos pronto se convierte en algo má...