boxing fight

Capitulo 10

—Despacio...
Lisa agarró las caderas de Jennie y comenzó a bajarla por su pene.

—Ah...Lili.
Jennie fruncía el ceño mientras apretaba los hombros de Lisa.

—Oh, mierda, Jen.
Cuando estuvo completamente sumergida, apretó las caderas de Jennie y luego la miró.

Ambas rieron.

—Tonta.
Dijo jennie sobre mis labios antes de empezar a besarme.

Moví sus caderas suavemente mientras nos besábamos, ganando como recompensa unos maravillosos gemidos ahogados por mi lengua.

Nos separamos por falta de aire.

—¿Te duele?
Pregunté mientras detenía con mis manos sus caderas.

—N-no, sigue.

Oh sí.

—Mierda Jen, me vas a matar.
Le dí la vuelta, yo quedando encima de ella.

—Si te sientes abrumada me dices y me detendré.

—Si.
Comencé a follarla rápido y fuerte.

—Lili...ah...
Gemía sin parar.

—Jen, es tan caliente dentro.
Gemí en su oído mientras ella encerraba mis caderas con sus piernas.

—Asi, eso es.
Gemía en mi oído.

—¿Si?

—Más.
Dijo Jennie alentándome.

—Tan grande, Lis...

—¿Jennie?
Paré mis movimientos al exuchar la voz de la madre de Jennie llamandola.

—Habla, Jen.
Le dije en su oído.

—¿S-si,mamá?

—¿Estan bien?

—Si, excelente.

—Ire al supermercado, ya vuelvo.

—Bien.
Jennie apretó sus paredes y gemí un poco fuerte.

—¿Seguras que están bien?
Dijo la mamá de Jennie.

—Si,mamá.
.
.
.
—Dios, Lisa, n-o puedo más.
Empecé con un ritmo duro.

Mierda, se siente delicioso aquí dentro.

—Jen, debo salir.

—Oh, Dios, quédate dentro.

—No puedo.
Gruñi acelerando mis movimientos.

Suena delicioso.
Los gemidos y nuestras pieles húmedas chocando.

—Hazlo dentro.

—Oh, Jennie, no puedo más.

—Yo tampoco, follame Lili.

El detonante.

Me vacíe dentro suyo y luego ella comenzó a venirse con un squirt delicioso.

—Ah...si,si.
Jennie gemía mientras se retorcía.

—Oh, Jen.
Caí sobre su cuerpo respirando pesadamente.

—Tomo la pastilla,no te preocupes.
Dijo acariciando mi cabello.

—Te amo.

—Yo más, Lis.
.
.
.
Hace una semana llegó Ava a la casa, me ha golpeado como nunca.

Estoy tan cansada de todo esto.

Llegué al entrenamiento de boxeo y no ví a Jennie.

—Profesor, ¿Jennie vendrá?

—Lo siento, Lisa, Jennie y su mamá se fueron ayer por la noche a Estados Unidos.

¿Que?

No.

Jennie no.

Me dí la vuelta y vi a Ava con unas sonrisa de lado a lado.

Me acerqué a ella.

—Te dije que me debías obedecer, y follarte a Jennie no fue una buena decisión.
Las lágrimas comenzaron a salir por si solas.

—No.
Ella sonrió.

—Llora, no sabes lo que te espera en casa.
Tocó mi hombro.

No más.

Ya no puedo más.

Agarré mi bolso y salí corriendo de la academia.

Saqué mi teléfono y llamé a Rosé.

—Vamos responde.
Grité mientras lloraba sin rumbo.

—¿Hola?

—Rosé, Rosé, llama a tu mamá.

—¿Que pasa?, Lis, me estás asustando.

—No hay tiempo, por favor, dale en teléfono a tu mamá.

—Bien.

—¿Lisa?
La voz de la mamá de Rosé sonó al otro lado de la línea .

—Sabrina.

—¿Por que lloras, cariño?

—Escucha, si me pasa algo, fue Ava Kang, ella me lleva maltratando todos estos meses que viví con ella.

—Cariño, llamaré a la policía.

—¿Como llamará a la policía de acá?
Me detuve cuando el semáforo de peatones indicaba rojo.

—Tengo un teléfono con la línea de Corea, ten tú teléfono con sonido, Cuídate.

Seguí corriendo por las calles, sé que Marco conoce bien Seúl y yo no he salido de ese maldito parque a 20 minutos de la casa de Ava.
.
.
.
—Arranca el auto.
Ava subió al auto junto a Marcos.

—¿A dónde?

— A buscar a la pequeña zorra.
Marcos tragó grueso y arrancó.
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—Allí.
Ava señaló.

—¿Que hago?

—Atropella a esa estúpida.

—¿Que?

—Si no lo haces, mataré a tu familia, ¿eso quieres?

—No.
Aceleró más y atropello a Lisa.

Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras salía del auto a ver el cuerpo tendido de Lisa en el suelo.

—Niña Manobal.
Cogía su cabeza y la acercaba más a su cuerpo.

—Por favor, perdóname.

—Marcos, entra al auto.
Ava le gritó.

Se empezaron a escuchar sirenas.

Ava se puso del lado de conductor y se dió a la fuga.