boxing fight

Capitulo 5

Ya pasó una maldita semana en la que no he tenido que convivir con la señora Ava. Decidí no ir a los entrenamientos, ya que me dió un bajón de defensas y me he sentido como la mierda, pero todo tiene un final y mi paz se acabó cuando ví a la señora Ava bajar del auto de regreso a su casa.

—Ay Dios.

—Lisa.
Marco me habló.

—¿Que?

—La señora Ava está furiosa.

—Que se joda.

—Manobal, ¿qué dijiste?
Ava llegó.

—Que te jodas, no me importa si estás enojada.

—¡Deje estrictas indicaciones de que debías ir a entrenar boxeo!
La señora Ava molesta comenzó a gritar por lo que Lisa también subió su tono de voz.

—Me he sentido de la mierda, ¿no entiendes?
Lisa iba a pasar a la par de la señora Ava pero está la agarró de la muñeca con fuerza.

—Sueltame.
Lisa intentó soltarse de su agarre.

—Tendrías que aprender modales nuevamente, ¿tu papá no te pudo educar bien?
Empezó a meter sus uñas largas en mi piel.

—Sueltame.
Los ojos de Lisa se ponían llorosos ante el dolor.

—Señora Ava, creo que es suficiente.
Marcos habló.

—No te metas, sal y cierra con llave.
Marcos bajó su cabeza y salió de la habitación cerrandola con llave.

Ava soltó a Lisa y cuando Lisa iba a hablar, Ava subió su mano y la chocó contra el rostro de Lisa.

Lisa abrió sus ojos.

Nadie nunca la había golpeado.

¿Que mierda?

—Me aprenderás a respetar, es mejor que me empieces a tener miedo o será peor para ti.

—¿Te crees con el derecho de pegarme?

—Eres de mi pertenencia, tengo tu custodia.

—No soy un objeto, no te pertenezco.

La señora Manobal cogió una tira de cuero y se la mostró a Lisa.

—Si no te callas te golpeare.

—¡Golpeame, mátame,haz lo que quieras, no es como que quisiera vivir con alguien como tú!
Lisa gritó.

Ava alzó la tira gruesa y la pegó contra el abdomen de Lisa.

Lisa gruño del dolor mientras colocaba su mano justo en la parte golpeada.

— ¿Que te sucede?
Ante el golpe en el abdomen a Lisa se le fue el aire y se sentó en el suelo.

—Aprenderas por las buenas o por las malas. Quítate la camisa.

Lisa limpió las lágrimas de sus ojos y se volvió a colocar de pie.

—Ni loca.

—Mira, puedo hacer muchas cosas si no me obedecen.

—¿Que puedes hacer tu?,¡no conoces nada de mi!

—¿Quieres que le haga daño a tu amiguita Rosé?

Lisa cerró los ojos y apretó sus puños.

—¡No te atrevas a hacerle nada a mi amiga!
Lisa le gritó a Ava.

—Entonces, date la maldita vuelta y quítate la camisa.

Lisa obedeció, quedándose solo en top.

—Date la vuelta y apoya tus manos en ese mueble.

Lisa la obedeció.

Lisa gruño al sentir el primer golpe dado en su espalda.

—Cuenta hasta 16, así no olvidarás la edad que tienes.

Ava dió otro golpe más fuerte que el primero.

Lisa gritó y cayó de rodillas.

—¡Cuenta o empezaré desde cero!

—No, por favor.
Lisa lloraba mientras se retorcía.

—¡Cuenta!
Ava le gritó mientras daba otro golpe en la espalda de Lisa.

Lisa gritó.

—¡Tres!, por favor, basta.

Ava dió otro golpe.

—¡Cuatro!
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Lloraba en la ducha, temblaba.

No quiero esto.

Dios, ¿porqué papá tuvo que morir y dejarme con este monstruo?

Toques en la puerta.

—Señorita Manobal, sal del baño.

—Lee, déjame, no quiero salir.

—Señorita, Ava se molestará conmigo, por favor.

—Dame 5 minutos.
Limpié con pequeños golpes mi piel maltrataba, la tenía en carne viva y aunque me duché seguía teniendo sangre.
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—Suave, señora Lee.
Gruñi cuántos me estaba huntando crema en las heridas.

—Dios, esto tendrá que verlo un médico.

—No.

—Señorita Manobal, no creo que pueda entrenar así.

—Si no voy me matará.

—Bien, ponte esto y después te pones la camisa.
Me dió una camiseta de tela delgada.

—Te dolerá menos, Marcos la espera afuera.

—Gracias Lee.